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Archivo de la categoría: Frente Oriental

31 de Enero de 1915 – Batalla de Bolimov


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La batalla de Bolimov tuvo lugar el 31 de enero de 1915 en el Frente Oriental en la Primera Guerra Mundial, y enfrentó al Imperio alemán y al Imperio ruso.

En el campo de batalla se enfrentaron el Noveno Ejército Alemán al mando del general August von Mackensen y el Segundo Ejército Ruso, comandado por el general Vladimir Vasílievich Smirnov.

Los alemanes intentaron utilizar gas venenoso contra los rusos. Sin embargo, el frío hizo que el producto se congelara, anulando su efectividad. Debido al fracaso del ataque con gas, los alemanes decidieron enviar a sus tropas a atacar a los rusos. Los rusos contraatacaron enviando 11 divisiones al mando del general Vasily Gurko. La artillería alemana repelió el ataque. Los rusos sufrieron 40.000 bajas en esta batalla, aún así el resultado de la batalla fue inconcluso.

En un artículo titulado «Huracán de fuego en la batalla de Bolimov» y publicado en The New York Times, el corresponsal escribía: «Fueron usados por primera vez en Polonia proyectiles con una carga explosiva de melinita junto con otro ingrediente desconocido. Uno de los efectos de la melinita es el de cegar a todo aquel que se encuentre en su cercanía, pero el hedor que exudaban los heridos hacía que los doctores salieran del hospital de tanto en tanto a tomar aire fresco para poder recuperarse del nauseabundo efecto».

Battle of Bolimov
Part of the Eastern Front during World War I
Eastern Front, 1915.
Date January 31, 1915
Location near Bolimów, Poland
Result Inconclusive
Belligerents
 German Empire  Russian Empire
Commanders and leaders
August von Mackensen Vladimir Smirnov
Vasily Gurko, VI Corps
Units involved
German Ninth Army Russian Second Army
Strength
Unknown Unknown
Casualties and losses
20,000 casualties 40,000 casualties
 
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Publicado por en 31 enero, 2015 en 1915, Batallas, Frente Oriental

 

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8 de diciembre de 1914 – Batalla de las Malvinas


La batalla de las islas Malvinas fue un combate naval librado el 8 de diciembre de 1914, a principios de la Primera Guerra Mundial, entre la escuadra alemana victoriosa en la anterior batalla de Coronel, frente a las costas de Chile, y una escuadra británica fondeada en Puerto Stanley, en las islas Malvinas. El combate terminó con victoria británica y, destruida la flota alemana y muerto su mejor comandante, el conde Maximilian von Spee, el resultado decantó la campaña de ultramar del lado de los Aliados.

El SMS Scharnhorst, buque insignia de von Spee

Situación previa

Al estallar la Primera Guerra Mundial, la escuadra alemana contaba con poco más que una docena de buques de guerra en ultramar. Entre ellos, la Escuadra de Cruceros de Asia Oriental al mando del vicealmirante Maximilian von Spee fue la que resultó más peligrosa para los Aliados. La escuadra tenía base en Qingdao, territorio bajo dominio alemán en China, y Spee decidió, después de reunir su flota en las islas Marianas y enviar al SMS Emden al Océano Índico, operar en la costa americana del Pacífico donde además podía abastecerse de carbón.

La escuadra de Spee estaba compuesta por los cruceros acorazados SMS Scharnhorst y SMS Gneisenau y los cruceros ligeros SMS Leipzig, SMS Nürnberg y SMS Dresden. Con la moral de la tripulación muy alta tras la aplastante victoria sobre la escuadra británica en la batalla de Coronel, la flota alemana dobló el Cabo de Hornos. La intención de Spee era destruir Puerto Stanley, la capital de las islas Malvinas y principal base británica en el Atlántico Sur. Sin embargo, Spee había perdido demasiado tiempo reabasteciendo la flota en Valparaíso y Coronel, lo que dio tiempo suficiente a los británicos para reaccionar y enviar refuerzos al Atlántico Sur.

El 11 de noviembre de 1914, el almirante John Fischer ordenó al vicealmirante Frederick Doveton Sturdee que partiera a bordo del crucero de batalla HMS Invincible haciendo escuadra con el HMS Inflexible y el HMS Kent. Diez días después fondearon en Stanley, donde se les unieron el HMS Bristol, el Carnavon y el HMS Cornwall, además del viejo HMS Canopus, todo ello mientras los alemanes permanecían en Valparaíso. El 25 de noviembre, Spee rodeó el Cabo de Hornos y se dirigió confiado a Puerto Stanley, ignorando la presencia de los poderosos acorazados británicos. Por su parte, los británicos también desconocían el paradero de los alemanes y pensaban zarpar hacia Chile el 9 de diciembre con el fin de encontrarlos.

Situación de Port Stanley en las Islas Malvinas.

La batalla

La madrugada del 3 de diciembre de 1914, la escuadra alemana avanzó confiada hacia las islas Malvinas. El plan de Spee consistía en desembarcar una avanzadilla de infantería en la costa para apoderarse de la estación telegráfica de la isla y luego bombardear el puerto y hundir los navíos allí anclados. Las primeras acciones correspondieron al Nürnberg y al Gneisenau.

Al acercarse a Stanley los alemanes divisaron el faro de la entrada del puerto junto con una inesperada sorpresa: la presencia de más columnas de humo de las esperadas. Un nuevo vistazo al acercarse a la costa permitió a los alemanes apreciar que, efectivamente, había navíos de guerra dentro de la bahía, por lo que el Gneisenau suspendió en ese momento la operación de desembarco prevista y ordenó al Nürnberg con su comandante, capitán del mar Karl von Schönberg, atacar al buque situado más lejos del puerto. Los británicos, que ya habían descubierto la avanzada alemana, dispusieron el Kent para el combate, el único navío de cuantos disponían que en ese momento tenía las calderas encendidas y estaba en condiciones de entablar batalla. Pero cuando el Kent ya rebasaba la salida del puerto, los navíos alemanes, con los cañones listos para entrar en combate, recibieron la insólita orden de Spee que les ordenaba «rehusar el combate».

El Gneisenau y el Nürnberg dieron entonces la vuelta y se reunieron con el grueso de la escuadra alemana, perdiendo quizá una gran oportunidad de obtener el triunfo. Tras divisar los mástiles del Inflexible y el Invincible, los alemanes se retiraron a toda máquina hacia el este. Los marinos británicos, ya recuperados de la sorpresa inicial, tardaron aún dos horas en ponerse en condiciones de marcha.

La batalla, o más bien persecución, tuvo entonces dos frentes: los navíos alemanes Scharnhorst y Gneisenau se enfrentaron al Invincible, Inflexible y al Carnavon, mientras que el resto fueron perseguidos por el Kent y el Glasgow. La distancia inicial de 20 mi fue rápidamente acortada.

El Leipzig, de velocidad menor, fue pronto alcanzado y a 6000 yardas se abrió fuego sobre él. Esto hizo que el Dresden pasase a segundo plano y pudiese huir gracias a sus turbinas Parsons, que le otorgaban mayor velocidad. Spee ordenó entonces a los cruceros ligeros separarse y huir, siendo el Dresden el que en ese momento se encontraba más alejado. Por su parte, Spee dispuso que los cruceros acorazados cambiaran el rumbo hacia el sur, siempre perseguidos por los acorazados británicos.

Hundimiento de los acorazados alemanes

Siete horas después, la persecución todavía continuaba. A 12 km de Puerto Stanley, el Scharnhorst recibió una salva del Invincible sobre un lateral, sin que eso le hiciese demasiado daño. Sin embargo, a las 15 horas, el Scharnhorst recibió nuevamente una nueva andanada que destruyó la cubierta y creó vías de agua, por lo que comenzó a hundirse lentamente. Una hora después, en un último esfuerzo, el Scharnhorst intentó acortar distancias, acercándose escorado y semihundido hacia el Invincible con la intención de responder al fuego, pero la proa se metió bajo el agua y el barco acabó hundiéndose de morro con las hélices todavía girando. El almirante Maximilian von Spee y los 795 hombres de la tripulación quedaron atrapados en el buque y se hundieron con él.

Mientras tanto, el Gneisenau, navegando más adelante y con el teniente Heinrich von Spee (hijo del almirante) a bordo, asistió impotente al fin del buque insignia alemán. El crucero alemán viró y se enfrentó al Carnavon y al Inflexible, a los que luego se les unió el Invincible. El comandante del Gneisenau, Otto Maerker, ordenó disparar sobre el Inflexible con los proyectiles de 210 mm y sobre el Carnavon con los de 150 mm. El Inflexible fue alcanzado tres veces sin mayores consecuencias. Éste respondió disparando al Gneisenau, destruyendo su maquinaria propulsora. Entonces el capitán alemán ordenó abrir las válvulas y dejar que el buque se hundiera.

