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Archivo de la categoría: Diplomáticos/Políticos

Arthur Zimmermann


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Arthur Zimmermann (nacido el 5 de octubre de 1864 y fallecido el 6 de junio de 1940) fue un político alemán, que destacó especialmente por ser el ministro de Asuntos Exteriores del Imperio alemán entre el 22 de noviembre de 1916 y el 6 de agosto de 1917, fecha en la cual dimitió de su cargo.

Su nombre ha quedado en la Historia asociado al famoso Telegrama Zimmermann, durante la Primera Guerra Mundial, que fue uno de los elementos que acabaron por influir en el ánimo de los Estados Unidos para abandonar su neutralidad en el conflicto y unirse a las filas de los Aliados en contra de las Potencias Centrales, de las que formaba parte el Imperio alemán. Su objetivo desde el principio fue incitar a México a entrar en la primera guerra mundial apoyando al Imperio Alemán. El gobierno mexicano rechazó la propuesta debido a que en esos momentos se vivía una situación tensa entre los Estados Unidos y México, además de otros problemas, como ser una nación que había salido recientemente de una revolución.

Igualmente, participó en el desarrollo de los planes tendentes a apoyar al movimiento de independencia irlandés, así como en el apoyo de los Bolcheviques para efectuar una labor de zapa en el interior del Imperio ruso en contra de los zares.

Primeros pasos

Arthur Zimmermann nació en la localidad de Marggrabova (hoy Olecko, en Masuria, en la actual Polonia) en la Prusia oriental, el 5 de octubre de 1864, falleciendo debido a una neumonía en Berlín. Efectuó estudios de Derecho entre 1884 y 1887 en Königsberg, igualmente en Prusia oriental, así como en Leipzig.

Inició su carrera profesional con el ejercicio de la profesión de abogado, obteniendo con posterioridad un Doctorado en Derecho. En 1893 pasó a la carrera diplomática, entrando en el servicio consular en Berlín. Su primer destino en el extranjero fue en China, a donde llegó en 1896, pasando luego a Cantón en 1898, para acceder posteriormente a la categoría de cónsul, en 1900. Mientras se hallaba destinado en Extremo Oriente se produjo en China la revuelta de los Boxers, que conoció pues de primera mano.

Tras haber sido llamado desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, fue nombrado viceministro 1911 para, el 24 de noviembre de 1916, en plena Primera Guerra Mundial, aceptar ser nombrado ministro, sucediendo en sus funciones a Gottlieb von Jagow. No obstante, desde algunos años atrás ya asumía la mayor parte de las negociaciones del Ministerio con los mandatarios extranjeros, con motivo de la timidez enfermiza del ministro titular, von Jagow. Es de destacar que fue el primer ministro de Asuntos Exteriores del Imperio alemán que no poseía orígenes en la aristocracia, aunque sí era originario de la Prusia Oriental, como buena parte de la nobleza imperial alemana.

El Kronrat

En tanto que ministro de Asuntos Exteriores del Imperio alemán, tomó parte igualmente en lo que se conoce como Kronrat, es decir, las deliberaciones que tuvieron lugar en el verano de 1914 entre el káiser Guillermo II y el canciller alemán, Theobald von Bethmann-Hollweg, en el curso de las cuáles se tomó la decisión de apoyar al Imperio austrohúngaro tras el asesinato del arquiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, decisión que desembocó en el estallido de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, Arthur Zimmermann rechazaría el uso del término Kronrat, ya que la opinión del kaiser Guillermo II fue decisiva en la discusión, aunque el canciller Bethmann-Hollweg, así como el propio Zimmermann, aprobaron la decisión de aquél.

La ejecución de la enfermera Edith Cavell

Arthur Zimmermann, desde su cargo de ministro de Asuntos Exteriores, fue igualmente quien tuvo que dar las pertinentes explicaciones en el caso de la ejecución de la enfermera británica Edith Cavell por parte de un pelotón de ejecución alemán el 12 de octubre de 1915, debido a que había ayudado a varios centenares de soldados de los Aliados a escapar desde la Bélgica ocupada por los alemanes hacia Holanda, territorio neutral en esa guerra. El incidente había tenido una honda repercusión en la prensa y la opinión pública tanto del Reino Unido como de los todavía neutrales Estados Unidos, y había acabado ya por convertirse en un problema de política internacional para el Imperio alemán.

Arthur Zimmermann empezó por afirmar que «era una lástima que la señora Cavell hubiese tenido que ser ejecutada», pero que ello era necesario. Prosiguió aceptando que era algo terrible tener que ejecutar a una mujer, pero que era necesario prestar atención a las consecuencias que se derivarían del hecho de que un Estado, especialmente si se hallaba en situación de guerra, no castigase a las mujeres después de que estas hubiesen cometido crímenes que afectasen a la seguridad de las fuerzas armadas de dicho Estado. Ninguna corte penal (y menos aún en el caso de una jurisdicción sometida a la ley marcial) hubiera hecho una tal distinción (puesto que el hombre y la mujer son iguales ante la ley), etc. Afirmó que tenía ante él el veredicto del tribunal y que estaba «convencido de que ningún tribunal del mundo hubiese emitido un veredicto distinto», prosiguiendo con frases del mismo tenor.

