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Archivos Mensuales: noviembre 2014

30 de Noviembre de 1914 – El Rey Jorge V, visita el frente de batalla en Francia


El Rey Jorge V, visita el frente de batalla en Francia

A pesar que desde 1688, con el definitivo triunfo del parlamentarismo, los monarcas británicos carecían de poderes reales, constituían un símbolo apreciado por todos los súbditos, no solo de la metrópoli, sino de todas las colonias.

Fue en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Imperio Británico llegó a su máximo apogeo, bajo el reinado de Victoria y su príncipe consorte Alberto de Sajonia-Coburgo, gracias a los beneficios de la Revolución Industrial, que permitió un espectacular crecimiento económico y comercial, a la vez que la expansión territorial se desplegaba en los continentes, africano, asiático y oceánico.

Otra de las particularidades de la longeva Reina Británica fue que su gran prole le permitió conectarse con la mayoría de las casa gobernantes europeas, ya que por ejemplo tenía como nietos, al futuro zar Nicolás II y al futuro Káiser Guillermo II, por lo que en definitiva el continente europeo prácticamente estaba gobernado por una “sola y gran familia”.
En 1901, luego de casi, 64 años de reinado, la muy apreciada Victoria falleció siendo reemplazada por su hijo Eduardo VII, que siguió por la senda del progreso de su antecesora, aunque su reinado fue corto ya que dado su avanzada edad, murió en 1910, cediéndole la corona a su primogénito que tomo el nombre de Jorge V.

A diferencia de su padre, un mujeriego empedernido, el nuevo monarca llevaba adelante una discreta vida privada, siendo muy estricto con la educación de sus hijos, lo cual le granjeo el respeto y apoyo de sus súbditos, al igual que sus sucesores, su influencia sobre la marcha del gobierno y del Parlamento fue mínima, aunque sí estaba interesado en cuestiones de relaciones exteriores, trabando una fuerte relación de amistad con su primo el Zar Nicolás II, llamada cariñosamente Nicky, con el cual tenía un asombroso parecido físico, en cambio no tenía demasiado aprecio por su otro ilustre pariente, el káiser Guillermo II, más conocido como el “primo Willy”.

Despues del atentado de Sarajevo del 28 de Junio de 1914, el Rey Jorge V, trato de mediar en base a sendos telegramas con sus dos primos monarcas, para evitar la conflagración, sin embargo sus gestiones no tuvieron éxito, por lo que una vez declarada la guerra en Agosto, puso todo el esfuerzo que le requería su nación para un momento tan complejo.

Finalmente, a pedido del Primer Ministro Herbert Asquith, el día 30 de Noviembre de 1914, Jorge V, desembarco en las costas de Francia y luego de una reunión en el Cuartel General de su ejército con el Presidente Raymond Poincaré, el Comandante en Jefe francés, General Joseph Joffre y el Jefe de la Fuerza Expedicionaria Británica Mariscal Sir John French, visito a los soldados en las trincheras en los alrededores de la ciudad belga de Ypres, siendo bien recibido ya que en definitiva más allá de su poder limitado, era la representación viva de la nación.

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El Rey Jorge V, con el Presidente Raymond Poincaré, el General Joseph Joffre y
el Mariscal Sir John French en el Cuartel de la Fuerza Expedicionaria Británica.
 
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Publicado por en 30 noviembre, 2014 en 1914

 

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29 de Noviembre de 1914 – La Guerra y el Imperio Persa


La Guerra y el Imperio Persa

Desde finales del siglo XVIII, la dinastía Qajar, gobernaba sobre el vasto territorio persa, que estaba rodeado por poderosos vecinos, al norte el Imperio Ruso, al oeste el Otomano y al sudeste la India Británica.

Para agravar la situación su población no eran homogénea, dado que había musulmanes chiitas y sunnitas, asirios y armenios cristianos y kurdos, que por sus diferencias, las fricciones eran constantes, haciendo del país sumamente inestable.

Desde mediados del siglo XIX, los rusos con el pretexto de proteger a las poblaciones de fe cristiana, no solo ocuparon una importante porción de territorio en el norte, sino que además ejercieron un protectorado de hecho en gran parte del centro del país, mientras que al sur los británicos con el pretexto de proteger sus intereses petroleros en el Golfo Pérsico, desplegó tropas y ejerció una ocupación de facto.