A las 17 horas, una hora después del hundimiento del Scharnhorst, el Gneisenau zozobró y se fue a pique. Solo se pudieron rescatar 180 hombres de los 800 que componían la tripulación. Entre los desaparecidos se encontraba el teniente Heinrich von Spee.

Masacre del Leipzig

Mientras tanto, los cruceros ligeros alemanes continuaron su huida, tal como les ordenó el almirante Von Spee. El Dresden, gracias a sus turbinas, consiguió una gran ventaja y logró alejarse. Sin embargo, el Glasgow y el Cornwall se abalanzaron sobre el Leipzig, más lento, y lo cañonearon ferozmente hasta incendiarlo. Aún en estas condiciones, el Leipzig logró disparar una vez al Glasgow y ocasionarle una baja en su tripulación, y acertó al Cornwall tres veces sin ocasionarle daños mayores.

El Leipzig siguió disparando hasta que se le acabaron las municiones, mientras su casco era perforado por los proyectiles y la tripulación sufría múltiples bajas.

El comandante Haun, a cargo del Leipzig, ordenó el abandono del buque y la apertura de las válvulas. Los marinos supervivientes se alinearon entonces en la destrozada cubierta, apenas 150 de los 380 hombres que componían la tripulación. Aun así los británicos no dejaron de disparar causando una gran masacre en los marinos de cubierta.

El Glasgow y el Cornwall se acercaron esperando ver la bandera de rendición del destrozado crucero alemán, pero al no divisar nada más que el pabellón en alto reanudaron el fuego e hicieron una carnicería entre los marinos alineados en el alcázar de proa, mientras el barco no terminaba de hundirse. Por fin, sin esperar el símbolo de rendición, los británicos lanzaron sus botes al agua y rescataron a tan solo 18 tripulantes. El Leipzig se hundió tras el rescate del último superviviente.

Hundimiento del Nürnberg y final de la batalla

Por su parte, el Kent persiguió al pequeño Nürnberg, que con gran esfuerzo logró alcanzar los 25 nudos, dos más que el Kent. Sin embargo, no lograron mantenerlos, las calderas sobreexigidas debieron parar y se redujo la velocidad. El capitán de navío, Schönberg, ordenó embestir al Kent. Este lo dejó acercarse, y cuando distaban 700 m, cañoneó a mansalva al Nürnberg, que terminó por detenerse, alzar la popa e irse a pique. De una dotación de 322 hombres, solo se salvaron 7. Otto von Spee, el otro hijo del almirante a bordo del Nürnberg, tampoco sobrevivió.

Tras esto, de la fuerza original alemana solo quedaba a flote el Dresden, que llevaba una considerable ventaja y velocidad y solo pudo contemplar desde lejos la agonía del Nürnberg. Consiguió finalmente escapar, pero fue hundido unos meses más tarde, cuando dos cruceros británicos lo localizaron en aguas chilenas en marzo de 1915.

Controversia

Todavía es muy discutida en la actualidad la decisión de Spee de huir en vez de atacar a la flota en el puerto mismo. La escuadra británica de Puerto Stanley estaba ese día en una situación peligrosa, sin posibilidad de moverse rápidamente y los buques tardaron más de dos horas en conseguir presión y salir a alta mar. Los británicos estaban totalmente indefensos a primeras horas de la mañana, pues solo el Canopus y el Kent tenían los fuegos encendidos como parte de la guardia. Sturdee sabía esto e hizo salir al Kent a todo vapor y hacer humear las chimeneas de los buques detenidos, para dar la impresión que todos los buques se hacían a la mar.

Si la escuadra de Spee hubiera cañoneado Stanley con los buques británicos inmóviles sin poder moverse en el puerto, los alemanes podrían haber causado a los británicos una severa derrota, como el almirante japonés Togo con los rusos en Port Arthur 10 años atrás.

También es discutida la demora de Spee en los puertos de Chile tras su triunfo en Coronel y tardar varios días en zarpar hacia las islas Malvinas, pues le dio capacidad de respuesta al almirantazgo británico, que pudo enviar a ese punto una poderosa escuadra de forma silenciosa.

Películas

  • The Battle of Coronel and Falkland Islands (Reino Unido, 1927. Director: Walter Summers)
Batalla de las Malvinas
Primera Guerra Mundial

Fecha 8 de diciembre de 1914
Lugar Islas Malvinas, (Flag of the United Kingdom.svg Reino Unido)
Coordenadas 52°29′58″S 56°09′59″O (mapa)
Resultado Victoria decisiva británica
Beligerantes
Flag of the German Empire.svg Imperio Alemán Flag of the United Kingdom.svg Reino Unido
Comandantes
Bandera de Imperio alemán Maximilian von Spee  † Bandera del Reino Unido Frederick Doveton Sturdee
Fuerzas en combate
2 cruceros acorazados
3 cruceros ligeros
2 cruceros de batalla
3 cruceros acorazados
2 cruceros ligeros
1 acorazado pre-dreadnought
Bajas
1.871 muertos
215 prisioneros
4 naves hundidas
10 muertos
19 heridos
 
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Publicado por en 8 diciembre, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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Batalla de Tanga (3 al 5 noviembre de 1914)


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La batalla de Tanga, librada entre los ejércitos coloniales de Gran Bretaña y Alemania, fue el mayor enfrentamiento de la Primera Guerra Mundial que se desarrolló en suelo africano. El objetivo fallido de los británicos era la ocupación del África Oriental Alemana.

Los mandos británicos decidieron atacar la ciudad de Tanga como primer paso para la conquista de la colonia mediante un ataque anfibio. La plaza, situada en una meseta a sólo 80 km al sur de la frontera con el África Oriental Británica era el puerto alemán más importante de la zona y el final del importante ferrocarril de Usambara. El primer plan de ataque británico consistía en el bombardeo del puerto por parte de barcos de guerra, pero esta idea se abandonó tras firmarse un acuerdo de no agresión con la población, confiando en que podría rendirse a la vista de la flota sin que ésta tuviese que disparar una sola vez (véase «Diplomacia de cañonero»).

Tras unos días de inactividad llegó a la zona el HMS Fox, que anunció el fin unilateral del acuerdo. La población y las tropas presentes en la ciudad, en un principio formadas por una sola compañía de askaris, se prepararon para el combate. El comandante de las tropas alemanas en África Oriental, Paul von Lettow-Vorbeck, dirigió entonces la movilización de soldados desde las regiones circundantes a la ciudad, hasta contar con 1.100 efectivos con los que plantar cara a los británicos.

Al ver que se producían maniobras alemanas, pero sólo en tierra, el general británico Arthur Aitken asumió erróneamente que los alemanes habían minado la zona que rodeaba al puerto y decidió no bombardearlo. En su lugar, ordenó que la flota marchase 3 millas hacia el sur y desembarcase allí la fuerza de 8.000 reservistas indios con los que planeaba tomar la ciudad. La decisión no pudo ser más errónea, ya que las tropas indias no estaban entrenadas para un objetivo de este tipo y el mando británico no disponía de información sobre la zona de desembarco al no haber mandado exploradores previamente a la región. Tras pasar la noche del 3 de noviembre allí, Aitken ordenó a sus tropas que se dirigiesen hacia la ciudad a la mañana siguiente. No se pudo explorar la zona previamente y las tropas británicas tuvieron que marchar directamente a ciegas, lo que facilitó que cayeran en una emboscada de la guarnición de Tanga, iniciándose así la batalla. Al caer la tarde, tras varias horas de lucha en la selva, los soldados comenzaron a ser atacados por enjambres de abejas salvajes, razón por al cual este enfrentamiento también es conocido como «batalla de las abejas».

A pesar de ser superado por 8 hombres a 1, Paul von Lettow-Vorbeck consiguió mantener a raya las tropas británicas y ordenó un contraataque exitoso, obligándolas a volver a los botes de los que habían desembarcado. En su desordenada huida, los soldados indios abandonaron un gran número de fusiles, ametralladoras y más de 600.000 balas que fueron capturados por las tropas alemanas. En lugar de ensañarse con el ejército en retirada, Paul von Lettow-Vorbeck salió al paso de los soldados que ya embarcaban bajo una bandera blanca y solicitó una conversación amistosa con Aitken, a la que éste accedió. Entonces intercambiaron opiniones en la playa mientras compartían una botella de brandy. El comandante alemán también ordenó a los médicos de su ejército que atendiesen a los soldados indios heridos.

