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30 de Abril de 1915 – Defensa de Van – Los rusos avanzan en ayuda de los armenios


Defensa de Van. Los rusos avanzan en ayuda de los armenios

El 19 de Abril de 1915, los armenios de la región de Van, al este del Imperio Otomano, se sublevaron ante la política de represión dura por establecida por el gobernador Djevdet Bey, quien además de imponer tributos abusivos, ordenó la captura de un importante grupo de intelectuales y dirigentes políticos a los cuales luego ordenó su asesinato. Al mismo tiempo patrullas de gendarmes atacaban varias aldeas de los alrededores, asesinando y saqueando.

Esta explosiva situación detonó el 20 de Abril, cuando un grupo de soldados otomanos capturaron a una mujer armenia que intentaba ingresar a la ciudad de Van, ante esto dos connacionales intentaron ayudarla, sin embargo fueron abatidos, por lo que, un grupo armado con cuchillos y palos atacó a la patrulla, lo que enfureció a Djevdet Bey, quien ordenó atacar a varios sectores de la ciudad, siendo el principal la llamada “Ciudad del Jardín Occidental”, con más soldados y piezas de artillería, estaba decidido a aplastar a sangre y fuego el intento de levantamiento.

La lucha recrudecía con el correr de las horas, las fuerzas irregulares armenias se habían atrincherado en varios sectores, tanto en la “Ciudad del Jardín Occidental”, como en la llamada “Ciudad Vieja” y lanzaban esporádicos ataques contra los cuarteles de gendarmería y militares otomanos, en respuesta, Djevdet Bey mandó a quemar la Iglesia de Arak, sin embargo pese a la superioridad numérica en hombres, el fuego de artillería resulto ser inútil.

Para el 25 de Abril, un día después del llamado “Domingo Rojo”, por el cual las más altas autoridades otomanas dieron inicio a una campaña de terror, apresando y asesinando a más de dos centenares de intelectuales, periodistas y dirigentes políticos armenios en la capital, Constantinopla, un grupo de refugiados que huían de la represión, llegaron a la ciudad por el camino a Shushantz, que fue mantenido abierto gracias a la acción de los grupos de civiles armados.

Para ese mismo día, los defensores, bajo el liderazgo de Aram Manukian, decidieron conformar un gobierno provisional, para organizar la defensa, la administración y las relaciones exteriores para la protección de las posesiones de naciones extranjeras. Además se designaron jueces, policías y funcionarios de salud. Por último se enviaron varios mensajeros para sortear el cerco en informar a los rusos sobre la situación.

Informado sobre la situación, el día 28 de Abril, el General Nikolai Yudenich, comandante en jefe del Ejército Ruso del Cáucaso envió desde Erivan a la Brigada Cosaca de Transbaikal del General Fedor Trukhin y a la de Voluntarios de Araratian del líder fedayee (guerrilleros armenios leales a los rusos) Sargis Mehrabayan, más conocido con el sobrenombre de “Comandante Vartan”. Al mismo tiempo desde Persia hasta donde había llegado uno de los mensajeros, comenzaron a marchar las fuerzas voluntarias del célebre comandante armenio Andranik Orzanian.

Hacia el 30 de Abril de 1915, el número de refugiados de las zonas rurales vecinas ascendía a unos 15.000, que sumados a los 30.000 ciudadanos armenios, ocupaban un área de poco más de un km2 que se extendía por el llamado suburbio de Aigestan. El gobernador Djevdet Bey permitía el ingreso de los refugiados con el propósito de infiltrarse para así poder derrotarlos con mayor facilidad, sin embargo por el momento, los armenios lograban resistir con tenacidad, sin embargo comenzaban a tener problemas con el suministro de municiones, por lo que se vieron obligados a improvisar logrando construir unas 2.000 balas por día.

Sin dudas, a pesar de las privaciones, los armenios seguían resistiendo en la ciudad de Van el embate constante de las fuerzas otomanas, a la espera de ayuda de sus compatriotas enrolados en las fuerzas rusas que ya estaban en camino.

 10421963_1591411754409826_5422395266125707415_nPosiciones armenias en la sitiada ciudad de Van.

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Guerrilleros armenios en trincheras en las afueras de la Ciudad Vieja.
 
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Publicado por en 30 abril, 2015 en 1915

 

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29 de Abril de 1915 – Batalla de Gurin – Victoria británica en Camerún


Batalla de Gurin. Victoria británica en Camerún

Hacia Abril de 1915, luego de las victorias en las dos batallas por la aldea de Edea las fuerzas anglo-francesas se habían concentrado de manera mayoritaria en la región central y meridional de la colonia alemana de Kamerun (Camerún), por lo que en el norte quedo desprotegida la frontera con la Nigeria Británica.

Además el fallido intento de asedio para parte de los británicos contra la aldea fortificada de Garúa, le permitió al oficial al mando, el Capitán Barón Kurt von Crailsheim-Rügland, mover con relativa libertad a sus Schutztruppen (Tropas de protección formada por alemanes de origen) y los célebres Askaris (tropas nativas). Para mediados de abril se sumo el contingente del Capitán Adolf Schipper, por lo que el total de soldados alemanes y coloniales sumaban alrededor de 400.
Con estas fuerzas el Barón von Crailsheim comenzó a planificar un ataque contra el poblado de Gurin en la frontera con la Nigeria Británica, que contaba con un sistema de trincheras en su alrededor, defendida con una guarnición de 42 hombres, en su mayoría policías nativos, bajo el mando del también Capitán Derek Pawle.

En la madrugada del 29 de Abril de 1915, las fuerzas alemanas y coloniales rodearon y comenzaron a atacar la fortaleza enemiga, una de las primeras víctimas, fue el comandante británico, siendo reemplazado por el Teniente Joseph Fitzpatrick. A medida que pasaban las horas, las fuerzas del Barón von Crailsheim apoyadas por cinco ametralladoras comenzaban a producir daños en las defensas británicas, sin embargo pese a la superioridad numérica y de armas los tenaces defensores, en su mayoría nativos logran sostener la posición, por lo en horas del mediodía y luego de más de siete horas de combates, los atacantes se retiran y vuelven a cruzar la frontera para asentarse en Garúa desde donde habían avanzado.

Pese a ser un combate menor, era un alivio para los británicos ya que habían evitado una invasión a una de sus más importantes colonias en el continente africano, sus bajas fueron de 12 soldados y un oficial casi el 30% del total de fuerzas desplegadas, mientras que los alemanes perdieron 40 nativos y 5 europeos.

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Mapa de la frontera entre las colonias de Nigeria Británica y Camerún Alemán en donde se aprecia las poblaciones de Gurin y Garua.
 
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El Barón Kurt von Crailsheim-Rügland, comandante del fallido ataque alemán contra la posición británica.
 
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Publicado por en 29 abril, 2015 en 1915

 

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28 de Abril de 1915 – Campaña de Gallipoli – Primera Batalla de Krithia


Campaña de Gallipoli. Primera Batalla de Krithia

Finalmente el 25 de Abril de 1915, comenzaba el desembarco de las fuerzas aliadas anglo-francesas con el objetivo de ocupar los diferentes fuertes otomanos que protegían los estrechos de los Dardanelos, para poder permitir el avance de la flota para así poder tomar la capital, Constantinopla, y lograr el objetivo de abrir una vía de comunicación marítima con los puertos del Mar Negro del Imperio Ruso.