Para inicios del siglo XX, Persia prácticamente estaba dividida en dos por la influencia anglo-rusa, por lo cual sus débiles gobernantes intentaron tender puentes con el Imperio Otomano, ya que en definitiva los unía la misma creencia religiosa. Para agravar la situación en la primera década del siglo, numerosas tribus se levantaron en armas ocupando diversas ciudades, desconociendo la autoridad central, haciendo de la situación muy caótica.

Cuando estalló la guerra en Agosto de 1914, el Sultán Ahmad Shah Qajar, siguiendo los consejos del Primer Ministro, Mostowfi ol-Mamalek, declaró la neutralidad, sin embargo las perturbaciones se desarrollaron a lo largo de las fronteras, finalmente un ataque sobre la ciudad fronteriza persa de Urmia, aunque bajo ocupación rusa, aparentemente por miembros de una tribu kurda, llevó a que las autoridades zaristas además de cerrar las oficinas consulares otomanas en importantes ciudades de la región como Tabriz, Khoi y la misma Urmia, decidieron expulsar a musulmanes sunnitas y a los kurdos, al mismo tiempo distribuyeron armas y pertrechos entre los armenios y asirios cristianos ante el eventual conflicto.

La tensión finalmente hizo eclosión cuando a finales de octubre de 1914, luego de un deliberado ataque a sus bases navales en el Mar Negro, el Imperio Ruso le declaró la guerra al Imperio Otomano, quien a principios de Noviembre hizo un llamado a la Jihad (Guerra Santa), contra las fuerzas de la Triple Entente, al mismo tiempo que afirmaba su alianza con las Potencias Centrales.

El Gobierno de Istambul, intento seducir al Sultán Ahmad para que se sumase a la guerra, con la promesa de expulsar a los ocupantes extranjeros y restablecer su autoridad en todo el territorio, sin embargo el gobernante persa se rehusó debido a la debilidad de sus tropas.

A pesar de sus deseos, el Imperio Persa, por más que proclamase la neutralidad, se vería arrastrada al conflicto por las actitudes de sus ambiciosos vecinos.


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Mapa del Imperio Persa antes del inicio de la Guerra.
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Sultán Ahmad Shah Qajar joven e indeciso gobernante persa, en el centro rodeado por sus ministros .
 
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Publicado por en 29 noviembre, 2014 en 1914

 

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28 de Noviembre de 1914 – Los rusos amenazan Krákow (Cracovia)


Los rusos amenazan Krákow (Cracovia)

Con el fracaso por parte de los ejércitos de las Potencias Centrales en conquistar la ciudad de Varsovia en la Polonia Rusa, la retirada se inició de manera ordenada, y mientras que las fuerzas del IX° Ejército del recientemente designado General de Caballería August von Mackensen se concentraban al oeste de Łódź, con el objetivo de defender la región industrial de Silesia, mientras que al sur, se posicionaba en los alrededores de Krákow I° Ejército del Imperio de los Habsburgos, bajo el mando del Conde Viktor von Dankl, con la misión de evitar la invasión a territorio húngaro.

Los ejércitos rusos, 3° del General de Infantería de origen búlgaro Radko Dimitriev, y 8° del General de Caballería Alexei Brusilov, mientras que el recientemente conformado 11° del General de Infantería Andrey Selivanov ponía sitio una vez más a la fortaleza de Przemyśl, en la región de los Cárpatos, en la Galitzia.

Finalmente para el día 08 de Noviembre, las fuerzas del Conde von Dankl, se habían establecido en una línea defensiva que iba desde Zarki-Komolow-Bydlin-Prokš-Krzeszowice al norte de Krákow, que a pesar de recibir a su derecha el refuerzo del IV° Ejército comandando por el Archiduque Jose Fernando, debía hacer frente al norte la embestida de los ejércitos rusos 4° del General de Infantería Alexei Evert y 9° del también General de Infantería Platon Leczicki.

La desesperada situación de las fuerzas austro-húngaros, llevó a su mando a permitir la formación de la Legión Polaca, que actuaría de manera autónoma, siendo uno de sus líderes el futuro héroe nacional Józef Piłsudski, sin embargo el avance de las fuerzas rusas era muy lento dado el agotamiento luego de varios meses de combates ininterrumpidos. Además la Stavka (Alto Mando Zarista) había decidido lanzar una ofensiva más al norte en dirección a la Silesia alemana, esta situación llevó a que el Jefe del AOK-Armeeoberkommando (Estado Mayor Austro-Húngaro) General Conrad von Hotzendorff planificase una contraofensiva en el oeste de la Galitzia, para lo cual reforzó a los I° y IV° ejércitos con el II° del Barón Eduard von Böhm-Ermolli y el III° del Barón Svetozar Borojević von Bojna.