Esta fácil victoria para los alemanes fue la primera que Paul von Lettow-Vorbeck consiguió en la Primera Guerra Mundial, en la que llegaría a ser imbatible y se convertiría en un héroe a su regreso a Alemania. Para los británicos, Tanga significó la pérdida del factor sorpresa y el abandono de la idea de ocupar el África Oriental Alemana por medio de una única acción rápida, como ya se había puesto en práctica con otras colonias alemanas como Togo, Camerún, Namibia y Nueva Guinea. Seguiría, pues, una larga guerra de 4 años en el este de África, en la que el minúsculo ejército colonial alemán mantuvo en jaque a unas fuerzas británicas compuestas por cientos de miles de hombres y cuya resistencia duró dos semanas más que la del propio Imperio Alemán en Europa.

Batalla de Tanga
Fecha 3-5 de noviembre de 1914
Lugar Tanga, África Oriental Alemana
Coordenadas 5°04′00″S 39°06′00″E
Resultado Victoria alemana
Beligerantes
Imperio Alemán Reino Unido
Comandantes
Paul von Lettow-Vorbeck Arthur Aitken
Fuerzas en combate
1.100 askaris 8.000 reservistas indios
Bajas
81 heridos 487 heridos
61 muertos 360 muertos
 
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Publicado por en 3 noviembre, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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General Dimitriev


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Radko Dimitriev, en búlgaro: Радко Димитриев (Gradets, Bulgaria; 24 de septiembre de 1859 – Pyatigorsk, Imperio ruso; 18 de octubre de 1918) fue un general búlgaro, jefe de Estado Mayor del Ejército búlgaro desde el 1 de enero de 1904 hasta el 28 de marzo de 1907, así como general del Ejército Imperial Ruso durante la Primera Guerra Mundial.

Biografía

Nació en la localidad de Gradets, en la provincia de Sliven, y fue criado por su abuela en Kotel. Posteriormente estudió en el Gimnasio Aprilov de Gabrovo y participó en la organización de la Sublevación de abril de 1876.

Durante la Guerra ruso-turca (1877-1878) fue traductor en la 2ª División de Guardias del Ejército ruso. En 1879 se graduó en la escuela militar de Sofía. En 1881, fue ascendido a teniente y en 1884 a capitán, tras graduarse en la Academia de San Petersburgo. Como capitán fue uno de los oficiales pro-rusos involucrados en el complot para secuestrar al príncipe Alejandro de Battenberg y forzarlo a abdicar en 1896, debido a lo que fue exiliado por el Primer Ministro Stefan Stambolov. Sirvió entonces en el ejército ruso durante diez años, regresando a Bulgaria tras la caída de Stambolov.

Durante la Guerra serbo-búlgara de 1885, Dimitriev fue uno de los comandantes de los Cuerpos Occidentales y participó en la exitosa batalla de Pirot. Después de la guerra tomó parte en un infructuoso golpe de Estado, emigró a Rumanía y entró a formar parte del Club de Oficiales Emigrantes. Posteriormente se trasladó a Rusia.

Regresó a Bulgaria en 1898 y fue nombrado segundo al mando de la 5ª División de Infantería del Danubio. El 18 de mayo de 1900 fue ascendido a coronel y jefe de Estado Mayor del Ejército búlgaro desde 1904 a 1907. El 2 de agosto de 1912 fue promocionado a Teniente General.

Durante la Primera Guerra de los Balcanes (1912 – 1913) estaba al mando del III Ejército, que derrotó al Ejército otomano en la batalla de Kirk Kilisse y Lule Burgas en la región de Tracia. Sus fulminantes victorias acabaron el 17 de noviembre de 1912 en Çatalca, en la que fuera la primera derrota en la historia moderna del ejército búlgaro, que evitó que las tropas búlgaras tomaran la capital otomana, Estambul, que era el sueño del rey Fernando I de Bulgaria.

Durante la Segunda Guerra de los Balcanes, en 1913, reemplazó al general Mihail Savov como segundo al comandante-en-jefe. Ese mismo año, al finalizar la guerra, fue enviado como ministro plenipotenciario a San Petersburgo, Rusia.

Primera Guerra Mundial

Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el Ejército ruso como comandante de un Cuerpo de Ejército. En primavera de 1915 dirigía el III Ejército ruso en Galitzia, oponiéndose a los austriacos en el frente de Gorlice-Tarnów. Su papel consistía en aguantar la línea mientras el XI y XII Ejércitos rusos de Bucovina renovaban la ofensiva a través de los Cárpatos hacia el interior de Hungría. En abril de 1915, a pesar de ser consciente de que tropas alemanas habían reemplazado a fuerzas austriacas en la zona de Gorlice, no hizo ningún preparativo para resistir una eventual ofensiva germana o fortificar sus posiciones. Las trincheras de este sector eran muy toscas y en muchas partes no existía una segunda línea de defensa. En el frente de Gorlice, 5½ divisiones rusas, 60.000 reclutas pobremente entrenados, se enfrentaban a diez divisiones alemanas del XI Ejército bajo el mando de Mackensen con 700 cañones, muchos de ellos de calibre pesado. Los rusos disponían sólo de 140 piezas de campo.

El bombardeo concentrado que abrió la ofensiva de Gorlice-Tarnów el 2 de mayo de 1915 desgarró el frente, pero inicialmente, el general Alekséyev, jefe de la Stavka, descartó que se tratara de un ataque de importancia. Stavka estaba convencido de que el principal ataque alemán llegaría más al norte, y mantuvo su atención en la ofensiva de Bucovina. La Stavka ordenó un contraataque ruso en el paso de Dokra, el 7 de mayo de 1915, que se convertiría en una masacre. Como consecuencia, cuando la Stavka autorizó a Radko Dimitriev a retirarse el 10 de mayo, grandes contingentes del III Ejército habían quedado aislados o destruidos. Sólo 40.000 hombres de un ejército de 200.000 alcanzaron el río San. Dimitriev se lamentó de que su ejército había quedado ‘desangrado’, pero fue relevado del mando el 2 de junio y reemplazado por el general Lesh.

Sir Bernard Pares, que se encontró con Radko Dmitriev en varias ocasiones mientras cubría el frente oriental, le describía como:

«El general Radko Dmitriev es un hombre bajo y robusto, con ágiles ojos marrones y un perfil que recuerda a Napoleón. Habla rápidamente y por cortos periodos, en ocasiones tamborilea sus dedos sobre la mesa, y cada cierto tiempo hace un gesto para coger las cerillas. La visita diaria del jefe de Estado Mayor es corta, dado que, como el general suele decir, las tareas simples se llevan a cabo con rapidez. Cada fragmento de su incisiva conversación se integra como parte de una única y concisa visión de la posición militar, cuyo lema es ‘adelante’.»

Tras un tiempo relegado en el Cáucaso, fue reasignado a finales de 1916 para comandar el XII Ejército ruso en el frente de Riga, pero en verano de 1917 Mijaíl Alekséyev le destituyó junto a su comandante-en-jefe en el frente, Ruszky, por «debilidad e indulgencia con los comités de soldados» que habían surgido por todas partes tras la revolución de Febrero de 1917. Radko dimitió y se retiró con su familia al complejo de Pyatigorsk en el Cáucaso. Allí fue abatido por soldados bolcheviques, junto a otros cien generales y oficiales, el 18 de octubre de 1918.

Radko Dimitriev
Radko Dimitriev.jpg
Teniente general Radko Dimitriev
Teniente general
Años de servicio 1877–1886; 1898–1913; 1914-1917
Lealtad Bulgaria Flag of Bulgaria.svg
Imperio ruso Bandera de Rusia
Condecoraciones BulgarianWarTimeMeritRibbon.jpg Bg1osa.png Bg1omm.png RUS Order św. Jerzego (baretka).png POL Order Świętego Stanisława BAR.svg RUS Order św. Anny (baretka).svg Legion Honneur Officier ribbon.svg Star of Romania Ribbon.PNG Ordine imperiale della corona di ferro, austria.png
Participó en Guerra serbo-búlgara
Primera Guerra de los Balcanes

Primera Guerra Mundial


Nacimiento 24 de septiembre de 1859
Gradets, Bulgaria Flag of Bulgaria.svg
Fallecimiento 18 de octubre de 1918
Pyatigorsk, Imperio ruso Bandera de Rusia
 
 

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03 de Octubre de 1914 – Inicio de la Batalla del Río Vístula. Combate de Opatów-Klimontów


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A pesar de las aplastantes victorias frente a los rusos en Tannenberg y en los Lagos Masurianos, las sucesivas derrotas de las fuerzas aliadas austro-húngaras en la Galitzia habían puesto en peligro de invasión a la rica provincia industrial alemana de la Alta Silesia, es por ello que el Jefe del OHL-Oberste Heeresleitung (Alto Mando Alemán), General Erich von Falkenhayn, decidió cerrar hacia el sur, en dirección a Cracovia y Varsovia, el paso a las fuerzas rusas en Polonia, como así también evitar el colapso total de las tropas de Austria-Hungría.