Su actuación fue sumamente criticada en su momento por toda la opinión pública, tanto de los países en guerra con las Potencias Centrales como entre los países neutrales, pero en cualquier caso deben ser situadas en el contexto de la época y la sociedad en la que se generaron. Hay que recordar que en ambos bandos se produjeron frecuentes fusilamientos de soldados y civiles (véase por ejemplo al respecto el caso de la bailarina holandesa Mata Hari, fusilada por Francia bajo la acusación de espionaje el 15 de septiembre de 1917).

Paz en el Este

En marzo de 1917, habida cuenta de la perspectiva de un inminente hundimiento del Frente Oriental debido a la situación política en el Imperio ruso, Zimmermann tomó la decisión personal de promover su iniciativa llamada Paz en el Este ante los revolucionarios rusos, propuesta de la mayor importancia estratégica en esas fechas para Alemania y las Potencias Centrales, y que logró imponer tanto al káiser Guillermo como al Ejército alemán.1 Hizo a los bolcheviques rusos la propuesta siguiente:

  • el cese de los combates a lo largo de toda la línea del frente;
  • la recíproca retirada de todos los territorios ocupados por cada uno de los contendientes;
  • un acuerdo amistoso respecto de Polonia, Lituania y Curlandia;
  • la promesa de colaborar con Rusia en su reconstrucción y desarrollo;
  • finalmente, Lenin y los líderes bolcheviques que se hallaban en esos momentos asilados en Suiza recibirían la autorización para regresar a Rusia en un tren cerrado y sellado que les conduciría allí a través de territorio alemán.

Dichas propuestas, en el caso de ser aceptadas, deberían liberar un alto número de divisiones de los ejércitos de las Potencias Centrales que en esos momentos combatían contra el Ejército ruso en el Frente Oriental, permitiendo que fuesen trasladadas al Frente Occidental, lo que a su vez lograría reforzar a las tropas allí empeñadas en los combates contra el resto de los Aliados en una larga y costosa guerra de trincheras, dándoles la superioridad necesaria para intentar romper el frente y decidir así el resultado de la guerra antes de la posible entrada en la guerra de los Estados Unidos.

El plan presentado por Zimmermann tuvo éxito, aunque por lo demás dejó tras de sí para el futuro un problema político importante: la Revolución bolchevique, que había triunfado en parte debido a la intervención de Arthur Zimmermann.

La misión del nuncio Pacelli

El Telegrama Zimmermann’ tal y como fue enviado por el embajador alemán en Washington al embajador alemán en México, cifrado usando un libro de códigos.

A finales de junio de 1917, Zimmermann tuvo ante sí la primera ocasión de verdad para hacer progresar unas negociaciones de paz. En el curso de varias reuniones que mantuvieron con el nuncio apostólico en Baviera, Eugenio Pacelli (quien ulteriormente sería elegido papa con el nombre de Pío XII), y con Uditore Szioppa, quienes estaban en una misión de prospección, el canciller Bethmann-Hollweg y Arthur Zimmermann escucharon sus proyectos. Según dichas propuestas, no habría anexión de territorios, no se desplazaría la frontera con el Imperio ruso, Polonia se convertiría no obstante en un estado independiente, todos los territorios ocupados por las Potencias Centrales en Francia y en Bélgica serían evacuados por las tropas alemanas, y Lorena sería restituida a Francia. La única contrapartida sería la devolución a Alemania de todas sus antiguas colonias.

Su dimisión

El 6 de agosto de 1917, Zimmermann dimitió de su cargo de ministro de Asuntos Exteriores, para ser reemplazado por Richard von Kühlmann.

El motivo principal para su dimisión fue el célebre telegrama que Zimmermann había enviado el 16 de enero de 1917. Dos años y medio después del inicio de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos seguían observando una estricta neutralidad en el conflicto que enfrentaba a los Aliados con las Potencias Centrales en una guerra de trincheras en el norte de Francia y en Bélgica, sin intervenir en la lucha. A pesar de que la reelección como presidente de los Estados Unidos de Woodrow Wilson lo había sido con el lema «no estamos en guerra, gracias a mí», las consecuencias del telegrama ayudaron a que cada vez le resultase más difícil mantener su promesa y conservar la neutralidad de los Estados Unidos en la guerra.