A mediados de Noviembre, mientras las fuerzas del General von Mackensen hacían retroceder a los rusos, los ejércitos austro-húngaros II° y IV° , más el Grupo de Batalla alemán del General Remus von Woyrsch lanzó una ataque envolvente en los alrededores de la aldea de Nowo-Radomsk, impidiendo que los ejércitos rusos 4° y 9°, pudiesen ir en ayuda de la comprometida situación en los alrededores de Łódź.

Sin embargo entre los días 20 y 23 de Noviembre, finalmente y luego de ciertos retrasos el 3° Ejército Ruso de Dimitriev, lanzó sendas ofensivas que comenzó hacer trastabillar las posiciones del I° Ejército del Conde von Dankl, mientras que el mismo tiempo, el 8° Ejército de Brusilov avanzaba en dirección al III° Ejército del Barón von Bojna.

Para el 25 de Noviembre, el frente del IV° Ejército del Archiduque Joseph Ferdinand a pesar de haber avanzado se vio comprometido por la embestida rusa, por lo que se vio obligado a replegarse en dirección a las posiciones fortificadas de Krákow, y dos días después se retiró a una nueva línea defensiva que unía las aldeas de Rybitwy-ProkocimSoboniowice-Siepraw-Kamienik-Lubien, al mismo tiempo las tropas de los Ejércitos I°, II° y el Grupo de Batalla alemán del General von Woyrsch, se replegaron tratando de no quedar aislados por el norte, de las fuerzas del General von Mackensen.

La dura embestida de las fuerzas rusas, habían hecho retroceder a los ejércitos austro-húngaros hasta las puertas de Krákow, por lo que la situación no solo de la región de Galitzia, sino de todo el Imperio Habsburgo, era por demás comprometida.

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Plano de los ataques y contraataques en los alrededores de Krákow. (Rojo. Fuerzas Austro-Húngaras y Alemanas. Azul. Fuerzas Rusas).10612639_1539535886264080_1437647106962084326_n

Tropas de la recién conformada Legión Polaca parten desde Cracovia hacia el frente para ayudar a los austro-húngaros a frenar a los rusos.
 
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Publicado por en 28 noviembre, 2014 en 1914

 

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27 de Noviembre de 1914 – La guerra y el presidente Woodrow Wilson


La guerra y el presidente Woodrow Wilson

Desde el inicio de los conflictos en Agosto de 1914, el Gobierno de los Estados Unidos, encabezado por el Presidente demócrata Woodrow Wilson, había proclamado la estricta neutralidad más allá que sus conciudadanos tenían una mayor simpatía por el bando aliado, sentimiento que se acrecentó notablemente al recibir noticias, muchas veces exageradas, de las atrocidades cometidas por las fuerzas del Káiser Guillermo II en Bélgica y el norte de Francia.

Un año antes, Wilson se había convertido en el 28° presidente, luego de derrotar a un Partido Republicano dividido entre el presidente saliente, William Taft y uno anterior, el belicoso Theodore Roosevelt, con un programa que propiciaba la expansión económica y comercial, y si bien era un firme pacifista se vio obligado a intervenir en el vecino México a causa de su inestabilidad producto de la Revolución iniciada ya 4 años antes, ocupando el Puerto de Veracruz.

A pesar de las presiones de la opinión pública, de los medios de prensa, de políticos con cierta impronta como el mismo Roosevelt y hasta miembros de su propio partido, Wilson se mantuvo firme, en su política de neutralidad, aunque no por ello se preocupase por la situación reinante en el continente, tratando por medio de sus diplomáticos acercar posiciones entre las potencias beligerantes, sin ser escuchado.

El día 27 de Noviembre de 1914, con motivo de la tradicional festividad Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias), el presidente emitió una emotiva proclama, no solo a sus connacionales, sino que realizo un llamamiento a la paz, poniendo énfasis en que se dejase de bombardear a ciudades o aldeas no fortificadas y habitadas por civiles.

Si bien el pedido del mandatario estadounidense no sería en cuenta por ninguna nación beligerante, esta proclama marca un precedente en la actitud que tendrá Wilson durante el desarrollo de la contienda.

Presidente Woodrow Wilson quien reafirmando la neutralidad estadounidense
hace un llamamiento evitar bombardeos a ciudades sin fortificaciones.
 