Para ello, decidió formar al IX° Ejército que comandado por el recientemente designado Mariscal de Campo Paul von Hindenburg, que estaba formado por los cuerpos XVII° del General de Caballería August von Mackensen, XX° del General de Infantería Friedrich von Scholtz (pertenecientes hasta ese momento por el VIII°), el Cuerpo de Guardias de la Reserva del General de Artillería Max von Gallwitz , el XI° Cuerpo del General de Infantería Otto von Plüskow y el III° Cuerpo de Caballería del General Rudolf von Frommel, estos últimos tres procedían del Frente Occidental, finalmente estaba reforzado por un Cuerpo de Landwehr compuesta por milicianos con poca preparación.

A fines de septiembre, las fuerzas de von Hindenburg se unieron al I° Ejército Austro-Húngaro, Conde Viktor Dankl, quien se retiraba desde el este luego de la catástrofe acontecida en la región de Galitzia, donde la fortaleza de Przemyśl, era el único punto que no había sido ocupado por las fuerzas rusas.

Por su parte, el General Nikolai Ruzsky, nuevo comandante del Frente Nor-Occidental (Compuesto por los ejércitos 2°, 4°, 5° y 9°, además de grupos de combates independientes y guarniciones de las principales ciudades), planifico una ofensiva con lo cual debía proteger el cruce del río Vístula por parte de los ejércitos 4° del General Alexei Evert y 9° del también General Platon Letschitzky, para lograrlo sin ningún tipo de sorpresa, habían sido desplegadas entre la ciudad de Radom y la aldea de Opatów-Klimontów, la 75° División de reserva (Pertenecía al 4° Ejército) y el Grupo de Combate del General Delsalle (Pertenecía al 5° Ejército del General Pavel Phleven), a ellos se le unió el Cuerpo de Caballería Nowikov, conformado por varias divisiones de indómitos cosacos.

Ante esto el Mariscal de Campo von Hindenburg decidió enviar al XI° Cuerpo del General von Plüskow, al Cuerpo de Guardias de la Reserva del General von Gallwitz y al I° Cuerpo Austro-Húngaro del General Barón Karl von Kirchbach auf Lauterbach, contra las fuerzas del Grupo Delsalle.

En las primeras horas del 03 de Octubre de 1914, las 3° y 7° divisiones de Caballería austriacas se enfrentaron a la Brigada de Caballería de la Guardia Rusa y a los infantes de la 80° División, en los alrededores de Klimontów, logrando derrotarlos y haciéndolos retroceder.Ante esta situación, el mando ruso ordeno una retirada ordenada, siendo aceptada por las fuerzas del Cuerpo de Caballería Nowikov, en cambio, el General Delsalle hizo caso omiso a las instrucciones y decidió atrincherase para conservar la posición, sin embargo en horas de la tarde la superioridad de las fuerzas de von Hindenburg se impuso aplastando al enemigo, haciendo 7.000 prisioneros, por su parte las bajas propias no alcanzaban a las 1.000.

Este triunfo de las fuerzas de los Poderes Centrales, levanto el ánimo, sobretodo en Viena dado que era la primera buena noticia luego de las duras derrotas sucedidas desde inicio de los combates frente a los rusos.

Postal en donde se muestra a soldados alemanes y austro-húngaros luchando en Opatów-Klimontów.

Cosacos, símbolo de la caballería rusa marchando hacia la batalla.

 
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Publicado por en 3 octubre, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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22 de Septiembre de 1914 – Enfrentamiento naval Royal Navy vs submarino aleman


La Acción del 22 de septiembre de 1914 fue un enfrentamiento naval que tuvo lugar durante la Primera Guerra Mundial, en la cual, tres cruceros acorazados de la Royal Navy fueron hundidos por un submarino alemán mientras patrullaban. Aproximadamente 1450 perdieron la vida, y hubo protestas públicas por las pérdidas. El incidente, erosionó la confianza en el gobierno, y dañó la reputación de la Royal Navy en una época en la que muchos países, la consideraban el principal soporte británico en la guerra.

Trasfondo

Los cruceros, formaban parte del la 7ª escuadra de cruceros del Reino Unido, apodada irónicamente como la escuadra del cebo vivo, que estaba asignada a tareas de patrulla en le mar del Norte, apoyados por destructores y submarinos de la fuerza Harwich para evitar las incursiones de la Armada Imperial alemana en el Canal. Aunque se había expresado preocupación por la vulnerabilidad de estos anticuados buques, especialmente ante un posible ataque de los modernos cruceros de batalla alemanes, no se realizó ningún cambio antes de los eventos del 22 de septiembre. Había menos preocupación ante un posible ataque submarine en ese momento de la guerra, ya que la amenaza de los U-boat no era tomada en serio por muchos en la Royal Navy.

Los U-boat eran igualmente tratados a la ligera por la Kaiserliche Marine; en las seis primeras semanas de la guerra, se habían perdido dos submarinos, y los resultados obtenidos por estos, resultaban escasos.

La mañana del 22 de septiembre encontró un único U-boat, el U-9, bajo el mando del teniente Otto Weddigen, a través de Broad Fourteens de vuelta a su base.

En la patrulla del 22 de septiembre, había tres cruceros del 7th CS, el Aboukir, bajo el mando del capitán J Drummond , oficial de mayor graduación presente, el Hogue y el Cressy. Un cuarto crucero, el Euryalus, buque insignia de la escuadra, bajo el mando del vicealmirante A Christian, había retornado previamente a su base para repostar combustible el día 20, mientras que la escuadra de destructores que debían acompañarlos, se había visto obligada a retirarse ante el estado del mar el 17.

Acción

A las 6:30 de la mañana del 22 de septiembre, con el tiempo en calma y los tres cruceros patrullando a 10 nudos, a dos millas náuticas (4 km aprox.) de la costa. Los buques, llevaban apostados centinelas que intentaban otear periscopios de submarinos u otros buques alemanes, y un cañón de cada costado de cada buque, mantenía a su equipo en sus puestos. El submarino de la Armada alemana, U-9 comandado por el Kapitänleutnant Otto Weddigen tenía orden de atacar a los transportes británicos a Ostend, pero se vio forzado a sumergirse para refugiarse de la tormenta. Al emerger, detectó a los cruceros enemigos, y se tomó la decisión de atacarlos. A las 6:20 el submarino, disparó un torpedo al buque más cercano, que se encontraba a una distancia de 500 m, el cual, impactó al Aboukir por la banda de estribor, inundando la sala de máquinas y causando la detención inmediata del buque. Desde los buques británicos, no se habían detectado submarinos, por lo que Drummond asumió que el buque, había chocado con una mina, y pidió ayuda a los otros dos cruceros para que acudieran en su ayuda. Después de veinticinco minutos, el Aboukir volcó, y se hundió cinco minutos después. Solo pudo ser lanzado un bote salvavidas, ya que la explosión, dejó sin suministro de vapor a los tornos necesarios para lanzarlos.

El U-9 emergió tras disparar su torpedo inicial, y observó a los dos cruceros británicos restantes, intentando rescatar a los tripulantes del buque hundido. Weddigen disparó dos nuevos torpedos a su siguiente objetivo, el Hogue, a un alcance de unas 275 m. Como los torpedos fueron disparados con el submarino en superficie, desde el Hogue, pudieron detectarlo, disparándole antes de que volviera a sumergirse. Los dos torpedos, impactaron al Hogue; cinco minutos después, el capitán Wilmot Nickolson, daba la orden de abandonar el buque, 10 minutos más tarde, al Hogue volcaba, hundiéndose a las 7:15.

