Batalla de Verdún. La caída de Fort de Douaumont
En la mañana del 21 de Febrero de 1916, las posiciones en los alrededores de la histórica ciudad de Verdún, símbolo inequívoco de la nacionalidad francesa, se estremeció con el fuego de más de 1200 piezas de artillería alemana del más variado calibre, que se pudo oír en los Montes Vosgos a unos 150 km. de distancia. Era el inicio de Unternehmen Gericht (Operación Juicio), con la cual el Jefe del OHL-Oberste Heeresleitung (Alto Mando Alemán), General Erich von Falkenhayn pretendía desgastar al ejército galo, para forzarlo a sentarse en la mesa de negociaciones.
Durante más 15 horas, con una breve interrupción hacia el mediodía, 80.000 proyectiles cayeron sobre las posiciones francesas que habían sido descuidadas por el comandante supremo, el General Joseph Joffre, hacia las 16:00 hs., unidades de infantería, precedidas por destacamentos del Sturm-Bataillon Nr. 5, del Hauptmann (Capitán) Wilhelm Rohr armados con lanzallamas y granadas comenzaron avanzar lentamente para ocupar las primeras líneas de trincheras que apenas fueron defendías.
Al día siguiente, los bombardeos continuaron, aplastando con su lluvia de aceros las defensas enemigas, el valiente Teniente Coronel Emile Driant, que desde su escaño en la Asamblea Nacional denuncio la situación cayó junto a 1120 hombres bajo su mando, los batallones de “Chasseurs” 56º y 59º, quedaron reducidos a 110 supervivientes aturdidos. En pocas horas, los frondosos bosques de Haumont, Herbebois y Caures son triturados y nivelados, asemejando un suelo lunar, desnudo lleno de cráteres. Finalizada la acción, los cuerpos VIIº del Rhin del Teniente General del Teniente General Johann von Zwehl, el el XVIIIº del Principado de Hesse del General de Infantería Dedo von Schenk,y el IIIº de Brandenburg del también General de Infantería Ewald von Lochow comenzaron avanzar lentamente. El saldo del bombardeo era hasta el momento de 2 millones de proyectiles a la sazón de 1 cada 3 segundos a los largo de dos jornadas. Hacia el final de la jornada las fuerzas alemanas habían avanzado 5 km. y tomaron Bois de Caures en los alrededores de la aldea de Flabas y el pueblo de Haumont, por lo que las fuerzas francesas se vieron obligadas a retirarse en dirección a los poblados de Samogneux, Beaumont y Ornes, aunque en la localidad de Bois de l’Herbebois lograron sostenerse y rechazar el avance. Debido al pésimo estado de las comunicaciones, recién para esa tarde el GHQ – Grand Quartier General, (Alto Mando Francés), había tomado la real conciencia del ataque.
En la mañana del 23 de Febrero, un desorganizado contraataque francés contra Bois de Caures fue rechazado, mientras que los alemanes lograron avanzar sobre Bois de l’Herbebois, flanqueando a los defensores por Bois de Wavrille. Sin embargo, fracasaron en el sector de Bois de Fosses, mientras que los defensores, muchas veces sin oficiales al mando, lograban sostenerse en Samogneux.
Luego de la sorpresa inicial, el General Joffre, envió el día 24 de Febrero, con plenos poderes de decisión al sector, a su Jefe de Estado Mayor, el General Noël Eduard de Castelnau, para reemplazar operativamente al General Fernand Langle de Cary Jefe del llamado G.A.C. – Groupe d’armées du centre (Grupo de Ejércitos del Centro), y de este modo evitar la ruptura de las líneas y una retirada desordenada de las tropas.
Con su llegada, el desorden amaina, y logra establecer un nuevo frente, además 270 piezas de artillería intentan devolver el masivo bombardeo enemigo, mientras que además son enviadas como refuerzo dos nuevas divisiones de infantería. De manera teatral, el General Castelnau emite las órdenes, en la orilla derecha del Meuse, al lado de Fort De Douaumont al norte de la ciudad de Verdún. Estas acciones llevan a que en horas de la tarde, el avance alemán fuese frenado, el Cuerpo 30º del General Paul Chrétein logra reorganizarse, mientras que el 20º del General Maurice Balfourier, que se encontraba en la reserva logra llegar al frente. En la noche de una jornada sumamente agitada, el General Castelnau, se comunica con el General Joffre y le conmina que el hombre ideal para asumir la defensa del sector, es el General Philippe Petáin hasta ese momento a cargo del 2º Ejército con sede en Noailles.
El mando francés confiaba en las defensas, principalmente en Fort Douaumont, comenzado a construir en 1885, en los altos circundantes a un poblado homónimo, como parte del plan de defensa fronterizo establecido por el General Raymond Adolphe Séré de Rivières luego de la derrota y pérdida de las provincias de Alsacia y Lorena en el marco de la guerra de 1870-1871 frente a Prusia y sus aliados. El mismo consistía en la construcción de 38 fuertes en una radio de 40 km. de Verdún, siendo el de Douaumont el más grande.