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Publicado por en 27 noviembre, 2014 en 1914

 

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Cruceros Alemanes del Pacífico


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Comparto con vosotros dos documentales interesantes sobre los cruceros alemanes que participaron en la Gran Guerra,

En los albores del siglo XX, el káiser alemán desafió al poder naval de los británicos con una nueva y majestuosa flota. ¿Quién dominaría los mares del mundo? La respuesta se decidiría en la Primera Guerra Mundial. Después de la derrota de los británicos en Coronel, una batalla que costó las vidas de 1.700 marinos, Winston Churchill exigió una venganza implacable. Frente a las Islas Malvinas, casi la totalidad de la flota alemana fue hundida junto con 2.200 hombres. Sólo dos cruceros, el Dresden y el Emden, consiguieron escapar. Entonces, Winston Churchill ofreció una recompensa por ellos, convirtiéndolos en los dos barcos más buscados de los Siete Mares.

En los helados fiordos de la Patagonia y en el calor tropical de los Mares del Sur, las dos tripulaciones lucharon por la supervivencia. Después de una dramática cacería, los dos fueron hundidos. Sin embargo, la mayor parte de la tripulación escapó a la muerte y logró volver a casa sana y salva. Materiales de archivo descubiertos recientemente sobre algunas batallas navales decisivas, informes y diarios personales permiten una reconstrucción precisa de los hechos.

Por primera vez, entrevistas con los descendientes e historiadores militares, imágenes de escenas de acción auténticas, así como recreaciones extraordinarias, nos permiten hacer justicia a estas dos apasionantes historias.

 

 
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Publicado por en 26 noviembre, 2014 en 1914

 

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Una exposición recorre los efectos de la Gran Guerra en la cultura


La Vanguardia

La Biblioteca Vapor Badia de Sabadell acoge una exposición sobre los efectos que la Primera Guerra Mundial, conocida como la Gran Guerra, tuvo en el sector de la cultura.

La muestra, que se podrá ver hasta el próximo 24 de diciembre en el equipamiento municipal, lleva por título «Una guerra de trincheras. Literatura y cine de la Primera Guerra Mundial, 1914-1918».

La exposición, que organiza la Diputación de Barcelona, se estructura en paneles que recrean el ambiente de una trinchera y donde se explica el contexto de la guerra.

En esa línea, se detallan sus efectos en la narración literaria, que se impregnó de un nuevo realismo, y también en un arte, el cine, nacido poco antes del conflicto, que recreó repetidamente aquel trágico episodio de la historia.

La muestra también incluye una selección de libros y películas ambientados en la Gran Guerra que se puede consultar en la guía de lectura elaborada con motivo de la exposición.

Una exposición recorre los efectos de la Gran Guerra en la cultura. Primera Guerra Mundial. Soldados británicos en las trincheras francesas Getty Images

Una exposición recorre los efectos de la Gran Guerra en la cultura. Primera Guerra Mundial. Soldados británicos en las trincheras francesas Getty Images

 
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Publicado por en 26 noviembre, 2014 en Noticias relacionadas

 

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mas fotos de 1914 – Audacious, Tropas francesas, batalla de Marne, ……


web

1 de agosto de 1914. En Berlín, ciudadanos intentando sacar su dinero del banco tras la declaración de guerra
Despedida de un soldado en Victoria Station (Londres)
Soldados en una cueva en Francia
Dos desertores amenazados por un soldado ruso con una bayoneta
Soldado alemán muerto en la batalla de Marne
Tropas francesas esperando al tren para partir al frente
Hundimiento del ‘Audacious’ en la costa irlandesa
 
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Publicado por en 25 noviembre, 2014 en 1914

 

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La Gran Guerra: sangre, barro y trincheras


web

Otra web que se hace eco de la Gran Guerra, poco a poco vamos viendo a mas medios interesados.

Cristobal Colón descubrió América; Carlos V fue el emperador más poderoso del siglo XVI y la I Guerra Mundial estalló por el asesinato de Francisco Fernando.

Esas eran las píldoras de historia que los españoles estudiamos durante nuestra infancia. Breves apuntes en los que importaba más lo cuantitativo —había que terminar el temario— que lo cualitativo.