Con las primeras luces de la mañana de la esa jornada la 29° División del Mayor General Aylmer Hunter-Weston desembarco en cinco playas pre asignadas en el llamado Cabo Helles, en la punta sur de la Península de Gallípoli, las acciones principales se desarrollaron en los sectores “V” y “W”, donde las fuerzas otomanas lograron sostener la posición produciendo grandes pérdidas al enemigo. Por el contrario, los batallones que desembarcaron en el sector “Y”, lo hicieron sin oposición. Sin embargo sus oficiales sin haber recibido instrucciones decidieron permanecer en la playa, lo cual perdieron un tiempo precioso, ya que las cercanas aldeas de Krithia y Achi Baba se encontraban totalmente indefensas.
Al día siguiente, mientras los otomanos comenzaban a reforzar sus posiciones, las fuerzas francesas del llamado Corps expéditionnaire d’Orient (Cuerpo Expedicionario de Oriente), que había realizado un desembarco de distracción en Kum Kale, en la orilla asiática de los Dardanelos, para luego avanzar por el Cabo Helles para posicionarse en el flanco derecho de sus aliados británicos. Estos refuerzos, permitió a los aliados en la tarde del 27 de Abril avanzar desde las playas casi 2 millas (3,2 km) en dirección a Krithia, obligando a rechazar a dos regimientos enemigos debilitados. Este fácil movimiento llevó a que los oficiales sobrestimasen el número y la calidad de las tropas otomanas, por lo que planificaron el asalto contra la aldea para la jornada siguiente.

El plan elaborado por el Mayor General Hunter-Weston junto a sus oficiales, consistían en que las fuerzas francesas mantuviesen sus posiciones en el flanco derecho, mientras que los británicos capturarían Krithia y marcharían contra Achi Baba desde el sur y el oeste, al problema de la complejidad, se le agregaba el hecho que el comandante se encontraría lejos del frente, y las órdenes fueron mal comunicadas a los comandantes subalternos. En total el número de tropas era de unos 19 batallones, lo que sumaban unos 13.500 hombres, por su parte para la defensa, el Coronel otomano Halil Sami Bey contaba con 9 batallones.

Pese a todo, a las 08:00 hs. de la mañana del 28 de Abril de 1915, la batalla comenzó con un fuerte bombardeo por parte de los buques cercanos a las costas, por lo que luego del mismo las diferentes columnas comenzaron avanzar, y si bien en un principio fue relativamente fácil, con el correr de las horas y los metros, la resistencia otomana se incrementaba como así también la dificultad del terreno, como fue el caso de las barrancas que rodeaban Achi Baba en dirección a la punta del Cabo Helles.

En la extrema izquierda, dos batallones británicos de la 87° Brigada se toparon en el llamado barranco de Gully, que era sumamente confuso, y si bien se adentraron y comenzaron avanzar, se toparon con un nido de ametralladoras cercano a la vecina Playa “Y”, por lo que debieron frenar su avance. Esta situación les permitió a los otomanos lanzar una serie de contraataques que en muchos casos obligaron a las tropas aliadas volver a sus puntos de partida. Hacia las 18:00 hs., las tropas estaban sumamente agotadas, desmoralizadas, y sin oficiales líderes, por lo que finalmente el ataque fue cancelado.

La evidente derrota aliada se saldó con 2.000 bajas británicas y 1.001 francesas, entre muertos y heridos, mientras que los otomanos sufrieron 2.378. Una vez más la pésima coordinación había llevado a un nuevo fracaso a las fuerzas anglo-francesas, mientras por el contrario las otomanas dirigidas en su mayoría por competentes oficiales adjuntos alemanes comenzaban a afianzar sus posiciones para defender el suelo nacional.

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Mapa con el plano de la Primera Batalla de Krithia.

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Tropas británicas avanzando por en la entrada al barranco de Gully.
 
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Publicado por en 28 abril, 2015 en 1915

 

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27 de Abril de 1915 – La Prensa y los ataques de gas


La Prensa y los ataques de gas

Si bien a finales de Enero de 1915, las fuerzas alemanas habían utilizado gas cloro para atacar a los rusos en la aldea de Bolimov, fue durante el inicio de la Segunda Batalla de Ypres el 22 de Abril de 1915, cuando las tropas coloniales francesas vieron con sorpresa como una nube de color amarillento se aproximaba hacia sus posiciones, sufriendo asfixia e irritación en los ojos y fosas nasales en cuestiones de minutos, produciendo la muerte en muchos casos.

Este artero ataque recibió la reprobación de los mandos aliados, ya que lo veían como una vergonzosa manera de comportarse en el campo de batalla, ya que aún a pesar de los enfrentamientos encarnizados, la caballerosidad heredada del anterior siglo estaba sumamente presente.

La noticia sobre la utilización de esta nueva arma, no tardó en llegar a los diferentes medios de prensa en las capitales aliadas, que además de informar, muchas veces con exageración, publicaban editoriales sumamente críticas mostrando que los alemanes actuaban de manera traicionera y salvaje. Sin dudas la utilización del gas como arma, más allá de su relativo éxito, generaba repulsión no solo entre los mandos militares, sino también entre la población civil.
Imágenes.

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Crónica del periódico londinense Daily Telegraph sobre la Segunda Batalla de Ypres, en la cual informa sobre la utilización de gas asfixiante por parte del enemigo.

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Crónica del Daily Telegraph en donde expresa la teórica “justificación” de los alemanes para la utilización de gas en el campo de batalla.
 
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Publicado por en 27 abril, 2015 en 1915

 

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Imágenes relacionadas con la Segunda Batalla de Ypres


Aerial_view_of_Ypres_during_the_Second_Battle_of_Ypres_(1915)Vista aérea de la ciudad Belga de Ypres durante la Segunda Batalla de Ypres (1915) tomada por los soldados alemanes

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Publicado por en 27 abril, 2015 en Imagenes

 

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Encuentran grafitis subterráneos en Francia pertenecientes a la Primera Guerra Mundial


Noticia en WEB

  • Los escritos de cuatro soldados fueron encontrados recientemente bajo campos de batalla a unos 193 kilómetros de París.

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Escritos de cuatro soldados de la Primera Guerra Mundial fueron encontrados recientemente bajo campos de batalla cerca de la ciudad de Naours, a unos 193 kilómetros de París en Francia.

Según información publicada por CNN, los grafitis fueron encontrados en una cantera de yeso y datan al menos de hace cien años. Según el medio «es sencillo y agreste».

El fotógrafo Jeff Gusky, que hizo un registro fotográfico de los hallazgos (bajo el nombre de «El mundo oculto de la Primera Guerra Mundial»), señaló en su sitio web que «estas ciudades bajo las trincheras forman una conexión humana directa con los hombres que vivieron hace un siglo». Además, agrega que «ellas hacen que parezca que hace cien años fuera como ayer».

En la ciudad subterránea -que fue sellada en el siglo 18 y redescubierta a fines del 19- estuvo siendo investigada en los años recientes por arqueólogos e historiadores.2097955 2097954 2097953

Unos 1.821 nombres fueron anotados por el fotógrafo, de los cuales el 40% eran australianos, la mayoría de los otros se identificaron como británicos. Otros 55 son estadounidenses y 662 todavía no han sido ubicados.

«Los escritos son, nada más, un reconocimiento para la posteridad», dijo Gusky al medio británico The Independent. Y añadió que «todo lo que estos chicos querían era ser recordados».

 
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Publicado por en 26 abril, 2015 en Noticias relacionadas

 

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Tratado de Londres – 26 de Abril de 1915


El Tratado de Londres, también conocido como Treaty of London (en inglés) o Patto di Londra (en italiano), fue firmado en Londres el 26 de abril de 1915. Por él Italia entró en la Primera Guerra Mundial del lado de la Entente. El tratado era secreto y los países firmantes fueron: El Reino de Italia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, Francia y el Imperio Ruso.