Tenía una superficie total de 30.000 metros cuadrados y se encuentra a unos 400 metros de largo, con dos niveles subterráneos protegidos por una cubierta de hormigón reforzado con acero de descanso de 12 metros de espesor sobre una capa de arena. Estas mejoras se habían completado hacia 1903. La entrada a la fortaleza estaba en la parte trasera. Dos túneles principales corrían de este a oeste, uno encima del otro, con cuarteles habitaciones y pasillos que llevan a las partes periféricas de la fortaleza ramificadas fuera de los túneles principales.
Contaba con numerosos puestos armados, el principal, era una torreta retráctil y giratoria de un obús de 155 mm, otra similar con un cañón de 75 mm, mientras que otros cuatro de igual calibre cubrían los flancos, en las llamadas «Bourges Casemates», unidas por trincheras y torretas equipadas con ametralladoras. En la entrada al foso que rodeaba la fortaleza y en sus esquinas se ubicaron casamatas giratorias equipadas con cañones antipersonales Hotchkiss. Las obras de mejora fueron finalizadas en 1913.
A pesar de sus cualidades, al inicio de la guerra a finales de Julio de 1914y luego de experiencia de la destrucción de las menos potentes fortalezas belgas por parte de los proyectiles de 420 mm. Que disparaban los obuses “Dickie Bertha” (Gran Bertha) construidos por la firma Krupp, el Alto Mando Francés, comenzó a descreer de la utilidad de las fortalezas, dado que además creía en las operaciones netamente ofensivas.
Es por ello, que el 05 de Agosto de 1915, el General Joffre, firma el decreto por el cual se reduce no solo la guarnición de Douaumont y sino de los demás fuertes que rodean Verdún. EN su caso particular fue despojado de todo su armamento a excepción de las dos armas que eran demasiado difícil de remover: el obús de 155 mm y un cañón de 75 mm. Por el contrario, los dos bunkers «Casemates de Bourges», uno a cada lado de la fortaleza, fueron totalmente desarmados. La guarnición quedo reducida a reservistas en su mayoría de mediana edad, bajo el mando del gobernador militar de la ciudad y no del ejército de campaña. Sin dudas era un error ya que Douaumont era el más grande y el más alto en los dos anillos concéntricos de fuertes que protegían la ciudad de Verdún, y por lo tanto la piedra angular de las defensas.
La ofensiva alemana ya llevaba varios días convirtiéndose en una seria amenaza, sin embargo el fuerte contaba solo con 56 soldados y artilleros bajo el mando de un suboficial, el Adjunto Chenot, por lo que la guarnición carecía de oficiales. En horas de la mañana del 25 de Febrero de 1916, unidades de reconocimiento del 24º Brandenburg Regiment, comenzaron acercarse a la fortaleza desde el norte, mientras que la mayor parte de la pequeña guarnición, se habían retirado a las posiciones subterráneas para escapar del incesante bombardeo por parte de una batería de obuses “Dickie Bertha” que ya había dañado la torreta del cañón de 75 mm.
Esto llevó a que las cúpulas de observación estuviesen vacías, ya que solo un pequeño equipo de artillería estaba operando el obús de 155 mm. que disparaba hacia objetivos lejanos. Además los fosos que circundaban la fortaleza carecían de protección ya que las casamatas de ametralladoras estaban desocupadas.
Cerca de 10 ingenieros de combate, dirigido por el Unteroffizier (Sargento) Félix Kunze, lograron acercarse sin oposición. La visibilidad era mala debido al mal tiempo, y los artilleros franceses apostados en el cercano pueblo de Douaumont pensaban que los alemanes eran tropas coloniales francesas que regresaban de una patrulla. El Sargento Kunze y sus hombres alcanzaron el foso de la fortaleza y encontraron que las casamatas de defensa estaban vacías. Él mismo logró ingresar dentro de uno de ellos para abrir una puerta de acceso. Sin embargo, sus hombres se negaron a ir dentro de las fortificaciones ya que temían una emboscada. Armado sólo con un rifle de cerrojo, el Sargento entró solo. Deambulo por los túneles vacíos hasta que encontró al equipo de artillería que en su mayoría dormía, los capturó y encerró en sus propias barracas..
Otro grupo del regimiento, dirigido por el Leutnant-Reserve (Teniente de Reserva) Eugen Radtke, también estaba entrando en la fortaleza a través de sus defensas no ocupadas y al encontrarse con los hombres del Sargento Kunze los reorganizó para proteger las salidas de la fortaleza, logrando capturar a unos pocos soldados franceses sorprendidos con la situación. Más tarde, más columnas de tropas alemanas bajo el Hauptman (Capitán) Hans-Joachim Haupt y Oberleutnant (Teniente Superior) Cordt von Brandis llegaron. La captura de Fort de Douaumant no requirieo el un solo disparo, la única baja, fue la raspadura en la rodilla de un soldado alemán.
La piedra angular del sistema de fuertes que debía proteger Verdun contra una invasión alemana, se había dado por vencido sin luchar. El error al que habían incurrido el General Joffre y su Estado Mayor de desproteger las defensas le había costado muy caro. Sin embargo, esa misma jornada, trato de enmendarlo, designando oficialmente como encargado de proteger la posición al General Philippe Petain comandante en jefe del 2º Ejército, que sin embargo haciendo gala de su inequívoca sangre fría, y sin apresurarse para tomar su nuevo puesto expresó:
«Verdún résistera jusqu’à un demain»
(Verdún aguantará hasta mañana)Y prefirió pasar la noche con su amante.