Kapitänleutnant Otto Weddigen

Desde el Cressy, habían detectado al submarino, al que habían intentado disparar y embestir sin éxito. Entonces, el buque, retornó para rescatar a los supervivientes. A las 7:20, el U-9 disparó los dos torpedos de popa a una distancia de 915 m. Uno falló, por lo que el submarino, viró para encarar a al Cressy con su último torpedo a proa a una distancia de 500 m. El crucero, fue impactado por el primer torpedo por el costado de estribor, el segundo, impactó por el costado de babor a las 7:30. El buque, volcó por la banda de estribor, permaneciendo a flote hasta las 7:55 a.m. Dos pesqueros holandeses a vela que se encontraban en las cercanías, declinaron acercarse al Cressy por temor a las minas, lo cual llevó al crucero a dispararles su cañón de proa de 233 mm en un gesto de ira.

La llamada de Socorro, fue recibida por el comodoro Tyrwhitt, que con la escuadra de destructores estaba retornando junto a los cruceros gracias a la mejora del tiempo. A las 8:30 el vapor holandés Flora, se acercó a la zona tras haber avistado los hundimientos, y pudo subir a bordo a 286 hombres. Un Segundo vapor, el Titan, rescató a otros 147 hombres. Otros, fueron rescatados por dos pesqueros a vela, los Coriander y J.G.C., posteriormente, arribaron a la zona los destructores a las 10:45. 837 hombres fueron rescatados, mientras que 1397 tripulantes y 62 oficiales, gran parte de ellos, hombres de la reserva naval, perdieron la vida.

Wenman «Kit» Wykeham-Musgrave (1899–1989) sobrevivió al torpedeo a bordo de los tres buques, Un guardiamarina a bordo del Aboukir, saltó por la borda y se alejó del buque para evitar la succión. Fue subido a bordo delHogue cuando este fue torpedeado. Repitió lo hecho anteriormente y nado hasta el Cressy, pero después, fue torpedeado, y saltó de Nuevo por la borda, aferrándose a unos maderos, hasta que fue subido a bordo de un pesquero holandés.»

Los destructores, comenzaron a buscar al submarino, al cual le quedaba poca energía eléctrica para realizar el viaje de vuelta sumergido, y en superficie, solo podía dar 14 nudos, dejando un rastro de humo de escape en superficie. Weddigen optó por dar la orden de sumergirse, y aguardar durante la noche, emprendiendo el viaje de retorno al día siguiente.

Consecuencias

El desastre, impactó a la opinión pública británica, y dañó la reputación de la Royal Navy a nivel mundial. Los anticuados cruceros protegido y acorazados, fueron retirados de las áreas de patrulla; El almirante Christian fue reprendido, y Drummond, que no sobrevivió al ataque, fue criticado por el resultado de la investigación, por no seguir las recomendaciones antisubmarinas del almirantazgo. He was however praised for his conduct during the actual attack. Los 28 oficiales y 258 tripulantes rescatados por el Flora fueron desembarcados en Ymuiden y fueron repatriados el 26 de septiembre.

En contraste, Weddigen y su tripulación, fueron recibidos como héroes a su retorno; Weddigen fue condecorado con la Cruz de Hierro, de primera clase, mientras que su tripulación, recibió la Cruz de Hierro de segunda clase. TLa reputación de los U-boat quedó establecida como una potente arma de guerra.

El futuro primer lord del mar, Dudley Pound, que sirvió en el acorazado tipo dreadnought HMS St Vincent de la Gran Flota, escribió en su diario el 24 de septiembre, Mucho nos lamentamos por la perdida de vidas, pero uno no puede dejar de pensar que es una advertencia útil para nosotros – debemos comenzar a considerar como una amenaza a los submarinos alemanes pues ningún despertar es bueno y el nuestro tenía que llegar tarde o temprano y podía haber llegado acompañado de la pérdida parte de nuestra flota de la combate.

Orden de batalla

Royal Navy:

  • HMS Aboukir, crucero acorazado, buque insignia
  • HMS Hogue, crucero acorazado.
  • HMS Cressy, crucero acorazado.

Kaiserliche Marine:

  • U-9, submarino
Acción del 22 de septiembre de 1914
I Guerra Mundial
HMS Aboukir.jpg
HMS Aboukir


Fecha 22 de septiembre de 1914
Lugar Broad Fourteens, Mar del Norte
Coordenadas  53°00′N 3°45′E (mapa)
Resultado Victoria alemana
Beligerantes
Bandera de la Kaiserliche Marine

SM U-9 de la
Kaiserliche Marine
Bandera de la Royal Navy

3 cruceros de la
7ª escuadra de cruceros de la
Royal Navy
Comandantes
Cpt. Otto Weddigen  Cpt. John Drummond
Fuerzas en combate
1 submarino                      3 cruceros acorazados
Bajas
ninguna                                      1450 muertos
3 cruceros acorazados hundidos

 
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Publicado por en 22 septiembre, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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9 de Septiembre al 14 de Septiembre de 1914 – Primera Batalla de Los Lagos Masurianos


 

La Primera Batalla de Los Lagos Masurianos fue una batalla de la Primera Guerra Mundial disputada entre el 8º Ejército Alemán y el 1º Ejército Ruso en Prusia del Este desde el 9 al 14 de septiembre de 1914. La Primera Batalla de Los Lagos Masurianos fue la segunda victoria alemana en el frente oriental sobre los rusos.

Después de haber acertado un duro golpe al 2º Ejército Ruso al mando del General Samsonov en la Batalla de Tannenberg, el 8º Ejército Alemán de Paul von Hindenburg giró su atención al 1º Ejército Ruso al mando del General Rennenkampf (ruso, de origen alemán). Hindenburg planeaba realizar un maniobra envolvente sorbre el 1º Ejército de Rennenkampf, perforando las líneas rusas en un punto débil. Para ello, 8º Ejército Alemán contaba con de 21 divisiones, de las cuales 18 eran de infantería y tres cabellería.

El 1º Ejército Ruso se encontraba avanzando entre Königsberg y Los Lagos Masurianos. Sin embargo cuando su comandante Rennenkampf se enteró de la derrota del 2º Ejército de Samsonov en Tannenberg, ordenó a sus tropas a retroceder a una posición más firme entre el sur de las costas del Mar Báltico y Angerburg.

Los alemanes realizaron un ataque preliminar el 7 de septiembre, el cual duró dos días, desde ambos lados de los lagos del sur. Su objetivo era empujar a los rusos hacia las costas. Ante este ataque temprano, las primeras unidades rusas se desperdigaron y los alemanes continuaron avanzando in dirección norte, en busca del cuerpo principal del 1º Ejército.

Rennenkampf, quien temía ser rodeado, ordenó a sus tropas retroceder aun más el 9 de septiembre, realizando pequeños contraataque para cubrir su retirada más al este. Sin embargo el 11 de septiembre las tropas rusas con muchas bajas ya habían retrocedido a una línea entre Intersburg y Angerburg. Ante el constante avance alemán, Rennenkampf ordenó una gran retirada general hacia territorio ruso.

El día 14 de septiembre, Hindenburg ordenó a sus alas acelerar la marcha, pero los rusos pudieron escaparse, aunque a un gran costo. Tras la Batalla de Los Lagos Masurianos Prusia del Este había sido liberada de tropas rusas. El diezmado 1º Ejército Ruso sufrió 125.000 bajas y la pérdida de muchas piezas de artillería y equipos militares que fueron abandonados en la marcha forzada para escapar de los alemanes.

 
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Publicado por en 9 septiembre, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

28 de Agosto de 1914 – Batalla de Heligoland


Batalla de Heligoland

La primera batalla naval importante de la gran guerra se produjo el 28 de agosto de 1914 en la bahía de Heligoland. Allí se encontraba Wilhelmshaven, la base de la Kriegsmarine en el mar del Norte. El contralmirante Franz von Hipper comandaba el dispositivo de vigilancia de la bahía de Heligoland, una fuerza de 9 destructores y 3 cruceros ligeros que navegaban dispersos por la bahía atentos a una posible incursión británica contra Wilhemshaven.

Imagen de la pequeña isla alemana situada en el borde sudeste del mar del Norte

Los submarinos británicos exploraban impunemente la costa alemana, en un tiempo en que la detección antisubmarina no estaba desarrollada, y se percataron de un fallo en el sistema de vigilancia de Hipper. Los barcos estaban demasiado dispersos en la bahía, no podrían apoyarse entre sí en caso de ataque, y navegaban demasiado alejados de la base como para recibir apoyo de esta antes de ser destruidos. Parecía factible enviar una escuadra de superficie, atacarlos y regresar velozmente a Inglaterra sin entrar en combate con el grueso de la flota alemana. Los navíos de vigilancia de Hipper, en vez de servir de alerta ante una ofensiva naval, eran una presa tan tentadora que se convirtieron en el objetivo de esa ofensiva.