Según el tratado, Italia recibiría las zonas habitadas por italianos en el Imperio Austrohúngaro, gran parte de la costa dálmata y el resto de los territorio balcánicos del Imperio Austrohúngaro se repartiría entre tres Estados independientes: el Reino de Serbia, el Reino de Montenegro y Croacia.

A cambio, Italia se comprometía a abandonar la Triple Alianza, que la unía a los imperios alemán y austrohúngaro y entrar en la guerra del lado de la Entente. El cambio de bando se había acordado ya a comienzos de septiembre de 1914 en un convenio secreto firmado en Londres. La entrada en la guerra debía producirse en menos de un mes desde la firma del tratado y así se hizo, siendo la declaración de guerra italiana proclamada el 23 de mayo.

La aplicación del tratado quedó muy condicionada por la disolución del Imperio Austrohúngaro y el surgimiento de nuevas naciones, especialmente Yugoslavia, que no estaban dispuestas a aceptar las concesiones prometidas a Italia por la Entente, y por la entrada en la guerra de los Estados Unidos, que definieron nuevos objetivos bélicos y se negaron a admitir la entrega de territorios de mayoría eslava a Italia. Finalmente Italia obtuvo parte de los territorios prometidos en una serie de acuerdos rubricados en el primer lustro de la década de 1920, aunque el régimen fascista mantuvo la teoría de que el país había sido engañado y perdido lo que le correspondía por las maquinaciones de sus aliados.

Negociaciones italianas

El 16 de octubre de 1914, murió el principal ministro del gabinete de Antonio Salandra y este cayó a finales de mes, siendo reconstituido el 5 de noviembre de 1914 con la presencia del nuevo ministro de Exteriores Sidney Sonnino. De ideas claras y moderado, Sonnino se había mostrado partidario de la inclusión del Reino de Italia en la Triple Alianza desde el comienzo. Ya en el verano de 1914 había defendido la entrada en guerra de Italia del lado de los Imperios Centrales. En noviembre, aún inseguros de su duración en el cargo, el primer ministro y su ministro de Exteriores se mostraron muy cautos hacia los bandos enfrentados. A pesar de una campaña de prensa a favor de la inclusión de Istria y Dalmacia (con un 96 % de población eslava en la segunda y un 54 % en la primera) el Gobierno no exigió su entrega, aunque el diario de Sonnino, el Giornale d’Italia, se mostró favorable a los irredentistas.

El ministro de Exteriores italiano, Sidney Sonnino, que llevó a cabo negociaciones secretas en paralelo con los dos bandos enfrentados en la Primera Guerra Mundial, firmando finalmente el Tratado de Londres con la Entente.

El 3 de diciembre de 1914, el Gobierno recibió el respaldo del parlamento y Sonnino decidió pasar a la acción, ordenando al embajador italiano en Viena, el duque de Avarna, que reclamase compensaciones territoriales al Imperio Austrhúngaro de acuerdo al artículo VII del pacto de la Triple Alianza. El Gobierno de Viena no había respetado las cláusulas del tratado de alianza, que estipulaban la consulta al resto de aliados antes del comienzo de operaciones militares y la compensación a Italia en caso de ventajas en los Balcanes para Austria-Hungría, y había permitido así que el Gobierno de Roma pudiese mantener la neutralidad en la guerra. Una vez quedó clara la imposibilidad de un rápida victoria austro-germana, Italia decidió negociar con los dos bandos para lograr el mayor beneficio posible de la situación.

El 24 de diciembre de 1914, tras un tiroteo en el puerto de Valona, la ciudad fue ocupada por tropas italianas, teóricamente para proteger a los residentes italianos. Sonnino se apresuró a asegurar a los austrohúngaros que la ocupación sería temporal, para evitar que a su vez exigiesen compensaciones territoriales como él mismo estaba haciendo por el ataque al Reino de Serbia.

Aunque Sonnino apoyaba la campaña de prensa que reclamaba la entrega de Dalmacia al Reino de Italia, el Gobierno no exigía aún su entrega, usando la publicidad simplemente para que el Gobierno vienés accediese a entregar el Trentino y Trieste, sus verdaderos objetivos en aquel momento. Las conversaciones entre Sonnino y el embajador austrohúngaro Macchio no lograron sus frutos ya que este último utilizó una táctica dilatoria para retrasar las posibles compensaciones territoriales a Italia.

El ministro de Exteriores austrohúngaro, el conde Leopold Berchtold, fue entonces sustituido por el húngaro barón Esteban Burián, amigo y protegido del primer ministro húngaro Esteban Tisza. Berchtold se había mostrado contrario a las indicaciones alemanas de acceder a las peticiones territoriales italianas. Burián mantuvo la misma actitud de su predecesor, convencido de que las amenazas de Sonnino eran un farol.

El 17 de febrero de 1915, Sonnino exigió tener derecho a veto sobre las operaciones militares austrohúngaras en los Balcanes a menos que el Gobierno de Viena cediese a las reclamaciones italianas. La delicada situación del frente oriental, la epidemia de tifus que acababa de estallar en la península balcánica y la actitud de Sonnino detuvieron las operaciones militares de Viena durante los primeros meses de 1915. Alemania redobló sus presiones sobre el Gobierno austrohúngaro para satisfacer a los italianos.

El 9 de marzo de 1915, Burián comunicó al embajador italiano su disposición a negociar la cesión de territorio austrohúngaro, a lo que hasta entonces su Gobierno se había negado.

Sergéi Sazónov, ministro de Exteriores ruso y principal opositor a las exigencias italianas para entrar en la guerra del bando de la Triple Entente por sus efectos adversos para las aspiraciones eslavas en los Balcanes.

Mientras y secretamente, sin embargo, Sonnino había dado instrucciones al embajador italiano en Londres, el marqués Imperiali, para que comenzase conversaciones con la Triple Entente y expusiese las condiciones bajo las que Italia estaba dispuesta a entrar en la guerra de su lado. Sonnino se mostró especialmente interesado en mantener secretas estas conversaciones paralelas y en ocultarlas al Gobierno serbio. A partir de ese momento, Sonnino mantuvo negociaciones paralelas con los dos bandos enfrentados. Las exigencias italianas se presentaron a Lord Grey el 4 de marzo.

Serbia y los representantes del Comité Yugoslavo acabaron enterándose de los manejos de Sonnino, teniendo en el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Sazónov a su mejor defensor. Italia explicó su deseo de obtener Dalmacia no por su población italiana, sino por razones estratégicas, para controlar el Adriático. Durante las siguientes semanas, Sazonov se mostró contrario a las exigencias italianas, que consideraba excesivas, mientras que los Gobiernos francés y británico mostraban su impaciencia porque Italia entrase cuanto antes en la contienda, creyendo que su participación les daría la victoria.

El 29 de marzo de 1915, el Gobierno italiano renunció por fin a conseguir Split, lo que los franceses utilizaron para presionar a los rusos y empujarles a aceptar el resto de reclamaciones italianas.Sazonov, sin embargo, no accedió, considerando estas contrarias al principio de nacionalidad por el que supuestamente estaban combatiendo. La opinión pública rusa se preocupaba por el destino de las poblaciones eslavas y especialmente por la serbia, y el ministro de Exteriores ruso creía que no aceptaría las concesiones que Italia exigía.

El 1 de mayo de 1915, Edward Grey fue relevado en las negociaciones por Herbert Henry Asquith por parte británica.