 
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Publicado por en 16 enero, 2017 en 1917, Diplomáticos/Políticos, Personajes

 

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Heinrich von Eckardt


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Heinrich von Eckardt fue embajador del Imperio Alemán en México, oficina asumida alrededor de 1915 donde pasó la mayor parte de su tiempo como embajador durante la Primera Guerra Mundial. Después de la salida del presidente Victoriano Huerta (que apoyaba más la tesis alemana) en 1914, su sucesor Venustiano Carranza tenía una posición perceptiblemente negativa para con Alemania; von Eckardt creyó que tanto Carranza como los órganos gubernamentales eran » prototipos de la vulgaridad y depravación». Su actitud hacia el presidente seguía siendo amarga a pesar de las tentativas de Carranza por suprimir las publicaciones anti-Alemanas, que él describió como » mediocridad pujante».

Von Eckardt es conocido por ser a quien iba dirigido el telegrama de Zimmermann, un telegrama enviado por el Ministro de Asuntos Exteriores alemán Arthur Zimmermann el 16 de enero de 1917. El mensaje primero fue enviado al embajador alemán de los Estados Unidos, Juan von Bernstorff, para evitar que sea interceptado. Él lo retransmitió a von Eckardt el 19 de enero. Sin embargo, pese a eso, el telegrama fue interceptado por el Reino Unido al ser trasmitido por von Bernstorff a von Eckardt y descifrado por Room 40. En el telegrama, Zimmermann daba instrucciones a von Eckardt para acercarse al presidente Venustiano Carranza, primero con el fin de formar una alianza con Alemania, y segundo; en caso de romperse las relaciones de Alemania con Estados Unidos, atacar los E.E.U.U. con ellos y ayudar a persuadir a Japón en la ayuda de dicho ataque. El telegrama fue dejado vago y dijeron a von Eckardt para resolver los detalles mismos como él los presentó a Carranza. También le pidieron llamar a Carranza la atención de intervenir en la batalla del Atlántico y de la posibilidad que pueda fomentar tentativas maneras de obligar al Reino Unido por una paz.

A pesar de el descubrimiento del telegrama por los Estados Unidos y la Gran Bretaña, el Ministro de Asuntos Exteriores acercado Eckardt Cándido Aguilar de von y le dio la oferta al mes después de que el mensaje fuera enviado. Aguilar era comprensivo, pero ambos él y Carranza rechazaron eventual Alemania, principalmente debido al lanzamiento prematuro. México temió influencia americana, aunque, y von Eckardt podía algo sacudir Carranza, que pidió los periódicos favorable-Aliados para invertir su postura. Estos informes Alemán-céntricos von inicialmente llevado Eckardt para creer el armisticio eran un mito propagandic. La confusión adicional dio lugar a un periódico de Guadalajaran que traslapaba el sentimiento favorable-Alemán con von Eckardt’ instrucciones de s para los informes de favorable-Carranza cuando Carranza’ el anticlericalism de s hizo el periódico criticar la iglesia católica, llevando al church’ boicoteo y von Eckardt’ de s; tentativas fracasadas de s de engatusarlos fuera de él. Von Eckardt fue previamente el embajador alemán para el reino de Montenegro durante las guerras de los Balcanes. Él estaba presente el 27 de abril de 1913 en que Austria exigió al rey Nicolás que Montenegro regresara la región de Shkodër a Albania.

 
 

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Herbert Henry Asquith


Herbert Henry Asquith, KG, PC (12 de septiembre de 1852 – 15 de febrero de 1928) fue Primer Ministro del Reino Unido por el Partido Liberal, entre 1908 y 1916. Antes de su acceso a la nobleza, era conocido como H. H. Asquith, y luego como lord Oxford.

640px-Herbert_Henry_AsquithBiografía

Nació en Morley, West Yorkshire, hijo de Joseph Dixon Asquith (10 de febrero de 1825 – 29 de marzo de 1860) y de Emily Willans (4 de mayo de 1828 – 12 de diciembre de 1888). Los Asquith eran una familia de clase media, miembro de la Iglesia congregacional. Joseph era un comerciante de lanas y llegó a tener su propia fábrica.

Herbert tenía siete años cuando murió su padre. Emily y sus hijos se mudaron a la casa del padre de ella, William Willans, otro vendedor de lanas de Huddersfield. Herbert recibió su educación allí y luego fue enviado al internado moravo de Fulneck, cerca de Leeds.

En 1863, Herbert fue enviado a vivir con un tío, en Londres, y allí entró en la Escuela de Londres. Fue educado allí hasta 1870 y su mentor fue el director, Edwin Abbott Abbott.

En 1870, Asquith ganó una beca en filología clásica para el Balliol College, de Oxford. En 1874, Asquith fue premiado con la beca Craven y se transformó en presidente de la Unión de Oxford. Se graduó ese año y pronto fue elegido miembro de la junta de gobierno de Balliol. Mientras tanto, entró a Lincoln’s Inn como estudiante de leyes, y sirvió durante un año como aprendiz bajo las órdenes de Charles Bowen.