El almirantazgo británico elaboró un ingenioso plan: una fuerza rápida de 29 destructores y 2 cruceros ligeros, al mando del comodoro Reginald Tyrwhitt penetraría de noche en la bahía de Heligoland, por el norte. Se colocarían sigilosamente entre los barcos de vigilancia y la base de Wilhelmshaven, y al amanecer harían un barrido hacia el oeste atacando a los barcos de vigilancia que fueran encontrando. Como los navíos de Tyrwhitt eran más rápidos y con mayor potencia de fuego que los de Hipper, y además avanzarían agrupados, apoyándose unos a otros, era presumible que los barcos de vigilancia de la base alemana tendrían serios problemas. Además, Wilhelmshaven tenía una particularidad que jugaría a favor de los británicos. A la entrada del puerto se hallaba sumergida una barra arenosa que hacía que los buques de gran calado sólo pudieran entrar o salir de la base con la marea alta. Como el ataque de Tyrwhitt se produciría al amanecer, con la marea baja, los acorazados y cruceros de batalla alemanes no podrían zarpar para enfrentarse a los británicos. Los destructores de Hipper solo podrían ser socorridos por cruceros ligeros. Y para hacer frente a estos, los británicos enviarían una segunda escuadra al mando del vicealmirante David Beatty, 2 cruceros de combate (Invincible y New Zealand), 3 cruceros de batalla (Lion, Queen Mary y Princess Royal), 6 cruceros ligeros y 2 destructores. (Un crucero de combate es más rápido que un crucero de batalla, pero tiene menos blindaje). Esta fuerza daría cobertura a la de Tyrwhitt, se mantendría a 50 millas mar adentro y se internaría en la bahía si era necesario para hacer frente a cualquier contingente que partiera de Wilhelmshaven.

El 28 de agosto fue el día fijado para la operación. Por la noche Tyrwhitt se introdujo en la bahía con sus 29 destructores y 2 cruceros ligeros sin ser detectado, mientras Beatty tomaba posición mar adentro. Al amanecer la bahía de Heligoland apareció cubierta de niebla, lo que suponía una ventaja más para los ingleses. La niebla suponía que los navíos se verían unos a otros sólo a corta distancia, de forma que los barcos alemanes no detectarían a los ingleses hasta tenerlos demasiado cerca para escapar. Además la niebla impediría a los aviones de reconocimiento alemanes avistar los navíos ingleses, y dejaba inútiles los ocho cañones de 305 mm que los alemanes tenían instalados en la pequeña isla de Heligoland. Todo eran ventajas para los británicos.

A las 7 de la mañana los buques de Tyrwhitt avistaron al primer destructor alemán, y abrieron fuego sobre él. Sucesivamente varios destructores alemanes fueron gravemente dañados. Inferiores en número y en armamento, lo único que los buques alemanes podían hacer era a través de la niebla mientras pedían desesperadamente ayuda a la base de Wilhelmshaven.

La peor suerte le correspondió al destructor alemán V-187, que se vio rodeado de seis navíos británicos y sin posibilidad de escabullirse. Resistió con honor, pero fue inevitablemente hundido a cañonazos.

El contralmirante Hipper, al conocer la situación, dio orden a los cruceros ligeros de Wilhelmshaven de que salieran de la base en busca del enemigo. Los grandes navíos debían prepararse para hacerse a la mar en cuanto la marea lo permitiera (aunque esto sucedería ya demasiado tarde). Los cruceros ligeros alemanes que podían cumplir la orden de Hipper eran seis: Mainz, Ariadna, Strassburg, Köln, Dantzig y Stralsund. Pero el contralmirante cometió un nuevo error, en vez de hacerlos salir en grupo, dándose cobertura unos a otros, les permitió salir conforme estuvieron listos para zarpar, de manera que se fueron sumando al combate uno a uno, sin poder apoyarse mutuamente. Esto no hubiera tenido importancia si solo se trataba de hacer frente a los barcos de Tyrwhitt, que eran de menor entidad que estos cruceros, pero lo que Hipper no sabía es que Beatty ya había decidido avanzar con sus grandes navíos y adentrarse en la bahía. Contra los cruceros de batalla de Beatty, los cruceros ligeros alemanes nada podían hacer. Un crucero ligero como el Mainz desplazaba 4.400 toneladas, frente a las 26.000 toneladas de un crucero de batalla como el Lion.

HMS Lion

El Mainz precisamente fue el primero en sufrir las consecuencias. Un cañonazo de fortuna le alcanzó en el eje del timón, bloqueándole la dirección y forzándolo a navegar en círculos. (Era la misma avería que 27 años después sentenció la suerte del Bismarck). Los buques británicos fueron confluyendo sobre él y sometiéndolo a un auténtico diluvio de proyectiles, hasta que zozobró y se fue a pique.

Un crucero ligero británico, el Arethusa, también se vio en problemas. Había sido entregado por los astilleros muy recientemente, y todavía no había hecho prácticas de tiro. Entre la niebla se encontró con el crucero ligero alemán Frauenlob, que lo dañó gravemente. Y después fue blanco de los cañones del Köln, el Strassburg y el Ariadne.

Su situación se volvió desesperada y recibió un total de 25 impactos de 105 mm. Si los cruceros alemanes hubieran contado con artillería de mayor calibre sin duda el Arethusa se habría ido al fondo, pero pudo resistir hasta que aparecieron los cruceros de batalla de Beatty. Enormemente superiores a los alemanes, el Lion, el Queen Mary y el Pricess Royal invirtieron la situación. Cañonearon a placer a los vulnerables cruceros ligeros alemanes con sus piezas de 343 mm. El Ariadne se fue a pique tras una larga lucha. El Köln, en cambio, se hundió rápidamente. El cañoneo le incendió los pañoles de munición y el buque voló por los aires. Pereció toda su tripulación.

A las 13:36 la escuadra británica emprendió la retirada, sin dar tiempo a que la marea baja permitiera la salida de los grandes navíos alemanes de Wilhelmshaven.

La Royal Navy saldaba la batalla lamentando 32 muertos. Por el contrario, la Kriegsmarine había perdido 712 muertos y 381 prisioneros, y tenía hundidos 3 cruceros ligeros y 1 destructor. Y todo ello a las mismas puertas de su base naval.

El almirante Reinhard Scheer, superior de Hipper, describió la batalla como una bofetada en pleno rostro de Alemania.

Fuente:  DE LA SIERRA, Luis. El mar en la gran guerra. Ed. Juventud. Barcelona, 2006.

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Dibujo representativo de Batalla de la Bahía de Heligoland.
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Publicación del periódico británico Daily Telegraph sobre el acontecimiento.
 
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Publicado por en 28 agosto, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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26 de Agosto al 30 de Agosto de 1914 – Batalla de Tannenberg


Batalla de Tannenberg

Prisioneros y cañones rusos capturados en la Batalla de Tannenberg.

La Batalla de Tannenberg de 1914 enfrentó a los Imperios Ruso (I y II Ejércitos) y Alemán (VIII Ejército) al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Este enfrentamiento resultó ser uno de los más decisivos enfrentamientos de toda la Guerra, y tuvo lugar del 26 al 30 de agosto de 1914.

La batalla tuvo como consecuencia la casi total aniquilación del II Ejército, y una serie de batallas inmediatamente posteriores destruyeron la mayor parte del I Ejército también, lo cual dejó a los rusos tambaleantes hasta la primavera de 1915. Este enfrentamiento es notable por la rápida movilización de tropas alemanas por tren, lo cual permitió a un solo ejército presentar un único frente de batalla contra un ejército ruso mayor.

Antecedentes

El plan de batalla Aliado anterior a la guerra consistía en que Francia y el Reino Unido demorasen a los alemanes en el Frente Occidental mientras enormes ejércitos rusos eran organizados y transportados hasta el frente. Las cifras eran sobrecogedoras: en quizás un mes, más o menos, los rusos podrían reunir aproximadamente diez ejércitos, más tropas que las que los alemanes poseían en ambos frentes combinados. Sin embargo, al tiempo de la Batalla de Tannemberg, la razón real entre tropas rusas y alemanas era 1,9 a 1,6.

El principal problema del mencionado plan era la falta de un sistema adecuado de vías en Rusia. Además, los trenes rusos operaban con un ancho de vías distinto al de los alemanes, lo cual significaba que, a menos que los rusos de alguna forma adquiriesen vagones alemanes, sus tropas sólo podrían ser transportadas en tren hasta la frontera rusa. La amenazante presencia de tropas austrohúngaras al sur, como también, inicialmente, la de tropas japonesas al este limitaron el desempeño ruso al comienzo. Aun así, los rusos veían a los alemanes como su principal amenaza, y habían trazado un plan para hacerse con Prusia Oriental rápidamente.