Mientras, las negociaciones con Viena encontraron un nuevo escollo: la exigencia italiana de que los territorios cedidos fuesen entregados de inmediato (21 de marzo de 1915) y no tras el final de la guerra, como proponían los austrohúngaros. El 27 de marzo de 1915, Burián comunicó al embajador italiano que el emperador había accedido a entregar el Trentino a cambio de la neutralidad italiana y su aquiescencia a las campañas austrohúngaras en los Balcanes. El 8 de mayo de 1915, Sonnino respondió a la propuesta con un memorándum de once artículos con las reclamaciones italianas.

Mientras tanto, entre marzo y abril, se aceleraron los preparativos militares en Italia. En Londres Asquith redactaba una propuesta que reflejaba la postura rusa, como última oferta para los italianos. El 9, ante la falta de acuerdo, volvió a presentar una propuesta por la que Italia conseguía la costa dálmata entre Zara y el cabo Planka, Curzola y sus islas menores, y la desmilitarización de la costa entre Planka y Cattaro, salvo la que se entregaría a Serbia. El 14, el marqués Imperiali aceptó esta oferta, renunciando a la península de Sabioncello. Sólo reclamó que no se erigiesen fortificaciones en la cercanías de Cattaro, mientras que Sazonov aceptó que la representación internacional de Albania quedase en manos italianas. Siguió exigiendo, sin embargo, que continuasen las negociaciones sobre ciertos detalles.

Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda presionaron entonces al zar Nicolás, que ordenó ceder a Sazonov, a pesar de sus aprensiones sobre lo correcto del pacto. El 21 de abril de 1915, Sazonov indicó al embajador ruso en el Reino Unido que rubricase el acuerdo.

El 16 de marzo de 1915, el Gobierno austrohúngaro respondió a las exigencias italianas, de manera en general negativa. Ante esta, el pacto con la Entente se firmó el 26 de mayo de 1915 en Londres, comprometiéndose el Reino de Italia a entrar en guerra inmediatamente contra el Imperio Austrohúngaro y el Imperio Alemán y a no firmar una paz por separado.

Reparto de territorios

Según el acuerdo, Italia recibiría:

Territorios ofrecidos por la Entente a Serbia y a Montenegro en 1915:      Territorio asignado a Serbia      Territorio a repartir entre Serbia y Montenegro

  1. El Tirol hasta la separación de cuencas, situada en los Alpes, que incluía las provincias del Trentino-Alto Adigio.
  2. Trieste.
  3. El condado de Gorizia y Gradisca.
  4. Istria, sin Fiume (Rijeka).
  5. Parte de Carniola (los distritos de Vipava, Idrija y Ilirska Bistrica, excluyendo Postojna).
  6. El norte de Dalmacia, incluyendo Zara (en croata: Zadar) y la mayoría de las islas del Adriático.
  7. El archipiélago del Dodecaneso, controlado desde la Guerra ítalo-turca de 1911-1912.
  8. Vlorë (en italiano: Valona).
  9. El control de la política exterior de la nueva Albania, reducida por la partición de la mayoría del territorio entre el Reino de Serbia y Reino de Grecia.
  10. Parte de las colonias alemanas en África y Asia, en caso de que Francia y Reino Unido obtuviesen nuevas colonias. Se confirmaba además la posesión italiana de Libia.
  11. Antalya, en caso de que se repartiese Asia Menor.

Con los cambios fronterizos propuestos entre Italia y el Imperio, basados tanto en la unión de los italianos del Imperio Austrohúngaro como en razones de defensa estratégica, aquella recibía una minoría de cerca de un cuarto de millón de alemanes y tres cuartos de millón de eslavos. Las ganancias territoriales en el Adriático garantizaban también el control del mismo, una de las aspiraciones italianas.Las concesiones al Reino de Italia se agrupan en cuatro sectores, definidos con precisión variable:

  • El Noroeste, donde las peticiones italianas habían quedado satisfechas.
  • El Adriático y los Balcanes, donde Italia había tenido que realizar algunas concesiones.
  • Asia Menor, donde las concesiones eran más generales y menos definidas.
  • África, donde la ambigüedad de las cláusulas era mayor.

A Serbia se le prometió:

  1. La costa dálmata entre Krka y Ston, incluyendo la península de Pelješac (en italiano: Sabbioncello), el puerto de Split (en italiano: Spalato), y la isla de Brač (en italiano: Brazza).

A Montenegro se le adjudicaban:

  1. La costa dálmata entre Budva y Ston, incluyendo Ragusa y la bahía de Kotor (en italiano: Cattaro, desmilitarizado), excluyendo la península de Pelješac.
  2. La costa sur, hasta el puerto albanés de Shëngjin (en italiano: San Giovanni di Medua).

Asimismo, aunque sin mucho detalle, se prometió al Reino de Serbia:

  1. Bosnia y Herzegovina.
  2. Srem.
  3. Bačka.
  4. Eslavonia (a pesar de los reparos italianos).
  5. Partes de Albania, que quedaría dividida entre el Reino de Serbia, el Reino de Montenegro y el Reino de Grecia, sin detallar.

La ciudad adriática de Fiume, objeto de duras disputas en la posguerra entre Italia y Yugoslavia, quedaba asignada «a Croacia, Serbia y Montenegro».

Los italianos reclamaron que la posesión de la costa entre Zara e Istria se decidiese tras la guerra, a lo que accedieron los países de la Entente. Además, insistieron en que no debía comunicarse el acuerdo a Serbia,cosa que no lograron, pues la Entente envió una nota oficial sobre el mismo el 4 de agosto de 1915 en la que se indicaban sus ganancias territoriales que recibiría al terminar la guerra. A finales de abril de 1915, partidarios de Yugoslavia en Gran Bretaña ya conocían a grandes rasgos las características del acuerdo, gracias a las confidencias de Sazonov, obtenidas por Frano Supilo.

Sonnino, a pesar de haber firmado el pacto con la Entente, alargó las negociaciones con Viena. El 3 de mayo de 1915, el embajador austrohúngaro en Roma se enteró de la conclusión de las negociaciones con la Entente y avisó a Burián, que trató de mejorar su oferta anterior a los italianos, pero demasiado tarde: el mismo día Sonnino rescindía la alianza con los Imperios Centrales. Aun así recibió a Macchio el 6, mostrándose dispuesto a comunicar sus propuestas al gabinete.

La población, inflamada repentinamente de nacionalismo, forzó al parlamento, favorable a mantener la neutralidad del país, a aprobar el pacto con la Entente, haciendo caer al gabinete de Salandra el 13 de mayo de 1915. Rechazada la renuncia por el rey, el parlamento se avino a aceptar el Tratado y a conceder plenos poderes al Gobierno el 20 de mayo de 1915, por amplia mayoría.

El 23 de mayo de 1915, se declaraba la guerra al Imperio Austrohúngaro, aunque no con los resultados esperados por los Aliados.

El pacto, que debía haber permanecido en secreto, fue publicado por los bolcheviques rusos tras su toma del poder en el diario Izvestia, en noviembre de 1917.

Clarificación: el acuerdo de St. Jean de Maurienne

La futura repartición del Imperio otomano se decidió entre los tres socios originales de la Triple Entente, sin tener al comienzo en cuenta a Italia. Esta no recibió información sobre los acuerdos anteriores o posteriores al tratado por el que entró en la contienda y sus intentos de lograr esta información fueron baldíos hasta el otoño de 1916. Dada la vaguedad de la cláusula sobre el Imperio otomano del tratado, continuaron las negociaciones para definir con más claridad la porción que le correspondería a Italia en caso de desmembramiento del Imperio, lo que se logró en el acuerdo de St. Jean de Maurienne en abril de 1917. A cambio Italia reconocía los acuerdos anteriores franco-británicos, en especial el Tratado Sykes-Picot.