Obtuvo el título de abogado 1876 ejerciendo con éxito su carrera a lo largo de la década de 1880.

Carrera política

En 1886 fue elegido diputado por el Partido Liberal en la circunscripción de East Fife, Escocia y, en 1892, se convirtió en Secretario de Estado para Asuntos del Interior (Home Secretary) en el cuarto gobierno liderado por William Ewart Gladstone. Después de la derrota de los liberales en las elecciones de 1895, dedicó menos tiempo a la actividad política, llevando a cabo, no obstante, una campaña eficaz contra el imperialismo y las propuestas arancelarias de Joseph Chamberlain. En 1905, fue designado Ministro de Hacienda (Chancellor of the Exchequer) en el nuevo gobierno liberal de Henry Campbell-Bannerman, quien obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones de 1906, tras lo cual Asquith llevó adelante la tradicional política de liberalismo comercial de su partido.

Se convirtió en primer ministro el 05 de abril 1908, tras la renuncia de Campbell-Bannerman. Asquith trató de promover una política fiscal progresiva (aumento del gasto social y de los impuestos a los ricos), pero la ley de presupuesto, ya aprobada en la Cámara de los Comunes, se vio obstaculizada por la Cámara de los Lores que impuso su veto, el cual tradicionalmente no se había previsto en relación con las leyes fiscales. El resultado fue un conflicto institucional que enfrentó a los dos cámaras: la de los Comunes, integrada por una mayoría liberal que apoyaba la ley, y la otra, la de los Lores, que se oponía firmemente. Después de las elecciones de enero de 1910, en las que Asquith había conservado la mayoría con el apoyo del parlamento irlandés, fue aprobado el presupuesto, y en 1911, con el apoyo del nuevo rey Jorge V, una nueva ley que redujo el poder de veto de los Lores (Parliament Act). A cambio del apoyo del Parlamento irlandés, en 1912 se le concedió la autonomía a Irlanda, cuya entrada en vigor, sin embargo, fue pospuesta debido al estallido de la Primera Guerra Mundial.

El estallido de la guerra tomó por sorpresa a los liberales, en general orientados al mantenimiento de la paz en Europa, pero la violación de la neutralidad belga por Alemania llevó a la intervención de Gran Bretaña en el conflicto, al lado de Francia. En 1915, tras la derrota sufrida en la desastrosa campaña de Gallipoli, Asquith formó un nuevo gobierno, con la participación de los conservadores, pero las constantes críticas a su manejo de la guerra lo llevaron a renunciar, el 5 de diciembre de 1916. Había ocupado el cargo durante durante más de ocho años, el lapso más largo de un primer ministro británico hasta los tiempos de Margaret Thatcher.

Asquith se mantuvo fuera del gobierno del nuevo primer ministro, David Lloyd George, y cuando la guerra finalizó, el Partido Liberal se dividió en dos facciones, encabezadas por Asquith y Lloyd George, un aliado de los conservadores. Cuando finalmente los dos grupos se unieron bajo el liderazgo de Asquith, acordaron apoyar el primer gobierno laborista de Ramsay MacDonald, quien tenía la mayoría en la Cámara de los Comunes (1924). Perdió su escaño en las elecciones que siguieron a la caída de los laboristas, siendo nombrado Par de Inglaterra con el título de conde de Oxford y Asquith, y se incorporó a la Cámara de los Lores.

Murió en su casa de campo de Sutton Courtenay, Oxfordshire, el 15 de febrero de 1928.

 
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Publicado por en 10 junio, 2015 en 1915, Diplomáticos/Políticos

 

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Otto von Bismarck


Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, Príncipe de Bismarck y Duque de Lauenburg (Schönhausen, 1 de abril de 1815–Friedrichsruh, 30 de julio de 1898) conocido como Otto von Bismarck, fue un estadista, burócrata, político y prosista alemán, considerado el fundador del Estado alemán moderno. Durante sus últimos años de vida se le apodó el «Canciller de Hierro» por su determinación y mano dura en la gestión de todo lo relacionado con su país, que incluía la creación de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía de Alemania, conocido como el Reich.

320px-Bismarck_pickelhaubeCursó estudios de leyes y, a partir de 1835, trabajó en los tribunales de Berlín y Aquisgrán, actividad que abandonó tres años más tarde para dedicarse al cuidado de sus posesiones territoriales. En 1847 entró a formar parte del parlamento prusiano, donde muy pronto se convirtió en líder del ala conservadora. Se enfrentó duramente a la revolución de 1848, y por esa época comenzó a perfilar lo que sería su principal objetivo político: la unificación de Alemania y la creación del Reich desde preceptos autoritarios y antiparlamentarios.