El problema es que, con el paso de los años, cada vez cuesta más situar el arranque y final de la que se conoció como la Gran Guerra —a veces ni siquiera recordamos esa definición—, qué países estuvieron involucrados o, menos aún, cuáles fueron los motivos reales que llevaron a las principales potencias europeas a liquidar la mayor época de paz y prosperidad conocida hasta ese momento en la historia de la humanidad.

pakistan mapEl historiador Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 7 de marzo de 1948) lleva años empeñado en una lucha personal por convertir a todos los “escépticos” —aquellos que creen que no hay más historia que la que aprendieron en la escuela, a los que “no acaban de creerse las verdades que le cuentan” — en personas que van un poco más allá e intentan conocer los verdaderos motivos que han configurado el mundo tal y como lo conocemos hoy.

El autor jienense incorpora ahora La Primera Guerra Mundial contada para escépticos a sus ya publicados Historia del mundo contada para escépticos o Historia de España contada para escépticos. El lanzamiento no es casual: este año se cumple el centenario del inicio del conflicto que implicó a Inglaterra, Alemania, Francia, el Imperio austrohúngaro, Rusia, Japón, EEUU, Canadá, Bélgica, Portugal, Grecia… Las librerías ya se atestan con obras similares; los medios de comunicación preparan sus especiales; los países involucrados —los vencedores y los vencidos— cierran sus actos conmemorativos. 2014 es, en definitiva, el año de la I Guerra Mundial.

Un conflicto cuyo detonante, efectivamente, se localiza un 28 de junio de 1914 en Sarajevo, cuando el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del Imperio austrohúngaro, fue asesinado junto a su esposa por Gavrilo Princip, miembro de la organización Mano Negra, que abogaba por la creación de una gran Serbia.

Los profesores, por tanto, no andaban tan desencaminados.

“Sí, nos cuentan que la I Guerra Mundial estalla por el asesinato del heredero del Imperio austrohúngaro, pero también está el envés de esa historia”, puntualiza Eslava. Ese ‘envés’ no es otro que ampliar el foco sobre el mero detalle. Profundizar para entender los motivos reales que provocaron la locura colectiva. Ninguna guerra estalla por un solo motivo, sino por una confluencia de disputas larvadas en el tiempo.

“Todo los países que participaron en el conflicto estaban preparados para la guerra porque Alemania, que llegó tarde al reparto colonial, no se conforma con lo que tiene. Quiere más, y sólo puede conseguirlo a costa de los otros”. Es uno de los factores para que una simple chispa acabe provocando el mayor de los incendios. Pero hay más: Francia quiere vengarse de Alemania y recuperar sus perdidas Alsacia y Lorena, mientras que Inglaterra está muy preocupada por el empeño alemán de dotarse de una gran armada naval, mayor incluso que la británica, y que haría peligrar su absoluta preponderancia en el Atlántico. Inglaterra, en definitiva, no puede permitirse otra gran escuadra que le haga frente en el mundo porque pondría a sus colonias en peligro.”Y, por otra parte, existe la competencia comercial que se están haciendo todos entre sí. Todo esto empuja a que cada uno encuentre sus motivos y justificaciones para entrar en la guerra”, señala Eslava.

Hay muchos más aspectos que no siempre nos cuentan (o que nosotros no hacemos esfuerzo por aprender): “Durante la Paz Armada, que empieza en 1871, todo el mundo se dedicó a acumular arsenal”. Todos se estaban preparando para la lucha. Sólo necesitaban una excusa para comenzar a utilizarla.

El estallido de la guerra no coge a nadie desprevenido. E incluso la población, en un acto de absoluta ignorancia sobre lo que podría suceder, lo celebra. Está convencida de que será una guerra corta, “una cosa que apenas durara dos meses” y terminará antes de que acabe 1914. La cena de Navidad, piensan, servirá para que los soldados evoquen sus hazañas heroicas en el campo de batalla. “El pueblo fue feliz al conflicto”, asegura el historiador.

Despedida de un soldado en la estación de tren Victoria (Londres) en 1914. Comenzaba la guerra.

Batalla a batalla, muerto a muerto, esos dos meses se convirtieron al final en cuatro años. Y esos jóvenes que alegremente se habían alistado, o les habían alistado, contagiados por “esa visión un poco romántica de la guerra” acaban luchando por su vida “en una guerra espantosa, de trincheras, barro, mal tiempo… un espanto”.

Ese entusiasmo inicial no fue ajeno a ningún país. “Inglaterra no tenía un ejército muy numeroso, pero cuando se abren en los primeros días las oficinas de reclutamiento de voluntarios es tal la cantidad de postulantes que las autoridades tienen que mandar a la mayoría a casa. Se esperaban 20.000 solicitudes y se reciben 70.000. Ni siquiera el país tiene tantos uniformes o armas”, explica Eslava Galán.