Italia habría de obtener el suroeste de Asia Menor, llegando hasta la concesión francesa por el Este y hasta Esmirna por el Norte, junto con una zona de influencia al norte de esta. El acuerdo, sin embargo, quedaba sujeto a la aprobación del Gobierno ruso, que acababa de cambiar con el triunfo de la Revolución de Febrero que había acabado con el zarismo. Rusia nunca llegó a expresar su opinión sobre el acuerdo, que jamás llegó a ser ratificado como tratado formal.Juntos, no obstante, el Tratado de Londres y el Acuerdo de St. Jean de Maurienne reunían las aspiraciones italianas en caso de victoria de la Entente.

Cambios de la situación bélica

Dos hechos fundamentales afectaron a la aplicación del tratado tras la guerra mundial:

  • El aumento del descontento de las comunidades que formaban el Imperio austrohúngaro al alargarse la contienda, y la creación de movimientos independentistas, en general mal vistos por el Gobierno italiano.Su mayor acercamiento a estos se dio con los mayores reveses bélicos para Italia tras la derrota de Caporetto, tras los que se celebró el «Congreso de Nacionalidades Oprimidas» en Roma en abril de 1918.
  • La entrada en el conflicto de los Estados Unidos del lado de la Entente. El poderío estadounidense y las circunstancias de su entrada en guerra les convirtieron en el forjador de los objetivos de los Aliados en la guerra, reflejados en los «Catorce Puntos» del presidente Woodrow Wilson. El noveno de ellos se refería a Italia, indicando que «un reajuste de las fronteras de Italia debería realizarse de acuerdo con líneas nacionales claramente reconocibles», lo que chocaba con lo estipulado por el tratado de 1915. La debilidad italiana hizo que el Gobierno no se enfrentase a los estadounidenses acerca de este punto y optase por aceptar los puntos de Wilson junto con el tratado de 1915.

La Conferencia de París

Negociaciones y estancamiento

Parte de la delegación yugoslava en la Conferencia de Paz de París: Ante Trumbić (tercero por la izquierda) , Nikola Pašić (segundo), Milenko Vesnić (primero) y Ivan Žolger. Algunos delegados eran de procedencia austrohúngara, para disgusto italiano.

Después de la guerra, la posición italiana era complicada. Exigir el cumplimiento del Tratado de Londres hubiese significado un conflicto inmediato con Wilson, mientras que un abandono del mismo era un riesgo que ningún Gobierno italiano podía contemplar, quedando la opción de una cesión parcial a cambio de compensaciones, que requerirían la aceptación del resto de potencias que habrían de otorgarlas.

Tras la llegada de Wilson a París el 4 de diciembre de 1918, las relaciones entre este y los representantes italianos no mejoraron. El informe de los expertos estadounidenses no tenía en cuenta las disposiciones del tratado de 1915, definía una frontera intermedia entre la basada en el idioma y la que dictaban los intereses de seguridad italianos. Los italianos respondieron solicitando la frontera definida en el tratado con pequeñas modificaciones y añadiendo la petición de poder anexionarse Fiume, que produjo una disputa exagerada.La ciudad, enclave de población italiana en una región de mayoría eslava, había quedado asignada a Croacia en el Tratado de Londres. La agitación nacionalista en Italia, permitida por el Gobierno, había colocado a este en una situación que le impedía ceder en su demanda por la ciudad, a pesar de no haber sido reclamada anteriormente.

Los italianos expresaron su deseo de negociar únicamente con Serbia y Montenegro como aliados suyos durante la contienda, pero no con representantes del enemigo derrotado, categoría en la que englobaban a los representantes del nuevo Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Su malestar con la delegación yugoslava era aún mayor al contarse entre sus miembros antiguos diputados austrohúngaros (como los croatas Ante Trumbić y Josip Smodlaka y el esloveno Otokar Rybář). Un delegado, el esloveno Ivan Žolger, había sido incluso ministro del gabinete austriaco durante la guerra.

En abril, con el regreso a la conferencia del presidente americano, se retomó el caso italiano, ofreciendo franceses y británicos el cumplimiento estricto del Tratado de Londres (lo que excluía la concesión de Fiume a Italia) o la entrega de Fiume y el abandono del tratado. Ante la falta de acuerdo, Wilson decidió hacer un llamamiento al pueblo italiano dejando de lado a su Gobierno, logrando únicamente enfurecer a la opinión pública italiana y que los representantes italianos se retirasen de la conferencia de paz. Durante la ausencia italiana los Aliados decidieron enviar la expedición militar a Esmirna, decisión que aquellos aceptaron tras su regreso a París dos semanas más tarde. La repartición de mandatos se realizó también mientras los italianos se hallaban lejos de París.

Avances y definición de fronteras en los Balcanes

Tirol, desmembrado en 1918. Parte quedó en el lado austriaco (en rojo) y se llamó Nordtirol y Osttirol, formando el Estado Federado de Tirol.

 A pesar de la continuación de las conversaciones, centradas siempre en el destino de Fiume, no hubo avances hasta la firma del tratado con Alemania y la marcha de Wilson el 28 de junio. La oposición de Wilson y su capacidad de vetar cualquier acuerdo impedían los progresos.

En septiembre, sin embargo, el tratado con Austria fue favorable a Italia, que logró la frontera de los Alpes como se había le prometido en Londres en 1915.

Incapacitado Wilson y derrotado su partido en las elecciones de Estados Unidos y hartas Francia y el Reino Unido de las inacabables conversaciones, estas decidieron que las negociaciones pasasen a realizarse directamente entre italianos y yugoslavos. Esto llevó a un rápido acuerdo que se plasmó en el Tratado de Rapallo de noviembre de 1920. Este concedía a Italia la frontera que deseaba en el Noreste, pero limitaba sus ganancias en el Adriático a cuatro islas y la ciudad de Zara. Fiume y sus alrededores se establecían como Estado libre.

Albania fue evacuada y su independencia reconocida según las fronteras trazadas en 1913, salvo la isla de Saseno, a la entrada de la bahía de Valona, que Italia se anexionó.

Acontecimientos posteriores

En Asia Menor, los griegos aprovecharon la ausencia italiana en la primavera para lograr que fuesen sus tropas las enviadas a Esmirna, situación que los italianos aceptaron tras débiles protestas a su regreso a la conferencia de paz. Por el Tratado de Sèvres firmado el 10 de agosto de 1920, Italia vio reconocida la posesión del Dodecaneso y se le concedió una zona de influencia en Anatolia, que se correspondía aproximadamente a la definida en los acuerdos de St. Jean de Maurienne, salvo en los alrededores de Esmirna. Italia, insatisfecha con el resultado, se apresuró a mostrar su simpatía a Mustafá Kemal tan pronto como surgió movimiento nacionalista, evitando respaldar a las tropas griegas. En el Tratado de Lausana que puso fin a la guerra Italia conservó la posesión del Dodecaneso.

En África, mencionada en los artículos 10 y 13 del Tratado de Londres, Italia logró la concesión final de Libia por parte del sultán otomano en el Tratado de Sèvres, tras haber tenido que reconquistar el territorio, controlado precariamente, en 1919.

Las colonias alemanas, por su parte, fueron repartidas como mandatos durante la ausencia italiana, saliendo el Reino Unido muy beneficiado, seguido de Francia. Italia exigió ser compensada, pero aceptó la repartición realizada. Quedó entonces la posibilidad de rectificaciones fronterizas, que se decidió debían negociarse bilateralmente entre Italia por una parte y Francia y el Reino Unido por la otra. El 12 de septiembre de 1919, Francia e Italia alcanzaban un acuerdo, que cedía ciertos salientes de la frontera entre Libia y las colonias francesas a los italianos. En 1925 se produjo la firma del acuerdo con Gran Bretaña en el que Italia logró la frontera que deseaba entre Libia y Egipto.