En 1862, tras ser nombrado primer ministro de Prusia, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército para llevar a cabo sus planes de unificación alemana. De esta forma, en 1864 consiguió arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein y, dos años más tarde, después de la lucha contra Austria, consiguió la anexión de Hesse, Fráncfort, Hannover y Nassau, lo que dio lugar a la creación de la Confederación de Alemania del Norte, con Bismarck como canciller. Por último, la guerra contra Francia supuso la adhesión de Baviera, entre otros estados, y en 1871 se proclamó el Segundo Imperio Alemán en el Palacio de Versalles de París. Bismarck se convirtió en primer ministro de Prusia y canciller. Durante los 19 años que se mantuvo en el poder llevó a cabo una política conservadora, enfrentándose inicialmente a los católicos y combatiendo a la socialdemocracia. Fue también el organizador de la Triple Alianza, con Italia y Austria-Hungría, creada en 1882 para aislar a Francia.

La política interior de Bismarck se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias (Constitución federal de 1871). Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica (Kulturkampf) y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista; en 1879 rompió con los liberales y se alió con el partido católico (Zentrum), adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el crecimiento industrial alemán. En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento.

En política exterior, se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas (con Austria, Rusia e Italia) destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha; por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II (1888-1918), partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un Imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890. Al faltarle el apoyo del emperador Guillermo II, quien había subido al trono en 1888, Bismarck presentó su dimisión en 1890 y se retiró a vivir al campo. Falleció en Friedrichsruh el 30 de julio de 1898 a los 83 años de edad.

 
 

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David Lloyd George


David Lloyd George (Mánchester, 17 de enero de 1863 – Tŷ Newydd, Llanystumdwy, Gales, 26 de marzo de 1945) fue un político británico, primer ministro entre 1916 y 1922, durante la última etapa de la Primera Guerra Mundial y los primeros años de la posguerra.

David Lloyd George.jpgBiografía

Nació en Mánchester el 17 de enero de 1863, en el seno de una familia galesa, hijo de un maestro rural. Se crio en el condado de Caernarvon y trabajó como pasante de un despacho de abogados en su juventud. Participó en la política galesa desde que comenzó a ejercer la abogacía y fue elegido diputado por el Partido Liberal en la Cámara de los Comunes en 1890. Defendió una política radical en materia social, apoyó el nacionalismo galés y se opuso a la intervención británica en las guerras anglo-bóer.

En 1905 fue nombrado ministro de Comercio del gobierno liberal y pasó a ser Ministro de Hacienda en 1908. Presentó un presupuesto en 1909 en el que se asignaba una gran partida para proyectos sociales, por lo que tuvo que hacer frente a la rotunda oposición de los conservadores y de la Cámara de los Lores, que finalmente lo rechazaron. En 1909 pronunció un discurso en el distrito de Limehouse para defender su presupuesto y censuró firmemente la postura de sus adversarios.

Poco después, se aprobó la ley parlamentaria de 1911, que prohibía a la Cámara de los Lores su veto sobre los proyectos de ley presupuestarios, y se adoptaron muchas de las reformas propuestas por Lloyd George, como la creación de un sistema de seguros sociales de enfermedad, invalidez y desempleo, que han sido consideradas como la base en que años más tarde se asentaría en su país el llamado Estado de bienestar.

Primera Guerra Mundial

En 1914, a comienzos de la Primera Guerra Mundial, continuó dirigiendo el Ministerio de Hacienda; afianzó el crédito de Gran Bretaña y procuró que la situación económica del país fuera lo suficientemente estable como para resistir el esfuerzo bélico. Pasó a ser Ministro de Armamento en 1915 y de la Guerra en 1916. Propuso que el gabinete ministerial fuera más restringido y eficaz mientras continuara la guerra y que se estableciera la prioridad absoluta sobre los asuntos bélicos.

El primer ministro liberal, Herbert Henry Asquith, presentó su dimisión en diciembre de 1916 y Lloyd George pasó a ocupar su puesto en un gobierno de coalición con los conservadores. Creó un gabinete de guerra restringido a cinco miembros y luchó por lograr un mando unificado en el bando aliado, que finalmente consiguió en la primavera de 1918. Otra decisión importante de Lloyd George por entonces fue la orden dada al general Edmund Allenby de tomar Jerusalén, objetivo que se cumplió a finales de 1917.

Durante el primer trimestre de ese año afrontó el comienzo de la guerra submarina irrestricta por parte de los alemanes, que estuvo a punto de poner al borde del colapso a los aliados. La solución que se dio fue el sistema de convoyes, al que inicialmente era opuesto Lloyd George, pero que se empleó con gran éxito a partir de mayo de 1917.

Lloyd George aplaudió la caída del zar en marzo de 1917. Un ministro del nuevo gobierno ruso sugirió que Gran Bretaña diera asilo al monarca depuesto, a lo que el Primer Ministro se negó. Más tarde se le culparía por el asesinato de la familia del zar en el verano de 1918.