Ese conflicto heroico se hace desde el primer minuto insoportable. Esa guerra tradicional, decimonónica, con cargas de caballería, se convierte en una contienda “cruenta y moderna” impulsada por los avances en tecnología militar. “Ya hay ametralladoras, sobre todo en el bando alemán, alambradas o submarinos, y al final tanques, gases y aviación”.

Es lo que Juan Eslava Galán define como “fascinación por la tecnología”. “Los bandos echan un pulso tecnológico tremendo. A veces avanza uno, otras el otro. Unos inventan algo y el otro replica con otra cosa aún mejor. Existe el espionaje, la propaganda. Son todos los elementos de la guerra moderna” combinados con otros propios de una película surrealista. Por ejemplo el uso de ciegos, cuyo oído es mucho más fino que el de los que pueden ver, para detectar a los Zepelines enemigos mediante el sonido.

;La Triple Alianza y la Triple Entente, dos contendientes cuyas filas se fueron incrementando con el paso de los años. La entrada de Estados Unidos fue capital para decantar de forma definitiva el sentido de la contienda, aunque en realidad la que estaba llamada a convertirse en gran potencia mundial actuó desde el primer momento como un personaje en la sombra: “Facilitó materiales casi desde el principio. Cuando Alemania hunde el Lusitania EEEU se lo toma como una ofensa. Como la gran ofensa. El presidente de EEUU no podía entrar gratuitamente en guerra si no era con el apoyo del pueblo. Y una de las cosas que hacen que el pueble entre en efervescencia es la venta de la idea de que ‘estos asesinos alemanes se han cargado el Lusitania, unos 240 compatriotas han muerto allí’”.

El 7 de mayo de 1915, el Lusitania fue torpedeado por el submarino alemán U-20 frente a la costa irlandesa. El naufragio se llevó por delante la vida de casi 1.200 pasajeros, un centenar de ellos niños y 234 estadounidenses. Los alemanes siempre replicarán a las críticas por su extremada crueldad que existían elementos militares en la embarcación. La historia acabó dándole la razón: iba cargado de munición destinada a las tropas del ejército británico.

Sin llegar nunca a involucrarse de forma definitiva, España optó por la neutralidad pese a que desde el primer momento “el país se dividió” en dos: aliadófilos y germanófilos. El día a día de la guerra se convirtió en tema común en bares, boticas, mercados y peluquerías, como narra Eslava Galán en su obra. “España fue neutral pero fue una neutralidad activa porque estuvo muy implicada en la guerra. Los submarinos hundieron 70 barcos españoles y en todos los puertos de aquí había espías”. La célebre Mata-Hari, por ejemplo.

¿Por qué no participó España en la Gran Guerra?

No estábamos en condiciones. Teníamos problemas en Marruecos, éramos una potencia de tercer orden y deprimida, con grandes problemas sociales que estallan en 1917. Además el rey, Alfonso XIII, tiene el corazón dividido porque está casado con una inglesa y su madre es alemana. Y las dos señoras eran de armas tomar. En cualquier caso, España no podría haber decantado nada.

A comienzos de 1918 la derrota Alemana era ya casi un hecho. La rendición, defiende Eslava Galán, no se produjo tanto por las bajas en el frente, por la inferioridad armamentística o por la debilidad de los apoyos. “Alemania se rinde por hambre”, argumenta. “La población civil ya no podía aguantar más” la falta de alimentos derivada del bloqueo marítimo británico.

1918. Soldados británicos en un tanque.

Los famélicos soldados apenas tienen fuerzas para sostener las armas y los ciudadanos alemanes salen a la calle con un cuchillo para descuartizar los caballos tirados en las aceras. “Alemania se da cuenta de que ha perdido la guerra cuando ve que se le está hundiendo el tinglado por la economía. Pero los militares, los que dan órdenes a los soldados de las trincheras mientras ellos duermen en camas y desayunan caliente, no pueden permitirse quedar para la historia como los derrotados. En una maniobra encomiable pasan “la patata caliente” de autorizar la firma del armisticio a un Parlamento que, hasta entonces, apenas había sido escuchado. Esa firma permitirá a los militares vender más tarde que la política le asestó “una puñalada por la espalda porque los ellos estaban ganando la guerra y fueron los políticos los que cedieron”.