En Somalia, ante la negativa francesa a ceder la Somalia Francesa, se ofreció la entrega de cierto territorio junto al río Juba, que Italia aceptó.

 
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Publicado por en 26 abril, 2015 en 1915, Claves, Tratados

 

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25 de Abril de 1915 – Inicio de la Campaña de Gallipoli o Çanakkale – El Desembarco Aliado.


Inicio de la Campaña de Gallipoli o Çanakkale. El Desembarco Aliado.

Desde finales de 1914, con el objetivo de romper el estancamiento en el Frente Occidental, el Primer Lord del Almirantazgo británico, Sir Winston Churchill les pidió a sus colaboradores del Mando Naval encabezado por el Almirante John Fisher planificar una operación para obtener una decisiva ventaja en el curso de la guerra.

Descartada la opción de un desembarco anfibio en la región de Schleswig-Holstein en el norte de Alemania sobre la costa del Mar del Norte, se comenzó a planificar un ataque naval con el objetivo de ocupar los estrechos de los Dardanellos y del Bósforo que unía a los mares interiores como el de Mármara y Negro con el Egeo y Constantinopla, la capital del Imperio Otomano. El objetivo además de derrotar y retirar de la guerra a un aliado de las Potencias Centrales era aliviar la situación de Rusia que además tenía intenciones de ocupar la región para así lograr la tan anhelada salida al Mar Mediterráneo.

La flota combinada británica, comandada por el vicealmirante Sir Sackville Carden siendo luego reemplazado por el contralmirante Sir John de Robeck y la francesa por el almirante Émile Guépratte comenzó las operaciones navales en la mañana del 19 de Febrero de 1915 bombardeando los diferentes fuertes y puertos, a pesar que durante las primeras semanas obtuvieron algunos éxitos, la colocación de efectivas minas submarinos, más la hábil defensa costera a cargo del general Cevat Çobanlı, asesorado por oficiales alemanes llevó a que finalmente para el 18 de Marzo, luego de duros combates, la operación naval culminó en un rotundo fracaso. El objetivo de ocupar los estrechos y la capital otomana solo con navíos no se podía cumplir.

Para hacer frente a esta adversidad, el mando aliado comenzó a fines de Marzo de 1915, a planificar una operación de desembarco, el Ministro de Guerra británico el respetado héroe de las guerras coloniales, General Lord Horatio Kitchener comenzó a concentrar la llamada Mediterranean Expeditionary Force (Fuerza Expedicionario del Mediterráneo) compuesta por unos 78.000 soldados, de los cuales había varios contingentes de los llamados Australian and New Zealand Army Corps-ANZAC (Cuerpos Armados Australianos y Neozelandeses), designando como comandante al General Sir Ian Hamilton. Por su parte los franceses, en su mayoría tropas coloniales, bajo el mando del mando del General Henri Gouraud comenzaron a concentrarse en los alrededores de Alejandría en el protectorado británico de Egipto, formando el llamado Corps Expeditionnaire d’Orient (Cuerpo Expedicionario de Oriente).

Mientras los soldados entrenaban tácticas de desembarco en la recientemente ocupada isla griega de Lemos, lo cual generó un entredicho diplomático aunque al final Atenas cedió dado que el objetivo era su eterno enemigo, Sir Hamilton, junto a sus oficiales y los franceses comenzó a organizar aunque con cierto retraso, el ataque que básicamente consistiría en una primera etapa en un ataque sobre el Cabo Helles y Sedd el Bahr. Las operaciones consistían en tomar y asegurar la orilla norte de los estrechos capturando las diferentes fortalezas y puestos de artillería para así permitir el paso de la flota naval hacia el Mar de Mármara y así poder ocupar Constantinopla. Otro factor clave era que el mando aliado se mostraba confiado por la aparentemente escasa preparación militar de los soldados enemigos.

Por su parte el mando otomano, encabezado por el Ministro de Guerra y verdadero líder del gobierno, Ismail Enver Pasha, comenzó a reforzar la defensa de toda la región de los estrechos, asignando para ello al V° Ejército, comandado por el General alemán Otto Liman von Sanders, antiguo jefe de la misión militar que tuvo como objetivo modernizar a las fuerzas armadas otomanas. A pesar de las tensiones existentes se comenzaron a discutir la manera de hacer frente a la inminente invasión.

Si bien había acuerdo en que la mejor manera de defender las posiciones era ocupar las tierras altas, la discrepancia estaba en la posible zona de desembarco, por su parte el joven Teniente Coronel Mustafa Kemal creía que tendría lugar en el Cabo Helles y en Gaba Tepe al sur de la Península de Gallipoli, por su parte el General von Sanders creía que sería en la costa asiática de la Bahía de Besika, la posición más cercana para amenazar sus propias líneas de comunicación. Finalmente la postura del comandante alemán se impuso, por lo que desplego a varias de sus divisiones al norte de la península. Por su parte, el Teniente Coronel Kemal desplegó a su división más al sur donde él mismo había estipulado el ataque. En definitiva, con el arribo de una división desde Constantinopla, las fuerzas otomanas sumaban en un principio unos 63.000 soldados. El retraso del ataque enemigo, le dio más tiempo aún al comandante del III° Cuerpo Esat Pasha, quien contaba con el Coronel alemán Hans Kannengiesser como adjunto, a preparar más las defensas ya que daba por sentado que el desembarco se produciría en su sector.

Finalmente el General Sir Hamilton puso como fecha de ataque el 23 de Abril de 1915, que debió cancelarse a causa del mal tiempo, por lo que finalmente el día 25 de Abril la operación comenzó con dos desembarcos simultáneos.

– Desembarco en el Cabo Helles.

La llamada Playa V constaba de 300 yardas (270 metros) de largo por unas 10 yardas (9,10 metros) mientras que a su izquierda se encontraba el Fuerte Etrugrul, a su derecha estaba el antiguo castillo de Sedd el Bahr, teniendo a la llamada colina 141 enfrente. Para su defensa el comandante del sector el coronel Halil Sami Bey contaba con compañía reforzada por cuatro ametralladoras Maxim de fabricación alemana.

Por su parte las fuerzas de invasión bajo el mando del Teniente Coronel Sir Aymler Hunter-Weston comenzaron a desembarcar en la mañana del 25 de Abril de 1915, siendo los miembros del célebre Royal Dublin Fusiliers Regiment los primeros en acercarse a las costas en botes de remos. El resto, en su mayoría regimientos irlandeses (Irlanda aún era parte del Imperio Británico), lo hizo en buques especialmente preparados que se acercaron a las costas. A pesar que la playa parecía desierta, ni bien se acercaron los otomanos abrieron fuego, no solo desde las alturas, sino con fuego de la artillería pesada desde las fortificaciones circundantes. Por lo que muchos hombres perecieron o fueron heridos y se ahogaron. Los que sobrevivieron encontraron refugio al otro lado de la playa. Otros batallones lograron desembarcar intactos en el flanco derecho y lograron ocupar la aldea de Camber, sin embargo sufrieron un duro contraataque siendo rechazados una vez más hacia las playas.