En el verano de 1917, aprobó de mala gana realizar una ofensiva en Flandes (la Tercera Batalla de Ypres), que culminó en la gran ofensiva de Passchendaele. Sin embargo, los resultados obtenidos fueron muy escasos para el gran coste en vidas que supuso. Algunos le culpan de haber permitido que continuara sabiendo que fracasaría con el fin de desacreditar a los generales británicos y así mantenerlos bajo control.

En diciembre de 1917, Lloyd George pidió más hombres a la Cámara de los Comunes, alegando la retirada de Imperio Ruso de la guerra y el desastre italiano en Caporetto. George consiguió sacar adelante su posición tras negociar con los sindicatos ofreciéndoles tras la guerra que Alemania pagara compensaciones y se despojaría de sus colonias entre otras muchas concesiones.

A comienzos de 1918, tras muchas resistencias, George logró que se impusiera el racionamiento de algunos productos básicos como la carne, el azúcar y la mantequilla. Aquello dio lugar a muchas protestas de los sindicatos, cuya militancia se disparó durante la guerra.

La ofensiva alemana de la primavera de 1918 decidió a Lloyd George a imponer el reclutamiento obligatorio también en Irlanda, que se había sublevado en la Semana Santa de 1916. Aquello dio alas a la revuelta, apoyada por los obispos irlandeses, que promovieron la insumisión. Muchos irlandeses ingresaron en el Sinn Féin, su principal fuerza independentista.

Finalmente la ofensiva alemana fue contenida gracias a la ayuda de las tropas recién llegadas de Estados Unidos durante la Ofensiva de los Cien Días, lo cual fue el preludio a la derrota de los germanos en noviembre.

Poco después del armisticio, Lloyd George convocó elecciones para diciembre de 1918, que ganó con una amplísima mayoría.

Versalles y el gobierno de la posguerra

David Lloyd George (primero desde la izquierda) durante el Tratado de Versalles.

Acabado el conflicto, participó en la Conferencia de Paz de París, iniciada en enero de 1919, y en la elaboración del Tratado de Versalles, acordado en junio de ese año. George contribuyó decisivamente a que el tratado adquiriera un fuerte tinte antigermano.

También presentó un proyecto de Home Rule para Irlanda en 1920 que permitió dos años después la proclamación del Estado Libre de Irlanda, tras la firma en 1921 del Tratado anglo-irlandés.

Durante los años de la posguerra se aprobaron diversas reformas, como la Ley de Educación de 1918 (que ampliaba la enseñanza obligatoria y posobligatoria), la Ley de Viviendas y Urbanismo de 1919, que facilitaba la construcción de casas baratas, la Ley de Seguros de Paro de 1920, que ampliaba los seguros ya existentes a todos los trabajadores, diversas leyes que ampliaban las pensiones y los seguros sanitarios (esto último se complementó con la creación de un nuevo Ministerio de Sanidad), diversas leyes que limitaban el trabajo de los menores de edad, y especialmente las leyes que aprobaban el sufragio femenino y permitían a las mujeres ser diputadas.

Venta de títulos nobiliarios y dimisión

David Lloyd George usó la venta de títulos nobiliarios para llenar las arcas de su partido, escuálido tras la I Guerra Mundial. Los conservadores abandonaron el gobierno de coalición en 1922 en protesta por el Home Rule irlandés y por el apoyo que Gran Bretaña brindó a Grecia en su guerra contra los turcos. Lloyd George dimitió y se convocaron unas elecciones generales que dieron la victoria a los conservadores. Una vez rota la coalición gobernante por las desavenencias políticas que obligaron a Lloyd George a dimitir, los antiguos socios conservadores arremetieron contra las operaciones con honores y títulos y aprobaron la llamada Acta de Honores (Prevención de abusos) en 1925, que pasó a ilegalizar estas ventas.

Final de su carrera

Antes de las nuevas elecciones de 1923, zanjó sus viejas rencillas con Asquith, que reunificaron el partido liberal y le permitieron presentar un frente unido contra el proteccionista Stanley Baldwin. Sin embargo, en las elecciones de 1924, aunque Lloyd George fue reelegido, los liberales fueron barridos, quedando como un minúsculo grupo en la Cámara de los Comunes, del que fue elegido portavoz.

En 1926 fue elegido para sustituir a Asquith como jefe liberal y financió de su bolsillo a diversos candidatos así como la edición de folletos en las que se proponían ideas para reducir el paro (ayudado aquí por economistas como Keynes). Su ardua labor le permitió aumentar su apoyo en las elecciones de 1929, pero no lo bastante para recuperar su hegemonía en la oposición, que pasó a manos del Partido Laborista por primera vez. Finalmente, acabaron dando su apoyo al nuevo gobierno del laborista Ramsay Macdonald.