Los alemanes, por su parte, también consideraban que el Imperio ruso era su principal amenaza. Todo el Plan Schlieffen se basaba en la idea de derrotar a Francia y Gran Bretaña lo más rápido posible, para entonces transportar sus tropas por tren hacia el este, al Frente Oriental. Esto permitió a los alemanes guarnecer Prusia más bien ligeramente, con un sólo ejército, el VIII, mientras que el IX permanecía en Alemania Central con el fin de reforzar cualquiera de los dos frentes, según la necesidad del momento. De acuerdo con esto, no se podía hacer mucho más que acciones retardadoras en este frente mientras se decidía la suerte en el Frente Occidental. Con el propósito de retrasar a las tropas rusas el mayor tiempo posible, toda el área alrededor de Königsberg, cerca de la frontera con Rusia, fue fuertemente fortificada con trabajos de campo.

Poco antes del estallido de la guerra, la situación se desarrolló en gran medida como se había planificado. El VIII Ejército alemán estaba estacionado al sureste de Königsberg, mientras que los dos ejércitos rusos disponibles estaban al este y al sur, estando el anterior en lo que se conocía como «La saliente polaca». Los planes de guerra rusos requerían un avance inmediato del I Ejército al mando del general Paul von Rennenkampf dentro de Prusia Oriental, con Königsberg como su meta a corto plazo. El II Ejército, bajo el general Alexander Samsonov, al sur, se movía hacia el oeste alrededor de los Lagos de Masuria, para entonces virar al norte a una zona con numerosas elevaciones para romper las líneas alemanas, quienes para ese punto estarían forzadas a defender el área alrededor de Königsberg. Si el plan se llevaba a cabo de forma exitosa, los alemanes se hubieran visto rodeados.

Preludio

Cuando estalló la guerra, la batalla se desarrolló principalmente de acuerdo con el plan ruso. Los alemanes habían movilizado más o menos la mitad de las unidades del VIII Ejército, reforzados por unidades pequeñas de la guarnición de Königsberg, a posiciones al este de Königsberg, cerca de la frontera. La Batalla de Stalluponen, un enfrentamiento a pequeña escala con el I cuerpo alemán, al mando de Hermann von François, fue inicialmente exitosa. El comandante alemán, el general Maximilian von Prittwitz ordenó de todas formas la retirada hacia Gumbinnen. Un contraataque planeado para el 20 de agosto tenía ciertas posibilidades de tener éxito, pero von François, aparentemente envalentonado por su éxito en Stallupönen, atacó demasiado temprano, desechando así el factor sorpresa. El revés en la Batalla de Gumbinnen obligó a los alemanes a batirse en retirada, en tren en muchos casos, a emplazamientos al sur de Königsberg.

Preocupado por la derrota en Gumbinnen y el continuo avance de Samsonov y sus hombres del II Ejército desde el sur, von Prittwitz ordenó a sus tropas replegarse hasta el Río Vístula, abandonando por lo tanto Prusia Oriental. Tan pronto semejantes noticias llegaron a sus oídos, Helmuth Johan von Moltke jefe del Estado Mayor del ejército alemán, trasladó a Prittwitz y a su asistente Waldersee a Berlín, mientras que ocupó su puesto el general Paul von Hindenburg, quien fuera convocado desde su retiro. Erich Ludendorff sería su jefe del Estado Mayor.

Para los comandantes en Berlín, la situación no era tan ominosa como parecía. Las relaciones entre los comandantes rusos, Samsonov y Rennenkampf, eran tirantes desde que Samsonov se quejó públicamente del comportamiento de Rennenkampf en la batalla de Mukden en 1905. Si bien los rumores de que ambos comandantes se hubieran peleado en una estación de tren hasta llegarse a dar puñetazos fueron posteriormente desmentidos,1 Rennenkampf sin duda no se sentiría particularmente inclinado a ayudar a su par a menos que una situación de extrema urgencia lo requiriese. Además, el II ejército bajo Samsonov estaba teniendo serios problemas para avanzar debido a inconvenientes con los suministros. Y además de eso, Rennenkampf había ordenado retrasar el avance de su I Ejército luego Gumbinnen, con la intención de reagruparse, temiendo que los alemanes atacaran de nuevo. Esto le era totalmente desconocido a Samsonov.

Así y todo, la enorme magnitud de las fuerzas desplegadas en territorio alemán todavía significaba que los rusos aventajaban al enemigo. En la manera en que estaban desplegados, los hombres del VIII Ejército alemán ni siquiera podían cubrir todo el frente de marcha de Samsonov, dejando su ala derecha abierta para avanzar sin oposición alguna. A menos que tropas del área de Königsberg —I y XVII cuerpos, además del I cuerpo de la reserva— pudieran movilizarse para hacer frente a esta amenaza, las líneas alemanas corrían serio peligro de ser rotas.

Planificación

El coronel Max Hoffmann, jefe de operaciones asistente de Prittwitz, estaba bien al tanto de la animosidad entre los comandantes rusos a los que se enfrentaba, y cómo pudiera este hecho influir en sus planes. Suponiendo que las dos columnas rusas continuarían su avance independientemente, Hoffmann propuso la movilización de todas las tropas, a excepción de aquéllas que ya estuviesen en la línea defensiva oriental de Königsberg, hacia el suroeste, moviendo el I Cuerpo por tren al lado izquierdo de la línea de Samsonov, una distancia de más de 160 km. El I Cuerpo y el XVII Cuerpo de la Reserva, por entonces al sur del I Cuerpo, debían prepararse para una movilización más al sur todavía para enfrentar al VI Cuerpo de Samsonov, en su flanco derecho. La 1ª División de Caballería alemana permanecería justo al sur del límite oriental de las defensas de Königsberg, a manera de pantalla de humo, para confundir y retrasar el avance del I Ejército de Rennenkampf. De esta manera, la única porción de las defensas de Königsberg verdaderamente cubierta por la infantería sería la porción oriental, mientras que los ataques desde el sur no encontrarían resistencia alguna.

En teoría, el plan era extremadamente arriesgado. Si el I Ejército virase hacia el suroeste en vez de seguir avanzando directamente hacia el oeste, aparecería en el extremo flanco izquierdo del VIII alemán, y entonces podrían o contraatacar al VIII o bien atacar Königsberg, que se encontraba indefensa por el lado sur debido a los movimientos de tropas. Sin embargo, Hoffmann estaba convencido de la plausibilidad de su plan por dos razones: primero porque era consciente de la animosidad entre los dos generales rusos, y segundo debido al pésimo hábito ruso de transmitir sus mensajes sin cifrar. Aparentemente los rusos habían superado su zona de líneas telegráficas seguras y andaban escasos de telegrafistas entrenados y equipo criptográfico. Esto forzó a los rusos a transmitir sus mensajes abiertamente, los cuales eran fácilmente interceptados y traducidos por los alemanes.2 Otros autores, sin embargo, han sugerido que la razón por la que los rusos lo hicieron de esta manera fue porque los comandantes temían que sus propios hombres no pudieran descifrar sus órdenes más que porque confiaran en que los alemanes no podrían descifrarlos.

La batalla

Al amanecer del 26 de agosto, el I Ejército ruso avanzó hacia el Oeste, a Königsberg, encontrando poco resistencia inicial, pues las tropas alemanas habían sido desplazadas al Sur, frente al ala derecha del II Ejército ruso. Fue allí donde comenzó la batalla propiamente dicha, cerca de Seeburg y Bischofstein, con resultado victorioso para los alemanes, que forzaron a retroceder a los rusos hacia la frontera. Entretanto, el ala izquierda rusa era bloqueada en su avance a Tannenberg por otro cuerpo de ejército alemán.

El día 27, François atacó el ala izquierda rusa. Gracias al apoyo de su potente artillería, al anochecer los rusos estaban huyendo. Para estabilizar su línea, Samsonov ordenó parar el avance a Tannenberg de las fuerzas de Rennenkampf y mandó que éste girara al sudoeste para contraatacar en Tannenberg, en donde se había juntado el grueso del Segundo Ejército.

