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05 de Junio de 1916 – La muerte de Lord Kitchener

05 Jun

La muerte de Lord Kitchener

Sin lugar a dudas, el mariscal de Campo Lord Horatio Kitchener era un héroe viviente para todos los británicos, uno de los últimos miembros representativos de la edad “victoriana”. Había aceptado el cargo de Ministro de Guerra, ni bien el conflicto había estallado en Agosto de 1914. Su vasta experiencia le permitió a diferencia de gran parte de los políticos y militares prever que la contienda sería larga y muy costosa.
Dado que el Imperio contaba con una pequeña fuerza terrestre profesional, desde un principio desde su puesto y acompañado por varios funcionarios destacados desarrollo una campaña de reclutamiento voluntario en donde él mismo fue parte de una serie de célebres carteles. Gracias a su efectividad, en los primeros meses miles de jóvenes entusiastas se presentaron para servir. Sin embargo con el correr de los meses a causa del fracaso de las sucesivas ofensivas a lo largo de 1915 llevó al estancamiento del frente, por lo que el número de voluntarios decreció de manera notable. Ante las presiones de los políticos, y contra su parecer, finalmente debió ceder y aceptar la sanción de una ley de Servicio Militar Obligatorio.

En un viaje de inspección, donde se reunió con el nuevo comandante de la BEF-British Expditionary Force, el General Sir Douglas Haig, Lord Kitchener fue presionado por el Primer Ministro francés Aristide Briand (29 marzo 1916) para que los británicos lanzasen un ataque en el Frente Occidental para ayudar a aliviar la presión del ataque alemán sobre Verdún.

El 2 de junio de 1916, Lord Kitchener personalmente respondió a las preguntas formuladas por los políticos sobre la marcha del esfuerzo de guerra; en el inicio de las hostilidades Kitchener había pedido dos millones de fusiles de varios fabricantes de armas estadounidenses. Sólo 480 de estos habían llegado en el Reino Unido el 4 de junio de 1916. El número de proyectiles suministrados no fueron menos insignificantes. Explicó los esfuerzos que se habían realizado para garantizar suministros alternativos. Recibió un rotundo voto de confianza por parte de los 200 miembros del Parlamento que habían llegado a interrogarlo, gracias a su franqueza y por sus esfuerzos por mantener a las tropas bien equipadas; Sir Ivor Herbert, que, una semana antes, había introducido el voto de censura en la House of Commons (Cámara de los Comunes) contra el funcionamiento del Ministerio de Guerra, personalmente apoyó la moción.

El 05 de Junio de 1916, zarpó desde Scrabster a Scapa Flow a bordo del buque HMS Oak, donde almorzó a bordo del HMS Iron Duke, nave insignia del Almirante Joe Jellicoe jefe de la Grand Fleet, antes de ser transferido al Acorazado HMS Hampshire para una misión diplomática a Rusia. Poco antes de las 19:30 horas de ese mismo día, mientras que navegava hacia el puerto ruso de Arkhangelsk durante un vendaval de Fuerza 9, el HMS Hampshire chocó una mina colocada por el submarino alemán U- 75 (comandado por el Kapitänleutnant Kurt Beitzen) y se hundió al oeste de las Islas Orcadas conduciendo a la muerte a todos los tripulantes y pasajeros, entre ellos el viejo Mariscal.

Sin dudas, la muerte de Lord Kitchner era un duro golpe para el Imperio, la carrera del héroe de innumerables campañas coloniales y símbolo de la tenacidad británica en tiempos difíciles llegaba a su final de manera abrupta.

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Última foto tomada al Mariscal de Campo Lord Horatio Kitchener mientras realiza el trasbordo desde el buque HMS Oak al HMS Iron Duke para almorzar con el Almirante John Jellicoe.
 

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Publicación del periódico británico The Northen Echo donde informa sobre el trágico suceso.
 
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Publicado por en 5 junio, 2016 en 1916

 

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