La humillación de la derrota fue uno de los caldos de cultivo que, dos décadas más tarde, alentaron la barbaridad de provocar una nueva Guerra Mundial. “También influyeron, claro, las condiciones leoninas que impusieron los franceses en el Tratado Versalles de 1919. Eso deja las piezas dispuestas para que estalle la Segunda Guerra Mundial”, explica Eslava.

¿Se podría haber evitado la I Guerra Mundial?

Difícilmente, porque Alemania no se conformaba con ser potencia de segundo orden, porque industrialmente y en inventos estaba por delante de todos sus competidores. Como fue un país que se forjó a raíz de la guerra francopruisiana, y por lo tanto llegó tarde al reparto colonial, se da cuenta de que no se conforma con ser actor secundario. Necesita más tierra y mercados, y a eso sólo se puede llegar a través de la guerra. Eso lo tenía claro. El otro lado también tenía claro que los alemanes eran los competidores, que fabrican más y más barato que ellos, que estan haciéndose con un ejército para arrebatarles el mercado… Tarde o temprano se hubiera producido la guerra.

Alemania, concluye Eslava, perdió las dos guerras mundiales que marcaron todo el siglo XX. Y está ganando la Tercera.

Sí, la Tercera: «Estamos en una Guerra Mundial que es económica. Los alemanes ya no tiene panzer pero sí euros. Y al euro le tiene cogido por los huevos. Alemania necesita una expansión económica, ya no es necesario ocupar los países. Sólo tienes que ocupar los mercados».

 
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Publicado por en 25 noviembre, 2014 en Noticias relacionadas

 

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25 de Noviembre de 1914 – Retirada Serbia al este de Belgrado – Amistad Imperio Británico y Portugal


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Este día sucedieron dos acontecimientos destacados, el primero de ellos fue la Retirada Serbia al este de Belgrado

Los V y VI ejércitos austro-húngaros lanzan un ataque el día 16 en Serbia a través del río Kolubara contra los ejércitos II y I serbios, que carentes de munición de artillería no pueden soportar la presión y se retiran al río Ljig. El empuje del V ejército austro-húngaro toma el Monte Maljen el día 25, al sur de la zona de combate, tras dos días de duros combates, con lo que obliga a replegarse a los II y III serbios y consigue flanquear al I. El general Milanovak ordena la retirada y en consecuencia, todos los ejércitos serbios deben retirarse hacia una línea al este de Belgrado. Los comandantes de las unidades de primera línea austro-húngaros solicitan un descanso para que sus desgastadas tropas puedan reaprovisionarse, ya que el continuo avance a alargado las líneas de suministro en exceso. Potiorek desoye las peticiones y ordena un último esfuerzo para acabar con la resistencia serbia. El V ejército deberá tomar Belgrado mientras el VI corta la retirada a las tropas serbias en Arandelova.


Por otro lado la vieja amistad del Imperio Británico y Portugal:

Desde hacía varios siglos, el Gobierno Británico tenía en Portugal uno de los más firmes aliados en el continente europeo, y a pesar de ser dos potencias coloniales, sus intereses jamás entraron en conflicto, sino por el contrario se protegían mutuamente.

Lisboa, se sentía protegida ante el constante acoso de su más poderoso vecino, el Reino de España que nunca disimulo sus intenciones de unificar bajo se poder a toda la Península Ibérica, además de apetecer sus colonias. La situación no cambio ni siquiera en 1910, cuando luego de una revolución que derrocó al monarca Manuel II, quien se exilió en Londres, proclamándose la República.

Desde inicios de la guerra en Agosto de 1914, el Gobierno del Primer Ministro perteneciente al Partido Democrático, Bernardino Luís Machado Guimarães, con acuerdo del Presidente del mismo partido, Manuel de Arriaga, declaro la estricta neutralidad.

Si bien su territorio nacional se encontraba lejos del frente de batalla, la preocupación principal de las autoridades lusitanas estaban en sus colonias, sobretodo en el continente africano, ya que tanto Angola como Mozambique, no solo tenían fronteras comunes con territorios del tradicional aliado, sino también con posiciones del Imperio Alemán, por lo que sería difícil mantenerse al margen del conflicto, sobre todo desde inicios de Noviembre, cuando sendas expediciones de la vecina Deutsch-Südwestafrika, (África Sudoccidental Alemana), se adentraron en territorio angoleño.