En 1931, por enfermedad no pudo unirse al gobierno de la gran coalición que se formó entonces. En las elecciones subsiguientes intentó presentarse por su cuenta pero fracasó, consiguiendo solo unos pocos escaños. Como resultado, durante los años 30 Lloyd George quedó al margen de la política británica aunque todavía era famoso a los ojos del gran público. Fue elegido presidente del London Welsh Trust en 1934, puesto que desempeñó durante un año.

Cuando Hitler ascendió al poder, George inicialmente simpatizó con él, llamándole «el más grande alemán vivo», visitándole en el otoño de 1936 y elogiando sus obras públicas. Sin embargo, pronto cambió de postura, y tras estallar la Segunda Guerra Mundial, en mayo de 1940 un discurso suyo en la Cámara minó la posición de Neville Chamberlain y facilitó el ascenso de Churchill.

El 1 de enero de 1945 se le concedió el título de conde Lloyd-George de Dwyfor y vizconde Gwynedd.

Muerte

Lloyd George no vivió lo suficiente para ocupar el escaño en la Cámara de los Lores al que su título le daba derecho, y murió de cáncer el 26 de marzo de 1945. Fue enterrado junto al río Dwyfor, en Llanystumdwy, Gales.

 
 

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Alexandre Félix Ribot


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Alexandre Félix Joseph Ribot fue un magistrado, miembro del Consejo de Estado francés y político francés, nacido el 7 de febrero de 1842 en Saint-Omer (Pas-de-Calais) y fallecido el 13 de enero de 1923 en París.

Tras brillantes estudios en la Universidad de París, donde recibe el cum laude en la Facultad de Derecho, se convierte en un destacado abogado. Secretario del Colegio de Abogados y es además uno de los fundadores de la Sociedad de Legislación Comparada. En 1875 y 1876 fue director de Asuntos Criminales y posteriormente secretario general del Ministerio de Justicia. En 1877 entra en política, jugando un importante papel en el Comité de resistencia jurídica durante el ministerio de Albert de Broglie; al año siguiente es elegido diputado por Boulogne como republicano moderado, en su departamento natal del Pas-de-Calais.

Su elocuencia apasionada pero razonable le otorga una influencia que se ve acrecentada con sus intervenciones en el Parlamento, en las que se opone a las medidas violentas contra las congregaciones no autorizadas. Se dedica especialmente a temas financieros y en 1882 tuvo labores destacadas en la elaboración del presupuesto. Se convirtió en uno de los principales adversarios republicanos del Partido Radical, distinguiéndose por sus ataques contra el efímero Gobierno de Léon Gambetta. Rechazó votar a favor de los créditos solicitados por el Gobierno de Jules Ferry para sufragas la expedición al Tonkín y apoyó a Georges Clemenceau a hacer caer el Gobierno en 1885. En las elecciones generales de dicho año fue una de las víctimas de la derrota republicana en el Pas-de-Calais y no regresó a la Cámara hasta 1887.

Tras 1889 representa de nuevo a Saint-Omer. Su temor ante el boulangismo (política sustentada por el general Georges Boulanger) le acerca a la política de «Concentración Republicana» y en 1890 se convierte en ministro de Asuntos Exteriores en un Gobierno de Freycinet. Tenía amplio conocimiento de las instituciones inglesas, que apreciaba y dos de sus trabajos publicados (Biografía de Lord Erskine (1866) y Estudio del acta de 5 de abril de 1873 para el establecimiento de una Corte Suprema de Justicia en Inglaterra (1874)) tratan sobre la legislación británica; dio una dirección nueva y muy importante a la política francesa por medio de los acuerdos con Rusia, que fueron públicamente anunciados con motivo de la visita de la flota francesa a Kronstadt en 1891 y que posteriormente se concretaron en un Tratado formal de alianza entre ambas naciones. Conservó su cargo en el Gobierno de Émile Loubet (de noviembre de 1891 a febrero de 1892) y tras su caída se convirtió en presidente del Consejo, conservando además la cartera del Ministerio de Asuntos Exteriores. Su Gobierno dimitió en marzo de 1893 tras el rechazo de la Cámara a aceptar las enmiendas al Presupuesto aprobadas por el Senado. Tras la elección de Félix Faure como presidente de la República en enero de 1895, Ribot volvió a ser presidente del Consejo de Ministros y ministro de Finanzas. El 10 de junio pudo anunciar oficialmente por primera vez una alianza formal con Rusia. El 30 de octubre cae su Gobierno por la cuestión del Ferrocarril del Sur.

Pero la razón real de su caída fue la mala coyuntura que se veía respecto de la expedición a Madagascar, cuyo precio en dinero y en hombres había superado todas las expectativas y la grave situación social del país, de la cual era un signo la huelga en Carmaux. Tras la caída del Gobierno de Jules Méline en 1898, Ribot intentó en vano formar un Gobierno «de conciliación». A fines de 1898 es elegido presidente de la Comisión de Instrucción Pública, donde recomienda la adopción de un moderno sistema educativo. La política del Gobierno de Waldeck-Rousseau sobre las congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza divide al Partido Republicano y Ribot se contaba entre los que abandonaron el partido; pero en las elecciones generales de 1902, aunque él mismo fue elegido, sus tendencias políticas sufrieron un grave fracaso.