Hacia las primeras horas de la mañana el Teniente Coronel Hunter-Weston comenzó a recibir informes positivos sobre los progresos de los desembarcos en la cercana Playa W, sin embargo la realidad era muy distinta ya que a pesar de enviar una segunda ola a las 09.00 hs. de la mañana, sin embargo fueron rechazados por la dura resistencia de las fuerzas otomanas bien atrincheradas y dirigidas por competentes suboficiales alemanes. A medidas que las pérdidas se iban acumulando, a las 10:21 hs., el General Sir Hamilton que observaba los movimientos desde el buque HMS Queen Elizabeth, le ordeno a su subalterno el Teniente Coronel Hunter-Weston que suspendiese el desembarco en la playa V y desviar el resto de las fuerzas a la comprometida playa W.

Hacia las 04:00 hs. de la tarde de esa misma jornada, los buques HMS Queen Elizabeth, HMS Albion y HMS Cornwallis bombardearon sin mucho éxito las fortificaciones enemigas en la llamada playa V, y hacia las 07:00 hs. un nuevo intento de un poco más de un centenar de soldados fueron rechazados con graves pérdidas.

A pocas millas de la Playa V, se encontraba la S, más pequeña y rodeada de varios acantilados, protegida en la cima por una batería de cañones dispuesta en las ruinas del fuerte Tott, mientras que un solo pelotón de soldados se atrincheraba en la arena. Por su parte, los batallones británicos, en su mayoría galeses, lograron llegar a la costa sin ser alcanzados por el fuego de la artillería, aunque fueron recibidos por el fuego de la infantería, que transportaba escaleras para así subir por los acantilados y tomar los cañones. Para hacer frente a las dificultades, el comandante del HMS Cornwallis Capitán de Navío Davidson, ordenó sin pedir autorización el desembarco de marineros e infantes de marina.

Hacia mediados de la mañana, la playa y lo acantilados fueron tomados y a pesar de ver la desastrosa situación en la vecina Playa V, su comandante priorizo consolidar durante toda jornada la posición, perdiendo también la oportunidad de atacar la retaguardia de las fortificaciones otomanas en el castillo Sedd el Bahr.

A diferencia de las dificultades en las Playas de Desembarco V,W y S, la X, que tenía unas 200 yardas (180 mts.) de largo rodeada por acantilados, siendo defendida solamente por poco más de una docena de soldados que fueron sorprendidos por el bombardeo del HMS Implacable, por lo que los remolques pudieron llegar a las playas sin pérdidas, desembarcando a los soldados, que para las 06:30 hs. tomaron los acantilados sin pérdidas ocupando una hora después una pequeña aldea cercana. Asegurada la posición se inició un ataque en dirección a la cercana playa V, sin embargo fue frenado por el fuego de armas ligeras.

Por último la Playa Y, que se era la más alejada hacia el norte, se encontraba en las cercanías a la aldea de Krithia, detrás de las líneas defensivas otomanas en todo el Cabo Helles. El mar era más profundo que las demás playas lo cual permitía un desembarco óptimo, además las fuerzas otomanas más cercanas estaban a un par de kilómetros. Por lo que a las primeras horas de la mañana varios buques se aproximaron y comenzaron a trasbordar a las tropas a los remolcadores para así poder llegar a las playas. Una vez desembarcadas, tomaron sin mucha resistencia los acantilados de los alrededores tomando prisioneros a unos sorprendidos artilleros. A media mañana Sir Hamilton tomo fue informado de la ventajosa situación, por lo que ordenó un avance hacia el interior del Cabo Helles, sin embargo el mismo comenzó muy lentamente a media tarde, avanzando varios metros sin encontrar rastros del enemigo. A pesar de lo prometedor avance, desinteligencia en las comunicaciones llevó al mando de la operación a ordenar el atrincheramiento de los soldados para reforzar las posiciones.

Por su parte en horas del mediodía el comandante otomano de la región, Sami Bey, envió un batallón de infantería y una batería de artillería para hacer frente al desembarco. Para mediados de la tarde comenzó el contraataque otomano contra las cabezas de playas aliadas, sin embargo el fuego de la artillería naval logró rechazarlos. Cerca de la medianoche un nuevo ataque fue lanzado, sin embargo fue una vez más rechazado, gracias a la determinación de las diferentes unidades británicas, aunque la moral comenzaba a decaer.

Para el final de la jornada, el inmenso esfuerzo de los desembarcos en el Cabo Helles no había logrado el objetivo deseado, no solo a causas de la determinación de los defensores otomanos bien dirigidos, en su mayoría por oficiales alemanes, sino también una cierta falta de coordinación entre los diferentes mandos.

– Desembarco de los ANZACS.

Mientras que en el Cabo Helles, la fuerza de desembarco estaba compuesta en su mayoría por soldados procedentes de las Islas Británicas, en la llamada Ensenada de Kabatepe la principal fuerza de desembarco estaba compuesta por el ANZAC ( Australian and New Zealand Army Corps), bajo el mando del General William Riddell Birdwood.
A la 01 de la mañana del 25 de Abril, las primeras fuerzas australianas y neozelandesas comenzaron a embarcarse en los remolcadores que los llevarían hasta las costas, casi dos horas después llegaron a la sede de la 9° División del Teniente Coronel Mustafa Kemal los primeros informes sobre movimientos poco frecuentes en el mar, lo que elevó el nivel de alerta.
Finalmente a las 04.30 hs. los centinelas otomanos comenzaron a disparar contra las embarcaciones y los primeros soldados que ya habían tomado posición en la playa Z, o Ari Burnu, su nombre turco. Pese a un error en el área de desembarco de casi 2 millas y de encontrarse rodeado por acantilados, los llamados ANZACS estaban fuera del alcance del fuego de la artillería enemiga que se encontraba en la cima, que fue bombardeada por los buques de la Royal Navy que habían sido utilizadas como transportes de tropas. Con este fuego de protección varios batallones australianos comenzaron avanzar al interior en dirección de la llamada Meseta de Plugge, logrando hacerse con el control de una serie de trincheras abandonadas hacia poco tiempo por los otomanos.

Esta situación llevó al mando otomano a comenzar a mover a sus tropas en horas de la madrugada para tratar de frenar el avance aliado, por lo que finalmente hacia las 09:00 hs. de la mañana, los primeros refuerzos comenzaron a concentrarse en los alrededores de la pequeña aldea de Kavak Tepe, mientras que una hora más tarde, el mismo Teniente Coronel Kemal junto refuerzos logró frenar a varios soldados que huían desde la playa, y comenzó a organizar un contraataque.
Para reforzar sus posiciones, el mando aliado lanzó una nueva ola de desembarco en las primeras horas de la mañana, que a diferencia del anterior fue sumamente caótico, y si bien comenzaron a avanzar en dirección de la estratégica colina llamada Baby 700, sendos contraataques otomanos los obligaron atrincherarse en la playa.

Este fracaso, llevo a que en las primeras horas de la tarde, una tercera ola de desembarco arribara a las costas, compuesta esta vez en su mayoría por soldados neozelandeses, que para sumar confusión a la situación, no pudieron recibir el apoyo de la artillería dado a problemas de transporte.
Al igual que el desembarco en el Cabo Helles, y pese a tener una menor dimensión, el accionar de los ANZACS, pese a su valentía, sufrieron no solo por la resistencia de los otomanos sino por problemas propios de la planificación del alto mando aliado.

Para el final del 25 de Abril de 1915, el comandante en jefe aliado, el General Sir Hamilton hacia un análisis poco alentador sobre los logros de ese día, dado que si bien sus fuerzas habían logrado reforzar sus posiciones en las playas, la resistencia otomana les había negado la posibilidad de avanzar hacia el interior. Sin dudas esta primera jornada de combates hacía caer el concepto de la escasa capacidad de combate del enemigo, por lo que la campaña se presentaba mucho más dura de lo que realmente se creía.