Al atardecer del 28 de agosto, Samsonov, ante la precaria situación de sus fuerzas, hubo de ordenar una retirada al sudeste para tratar de reorganizarse. Pero era demasiado tarde: entretanto François ya había avanzado más al este para formar una línea al sur de los rusos, que les cortaba la retirada, formando así un bolsillo que rodeó a los rusos al este de Tannenberg, que fue bombardeado constantemente por la artillería durante el 29 de agosto.

Los intentos del I Ejército ruso para ayudar llegaron tarde: la caballería alemana les retrasó lo bastante para impedirlo, haciendo que sus líneas quedasen demasiado alargadas. Para cuando acabó el 30 de agosto, el II Ejército de Samsonov había quedado aniquilado, con 92000 soldados prisioneros, 78000 heridos o muertos y sólo 10000 supervivientes. Los alemanes sufrieron menos de 20000 bajas y capturaron más de 500 cañones. Entre los muertos estaba el propio Samsonov, que se había disparado un tiro en la cabeza el 29 de agosto de 1914.

Consecuencias

La batalla de Tannenberg fue seguida pocos días después por la batalla de los Lagos Masurianos, que supuso la expulsión de los rusos de territorio alemán. No obstante, estas dos batallas no supusieron un cambio drástico en el rumbo de la guerra, pues simultáneamente los rusos habían obtenido una gran victoria frente a Austria-Hungría en Lvov, la cual forzó a los alemanes a correr en su ayuda.

Por otra parte, el gran éxito obtenido disparó el prestigio tanto de Hindenburg como de Ludendorff y preparó el camino para la ascensión de este último a la cima del poder efectivo, convirtiendo así el gobierno alemán en una auténtica dictadura militar.

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Plano de la última fase de la Batalla de Tannenberg.
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General Alexander Samsonov, comandante del 2° Ejército Ruso, que ante la derrota se suicidara.
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Dibujo representativo del Mando Alemán durante la batalla, en primer plano, el Mariscal Paul von Hindenburg comandante del VIII° Ejército, el General Erich Ludendorff Jefe del Estado Mayor con planos en las manos y el General Max von Hofmann Jefe de Operaciones e ideólogo del plan estratégico, usando un telescopio para seguir el movimiento de las tropas.
Batalla de Tannenberg
Frente Oriental en la Primera Guerra Mundial
Fecha 26 – 30 de agosto de 1914
Lugar Cerca de Tannenberg, Prusia Oriental
Coordenadas 53°29′45″N 20°08′04″E (mapa)
Resultado Victoria decisiva alemana
Beligerantes
Flag of the German Empire.svg Imperio Alemán Bandera de Rusia. Imperio ruso
Comandantes
Paul von Hindenburg

Erich Ludendorff

Max Hoffmann

Hermann von François

Alexander Samsonov †
Paul von Rennenkampf
Fuerzas en combate
VIII Ejército Alemán:
166.000 hombres
I Ejército Ruso:
210.000 hombres
II Ejército Ruso:
206.000 hombres.
Bajas
12.000 muertos y heridos. Más de 170.000 bajas.
 
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Publicado por en 26 agosto, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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20 de Agosto de 1914 – Batalla de Gumbinnen


Batalla de Gumbinnen

La batalla de Gumbinnen, iniciada por los alemanes al alba del día 20 de agosto de 1914, fue la primera gran ofensiva en el frente ruso durante la Primera Guerra Mundial. Enfrentó a los Ejércitos de Alemania y Rusia, siendo la continuación de una batalla librada por el 8º Ejército alemán, al mando de Maximilian von Prittwitz, la Batalla de Stalluponen, el 17 de agosto. Gumbinenn se encontraba en la Prusia Oriental, y es la actual Gusev (Rusia).

Preludio de la batalla

Animado por el éxito del impaciente comandante del I Cuerpo de Ejército, el general Hermann von François en la batalla de Stalluponen, en la que había hecho 3.000 prisioneros al Ejército ruso antes de retirarse hasta Gumbinnen, 15 km al oeste de Stalluponen, Prittwitz, bajo la presión del propio von François, decidió planificar un ataque contra el 1º Ejército ruso, al mando del general Pavel Rennenkampf, en el lugar de Gumbinnen.

Consciente de que el 2º Ejército ruso, a las órdenes del general Alexander Samsonov, avanzaba hacia el norte desde Polonia, Prittwitz decidió atacar a las tropas de Rennenkampf, que avanzaba hacia el este en un frente de avance de 55 km de amplitud, a la primera oportunidad que se presentase. Se estimaba que los alemanes disponían de 150.000 hombres frente a una fuerza rusa de 200.000.

Ataque

Tras haber asignado un Cuerpo de Ejército para cubrir la retaguardia del 8º Ejército alemán ante el avance de las tropas de Samsonov, Prittwitz formó tres cuerpos reforzados con una división suplementaria, en una línea al sur de Gumbinnen, aproximadamente 40 km en el interior de la frontera de la Prusia Oriental.

Sin embargo, la ofensiva alemana en toda regla la desencadena el impaciente general François hacia las 4 h de la mañana, antes incluso de que los otros dos cuerpos hubiesen completado los preparativos de la misma. El general August von Mackensen en el centro y el general Otto von Below en el sur no alcanzaron su plena capacidad de combate sino entre cuatro y ocho horas después de que François lanzase su ataque con el I Cuerpo. Respecto de la división adicional despachada por Prittwitz, llegó demasiado tarde como para tener alguna participación en la batalla.

Aunque el 1º Ejército ruso de Rennenkampf defiende encarnizadamente sus posiciones, su flanco derecho se hunde a medio día, tras haber agotado las municiones, siendo perseguido por François durante 8 km. Esta ruptura seguida de penetración espoleó a Mackensen para lanzar su propio ataque cuando su cuerpo estuvo listo, hacia las 8 h 00’, siendo seguido por Below a mediodía.

Fracaso alemán

No obstante, los restos del 1º Ejército ruso, alertados por el ataque precedente de François, desplegaron eficazmente su artillería pesada en el frente, causando una masacre entre las tropas de Mackensen y Below, obligándolas a retirarse en desorden cerca de 24 km. François, consciente de que el frente alemán se hundía en el centro y en el sur, se vio igualmente obligado a ordenar la retirada a su vez. En el desorden subsiguiente, los rusos hicieron 6.000 prisioneros alemanes.

Retirada

En medio de un ataque de pánico causado por la eficacia del contraataque ruso, y temiendo que el 2º Ejército ruso de Samsonov se uniese al 1º Ejército de Rennenkampf para así cercar al 8º Ejército alemán, Prittwitz ordenó la retirada general hacia el río Vístula a pesar de la falta aparente de interés en Rennenkampf para perseguir a los alemanes fugitivos; las órdenes de Prittwitz, de hecho, suponían la cesión de la totalidad de Prusia oriental al Ejército ruso.

Consecuencias

Helmuth von Moltke, el jefe del Estado Mayor alemán en Berlín, enfurecido por esta decisión de retirar de Prusia Oriental al 8º Ejército, llamó a Prittwitz y a su segundo, von Waldersee, a Berlín para destituirles de sus cargos. Haciendo regresar de su retiro al impertubable general Paul von Hindenburg, Moltke le nombró para asumir el mando del 8º Ejército, asignándole al agresivo Erich Ludendorff, que acaba de destacar en el frente occidental por la toma de la ciudad belga de Lieja, como jefe de Estado Mayor del 8º Ejército.

Felizmente para Hindenburg, la retirada hacia el Vístula no había sido completada cuando llegó el 23 de agosto para tomar posesión de su cargo. Tras consultas con Ludendorff y con el coronel Hoffman, segundo jefe de Operaciones, Hindenburg logró bloquear la retirada y decidió reunir a sus tropas para lanzar una ofensiva contra el 2º Ejército ruso de Samsonov que subía desde el sur. Este ataque conducirá a la que tal vez sea la mayor victoria alemana de toda la guerra: la batalla de Tannenberg.

Batalla de Gumbinnen
Frente Oriental en la Primera Guerra Mundial
Fecha 20 de agosto de 1914
Lugar Gumbinnen (Prusia Oriental)
Coordenadas 54°36′N 22°12′E (mapa)
Resultado Victoria rusa
Beligerantes
Flag of Russia.svg Imperio ruso Flag of the German Empire.svg Imperio alemán
Comandantes
Pavel Rennekampf Maximilian von Prittwitz
Hermann von François
August von Mackensen
Otto von Below
Fuerzas en combate
1º Ejército
200.000 hombres
8º Ejército
150.000 hombres
Bajas
Desconocidas Desconocidas
6.000 prisioneros
 
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Publicado por en 20 agosto, 2014 en 1914, Batallas, Frente Oriental

 

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