Esta situación llevó a que el 25 de Noviembre de 1914, por unanimidad el parlamento portugués proclamase una cooperación anticipada con su principal aliado, además de firmar sendos tratados comerciales, aunque dejaba en manos del Primer Ministro y su Gobierno el momento propicio para ingresar al conflicto, que dado el estado calamitoso de las tropas en el continente europeo, no sería en el corto plazo.
Primer Ministro portugués, Bernardino Luís Machado Guimarães quien a pesar
de ser un firme partidario de la alianza con Gran Bretaña aún no decidió ingresar a la guerra.

 

Bernardino Luís Machado Guimarães (Río de Janeiro,28 de marzo de 1851 – Oporto, 29 de abril de 1944 ) fue el tercer y octavo presidente electo de la República portuguesa. Estudió Filosofía y Matemáticas en la Universidad de Coímbra. Tuvo una importante repercusión como dirigente masón en la ‘Loja Perseverança’ del Grande Oriente Lusitano, llegando a ser presidente de la logia entre 1895 y 1899. Tras la llegada de la república, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores y ministro del Interior y llegó a ser, más tarde, presidente de la República de Portugal dos veces. Primero del 6 de agosto de 1915 hasta el 5 de diciembre de 1917, cuando Sidónio Pais, al frente de una junta militar, disuelve el Congreso y lo destituye, obligándolo a abandonar el país. Más tarde, en 1925, vuelve a la presidencia de la República, donde un año después, vuelve a ser destituido por la revolución militar del 28 de mayo de 1926, que instaura la Dictadura Militar.

 
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Publicado por en 25 noviembre, 2014 en 1914

 

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Los Gurkhas, los mercenarios del Imperio Británico


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Desde inicios del siglo XIX, los ghurkas, originarios de Nepal, al norte de la India, comenzaron a tener conflictos con la East India Trading Company (Compañía de las Indias Orientales) allí establecida y a pesar de ser derrotados, el gran respeto y admiración que se ganaron sirvió para ser utilizados como mercenarios de las fuerzas británicas ayudando a aplastar las sucesivas rebeliones hindúes, con una crueldad y eficiencia admirable, además de su probada resistencia a cualquier condición climática o del terreno.

Sin embargo no solamente participaron en el sub-continente, sino que fueron parte de campañas alrededor del mundo, como Birmania, Afganistán, Malasia, durante la Rebelión de los Boxers en China, y la expedición al Tibet del militar y explorador Francis Younghusband en 1903.

Como no podía ser de otra manera, a los pocos meses de iniciada la conflagración, el mando del Ejército Británico empezó a movilizar a los ghurkas, a los diversos frentes, teniendo una participación exitosa, sobretodo en Francia, donde lucharon de una manera valiente que le generaba respeto entre los aliados y un temor reverencial por parte de los soldados alemanes, sobre todo por su ferocidad a la hora de entablar combates cuerpo a cuerpo en donde utilizaban con mucha destreza su arma más emblemática el khukuri, una especie de cuchillo curvo letal, al igual que la difusión de historias, ciertas o no, como que no tomaban prisioneros, peleaban hasta la muerte y cortaban cabezas, orejas o narices como trofeos

Entre la Rebelión de los Cipayos y la Primera Guerra Mundial, los regimientos Gurkhas sirvieron en Birmania, Afganistán, en los territorios del noreste y noroeste de la India, en Malta, durante la Guerra Ruso-Turca (1877-1878), en Chipre, Malasia, China (durante la Rebelión de los Boxers de 1900) y en Tíbet durante la expedición de Francis Younghusband en 1903.

Cien mil gurkhas participaron en la Primera Guerra Mundial. En Loos, Francia, el Octavo de Gurkhas combatió hasta el último hombre. También participaron en acciones en Givenchy, Neuve-Chapelle e Ypres; en Irak, Persia, el canal de Suez, Palestina (para enfrentar el avance turco), Galípoli y Salónica. Uno de sus destacamentos estuvo bajo el mando de Lawrence de Arabia.

Luego de la Primera Guerra, los gurkhas participaron en la Tercera Guerra Afgana (1919) y en numerosas campañas en la frontera noroeste, especialmente en Waziristán.

A partir de 1920, los gurkhas podían recibir un despacho del Rey de la India, lo que los convertía en oficiales británicos.

Sin dudas, los ghurkas eran las tropas mercenarias coloniales más importantes y temidas con las que contaba el Imperio Británico.


Crónica del periódico británico Daily Telegraph, sobre el temor de los enemigos alemanes ante los gurkhas.

Representación artística en la que soldados gurkhas rechazan en su propia trinchera de manera feroz un ataque alemán.
 
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Publicado por en 24 noviembre, 2014 en 1914

 

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