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Mapa de los lugares de desembarco en el Cabo Helles.

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Mapa de los lugares de desembarco por parte de los ANZACS en la ensenada de Kabatepe.
 
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Publicado por en 25 abril, 2015 en 1915

 

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24 de Abril de 1915 – El Domingo Rojo – El principio del Genocidio Armenio


El Domingo Rojo. El principio del Genocidio Armenio

Hacia mediados del siglo XIX, la comunidad Armenia era una de las más importantes dentro de las fronteras del Imperio Otomano, las estimaciones variaban desde los 2.400.000 mencionados por las autoridades en 1867, a más de 3.000.000 durante las discusiones del Congreso de Berlín en 1878 convocado para discutir los límites fronterizos entre las diferentes naciones, no solo en el continente europeo sino también en África y Asia. Sin embargo a los pocos meses durante la discusión del Tratado de San Stefano la cifra se redujo a 1.200.000. Si bien la mayoría se concentraba en el este, en la frontera con el Imperio Ruso, en la capital Constantinopla vivía una importante minoría compuesta por intelectuales y profesionales.

Tradicionalmente los armenios habían sido considerados por los turcos otomanos como Millet-i Sadıka («Nación leal») dado que convivían de manera pacífica con sus vecinos, principalmente kurdos, sin tener graves conflictos con la autoridad central, aunque al no profesar la fe musulmana, eran considerados “Dhimmi” por lo que carecían de ciertos derechos y estaban obligados a pagar más tributos.

Esta situación comenzó a cambiar a mediados del siglo XIX, dado que a medida que decaía el poder del Imperio Otomano, comenzaban a surgir movimientos de tendencia nacionalistas entre las diferentes minorías, entre ellas la Armenia, que contaba con el apoyo secreto de Rusia, el eterno enemigo de Constantinopla. La respuesta fue la represión, sobretodo las llevadas a cabo por el llamado “Sultán Rojo” Abdull Hamid II, como por ejemplo las llamadas Masacres Hamidianas de 1896, cuando grupos de bandoleros kurdos atacaron, con apoyo de las autoridades, aldeas armenias aniquilando aproximadamente a cerca de 300.000 personas, además de cerrar instituciones y prohibir manifestaciones de movimientos políticos.

En 1908, con la llegada al poder de los reformistas Jóvenes Turcos, las minorías etnicas creyeron que su situación mejoraría, sin embargo la desazón llegó solo un año después cuando luego de reprimir un intento de golpe de estado de sectores conservadores, las fuerzas de represión atacaron sin razón alguna a la población Armenia en la región de Aldana, masacrando entre 15.000 y 30.000 civiles.

El 29 de Octubre de 1914, el Imperio Otomano entró en guerra al lado de las Potencias Centrales, contra la Triple Entente, por lo que sus autoridades militares ordenaron el reclutamiento forzoso de todos los hombres disponibles hasta los 45 años, por lo que incluyo a gran número de minorías étnicas, entre ellas la Armenia.
Una de las primeras operaciones militares llevadas a cabo por el impulso del Ministro de Guerra y verdadero líder del gobierno, Ismail Enver Pasha, fue el ataque a la ciudad de rusa de Sarikamish y pese a las recomendaciones de los militares adjuntos alemanes, la ofensiva fue un fracaso, en la cual el IIIº Ejército Otomano fue totalmente derrotado por las fuerzas del general zarista Nikolai Yudenich. Este desastre militar comenzó a envalentonar a los líderes independentistas armenios que formaron grupos armados y comenzaron a hostigar a los otomanos que se retiraban desmoralizados.

Pese a esta circunstancia, el 26 de Enero de 1915 Enver Pasha envío una misiva al despacho del obispo armenio de Konia Mons. Karekin Khatchadurian, en la cual elogiaba el comportamiento de las tropas de esa nacionalidad bajo su mando, expresando literalmente:

«Le solicito presentar a la nación armenia, cuya total devoción al gobierno imperial es bien conocida, la expresión de mi satisfacción y mi reconocimiento»

Pese a estas palabras, la realidad era muy distinta, en las provincias orientales la represión contra la comunidad Armenia se acrecentó, lo que llevó el 19 de Abril de 1915, a la sublevación en la región de Van, donde el duro Gobernador Djevdet Bey emprendió una serie de ataques sistemáticos contra los líderes y la población armenia en general, lo que desato una sublevación violenta.

Esta situación llevó a que el Domingo 24 de Abril de 1915, el Ministro del Interior y miembro del llamado triunvirato de los pashas, junto a Enver y Djemal, Mehmet Talat Paşa, emitiese un decreto sin consultar al débil Gran Vizir (equivalente a Primer Ministro) Salid Halim Pasha ordenando la inmediata detención de 250 intelectuales armenios para ser deportados, aunque la mayoría fueron asesinados esa misma jornada.

El llamado “Domingo Rojo” era el inicio de una de las más grandes tragedias de la Primera Guerra Mundial.


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Algunos de los intelectuales armenios arrestados, deportados y asesinados durante el llamado Domingo Rojo.
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Mehmet Talat Paşa, Ministro del Interior otomano quien firmo el decreto que ordenó la detención de 250 intelectuales.
 
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Publicado por en 24 abril, 2015 en 1915

 

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24 de Abril de1915 – Segunda Batalla de Ypres. Inicio del Combate de Saint Julien


Segunda Batalla de Ypres. Inicio del Combate de Saint Julien.

El sorpresivo ataque planificado por el Comandante del OHL-Oberste Heeresleitung (Alto Mando Alemán) General Erich von Falkenhayn, había sido lanzado el 22 de Abril de 1915 contra la llamada “Saliente de Ypres”, la utilización de una gran cantidad de gas de cloro logró la desbandada de gran parte de las divisiones francesas compuestas por tropas coloniales, en su mayoría argelinos y marroquíes, en los alrededores de la aldea de Gravenstafel.

A pesar de abrir una brecha de casi 6,5 millas (4 km.), el mando del IV° Ejército del Duque Albrecht von Würtemberg no supo aprovechar la situación lo que dio tiempo a que el comandante británico en el sector Sir Horace Smith-Dorrien, organizase un contraataque esa misma noche por parte de varios batallones de canadienses que luego de una serie de duros combates a la bayoneta lograron cerrar la brecha pese a sufrir graves pérdidas.

Esta situación llevó al mando alemán a reorientar el avance, por lo que en la madrugada del 24 de Abril de 1915, un nuevo ataque de gas cloro tuvo lugar en dirección al oeste del pequeño poblado de Saint Julien, contra la línea defendida por soldados canadienses, quienes a diferencia de sus desgraciados aliados consiguieron resistir recurriendo al consejo de un capitán del cuerpo de médicos llamado Francis Scrimger, quien les recomendó orinar sobre sus pañuelos para colocarlos sobre el rostro. Sin embargo la presión de la infantería y del fuego de la artillería pesada, los obligo retroceder por lo que los alemanes se hicieron con el control del poblado.

A pesar del éxito de este nuevo ataque, el ejército alemán carecía de efectivos suficientes para sacar provecho, debido principalmente al traslado de reservas al Frente Oriental para sostener a los austro-húngaros al borde del colapso frente a los continuos embates rusos. Por su parte los aliados sorprendidos aún por la utilización de gas, comenzaban a encontrar maneras, bastante rudimentarias aún, de combatir sus efectos nocivos.

603782_1589418591275809_5779509215945312836_nPlano de los combates de Saint Julien en el marco de la Segunda Batalla de Ypres.
 
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Publicado por en 24 abril, 2015 en 1915

 

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