El asedio de Amberes se es un episodio militar del Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial, durante la ofensiva alemana en Bélgica en las primeras fases del conflicto, en la cual el Imperio alemán, junto a algunas unidades del Imperio austrohúngaro, atacó al Ejército belga, que contó con el apoyo de algunas unidades del Imperio británico.
Desarrollo
El escenario del conflicto fue la ciudad de Amberes cuyo centro urbano e instalaciones portuarias fueron defendidas por tres líneas de defensa compuestas por fuertes. Al principio, los belgas lanzaron tres ataques de infantería desde el 28 de agosto para mantener al ejército alemán lo más alejado posible de la ciudad y el puerto. Mediante una importante artillería, los alemanes llegaron a la última línea el 28 de septiembre y se tomaron la ciudad el 10 de octubre de 1914.
Posición de la artillería belga.
Los belgas continúan resistiendo desesperadamente en Amberes
Desde finales de Agosto de 1914, mientras las fuerzas alemanas avanzaban por el norte de Francia, el último reducto nacional de Amberes, en el cual se habían retirado el Gobierno de Bélgica, junto a la familia real, mientras el valiente Rey Albert mandaba personalmente a sus fuerzas, se encontraba asediada por las fuerzas del III° Cuerpo de la Reserva comandado por el General de Infantería Hans von Beseler, que pertenecía al I° Ejército del General Mayor Alexander von Kluck.
En los primeros días de septiembre, varios cuerpos de soldados de campaña belgas se unieron a la guarnición, que ayudaron a mejorar las defensas de los diferentes fortines, al mismo tiempo que los alemanes se consolidaban en una línea este-oeste, al norte de Bruselas.
Mientras que los servicios de inteligencias belgas establecían como muy probable un avance del enemigo por el río Scheldt, los servicios alemanes mediante informes de espías habían determinado, que era inminente una incursión desde la ciudad en sentido oeste y norte, para tratar de unirse con los aliados en territorio francés, además de un probable desembarco de refuerzos británicos.
El 04 de Septiembre, von Beseler, lanzó un ataque con tres divisiones, por ambas orillas del río Scheldt, logrando tomar el fuerte de Termonde y destruyendo los puentes hacia el norte, a pesar de este avance, el comandante belga de la guarnición, General Victor Deguise, planeo un avance con dirección al centro-este, para así obligar al mando alemán a desviar fuerzas para así proteger las líneas de abastecimientos en el centro de la Bélgica ocupada.
El plan se basaba en que dos divisiones de infantería protegerían la ciudad-fortaleza, mientras que tres divisiones de caballería lanzarían un ataque contra el flanco oriental alemán, las operaciones se iniciaron en la mañana del 5 de septiembre, cuando mediante rápidos movimientos las fuerzas belgas lograron tomar varios cruces de puentes sobre los pequeños ríos Demer y Dyle, el día 7 ocuparon Arschot, y el día 10 avanzaron hasta las cercanías de Lovaina, sin embargo ese mismo día, llegaron desde Alsacia la 30° División del XV° Cuerpo del General de Infantería Berthold von Deimling, y desde Lorena el IX° Cuerpo de la Reserva del General Max von Boehm, que pasaron al contraataque desde Bruselas obligando a las fuerzas belgas regresar a Amberes.
La concentración de tropas alemanas en el frente sur-este, había dejado una brecha desde el río Dender hasta la frontera con el neutral Reino de Holanda, y se extendía unos 13 kilómetros en la confluencia con el Scheldt, en los alrededores de Termonde, permitiendo así a los defensores mantener contactos con aliados franceses y británicos, a pesar de esta ventaja, con la caída de la fortaleza de Maubege, los alemanes comenzaron a trasladar la artillería pesada, que le habían permitido tomar con anterioridad las ciudades fortificadas de Liège y Namur, esto más el estancamiento que se daba en el frente luego de la Batalla del Marne, llevó a que el Estado Mayor Francés, encabezado por el General Joseph Joffre, le pidió al mando belga otro intento de romper las posiciones en Amberes.
A pesar de las menguadas fuerzas, los belgas avanzaron hacia el oeste en dirección a la aldea de Aalst, y a pesar de lograr ciertos avances, fueron rechazados por un duro contraataque.
Finalmente el 28 de Septiembre, las recién llegadas piezas de artillerías pesadas comenzaron bombardear intensamente a Amberes y sus alrededores, esta situación llevo a que al día siguiente el fuerte Sint-Katelijne-Waver fuera abandonado, y la cercana fortaleza de Walem comenzó a sufrir daños considerables, ese mismo día el Alto Mando belga decidió comenzar a evacuar las posiciones exteriores a Amberes hacia Ostende, trasladando pertrechos, heridos, prisioneros de guerra y hasta maquinaría industrial, gracias a que dos vías férreas aún no habían sido dañadas, que fueron utilizadas por formaciones de trenes al abrigo de la oscuridad de la noche.
Ese mismo día, el Primer Ministro Conde Charles de Broqueville le informo al mando británico, que su gobierno, y 65.000 soldados comenzarían a retirarse hacia Ostende, mientras que 80.000 hombres se quedarían para defender las fortificaciones en la misma Amberes, al día siguiente de Broqueville pidió formalmente ayuda a los gobiernos británico y francés.
A pesar de las dificultades, los belgas se mantenían firme en la defensa gracias a sus formidables fortificaciones, sin embargo el tiempo comenzaba a correr en su contra, ya que mientras los alemanes no paraban de enviar refuerzos, una ayuda aliada parecía prácticamente imposible.