Se opone activamente a la política del Gobierno de Émile Combes, denunciando su alianza con Jean Jaurès y el 13 de enero de 1905 era uno de los jefes de la oposición que provocaron la caída del Gobierno. Aunque fue el más ardiente en sus denuncias de la política anticlerical del Gobierno de Combes, hizo entonces saber que aceptaría que un nuevo régimen reemplazase al Concordato de 1801 y apoyó al Gobierno para el esteblecimiento de Asociaciones CUlturales, a la vez que contribuía a mitigar los decretos sobre la separación Iglesia-Estado.

Es reelegido como diputado por Saint-Omer en 1906. El mismo año entra en la Academia francesa sucediendo al duque de Audiffret-Pasquier; era ya anteriormente miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Para justificar su política de oposición, publica en 1905 dos volúmenes con sus discursos políticos. Elegido senador por el Pas-de-Calais, conservando el escaño hasta su fallecimiento en 1923.

Ribot fue durante algunos días en junio de 1914 primer ministro tras la caída del Gobierno de Gaston Doumergue y regresó al poder en marzo de 1917 tras la de Aristide Briand. Durante este último Gobierno, Ribot se encuentra en la parte más crítica de la Primera Guerra Mundial, ya que acababa de fracasar la ofensiva Nivelle y habían aparecido en consecuencia una serie de motines en el Ejército francés. Dimite en septiembre, siendo reemplazado por el ministro de la Guerra, Paul Painlevé, aunque sigue como ministro de Asuntos Exteriores durante un mes antes de dimitir en octubre.

El principal Liceo de Saint-Omer lleva hoy su nombre.

Fue presidente del Consejo de Ministros en cinco ocasiones:

  • del 6 de diciembre de 1892 al 10 de enero de 1893, sucediendo a Émile Loubet,
  • del 11 de enero de 1893 al 30 de marzo de 1893, en su segundo Gobierno, siendo sucedido por el primer Gobierno de Charles Dupuy,
  • del 26 de enero de 1895 al 28 de octubre de 1895, en su tercer Gobierno, sucediendo al tercer Gobierno de Charles Dupuy y siendo sucedido a su vez por Léon Bourgeois,
  • del 9 de junio de 1914 al 12 de junio de 1914, en su cuarto Gobierno, sucediendo al primer Gobierno de Gaston Doumergue y siendo sucedido por el primer Gobierno de René Viviani,
  • del 20 de marzo de 1917 al 7 de septiembre de 1917, en su quinto Gobierno, sucediendo al sexto Gobierno de Aristide Briand y siendo a su vez sucedido por el primer Gobierno de Paul Painlevé.
 
 

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Vasil Radoslavov


Radoslavof-bulgaria--secretsofbalkans00vopiuoft.pngVasil Radoslavov (Lovech, 15 de julio/ 27 de julio de 1854 – Berlín, 21 de octubre de 1929 ) fue un político búlgaro, jefe de Gobierno durante el reinado del zar Fernando en dos ocasiones. Decidió la intervención de Bulgaria en la I Guerra Mundial y atacó Servia (1915), aliándose con los Imperios Centrales. Dimitió en junio de 1918, poco antes de que se produjera el desastre militar que obligó a Bulgaria a firmar el armisticio de 1918. En septiembre huyó a Alemania, donde se instaló hasta su muerte en 1929. Se le considera el principal político búlgaro de la corriente rusófoba de comienzos del siglo XX.

La Primera Guerra Mundial

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Radoslavov siguió el consejo de los Imperios Centrales de avisar a Rumanía de su intención de ocupar el territorio disputado de la Dobrudja (perdido por Bulgaria en la Segunda Guerra Balcánica) si el país entraba en guerra contra aquellos, como reclamaban algunos de los políticos más destacados del país, a pesar de la postura más prudente del primer ministro Ionel Brătianu y del dirigente principal de la oposición, Alexandru Marghiloman. Parece que, a la vez, Radoslavov llevó a cabo contactos secretos con Rumanía para tratar de lograr la cesión del sur de la Dobrudja a cambio de la inactividad búlgara ante un ataque rumano a Austria-Hungría. Tras los reveses de los Imperios en septiembre de 1914, Radoslavov trataba de guardar una cierta distancia entre los dos bandos. La desconfianza entre los dos países hizo, sin embargo, que el entendimiento fracasase y el aviso del primer ministro disuadiese a los rumanos de cualquier idea de entrar en la guerra en ese momento.

Durante más de un año, Radoslavov rehusó aliarse con ninguno de los dos bandos, sopesando las promesas territoriales y financieras de cada uno de ellos antes de decidirse a entrar en el conflicto. A pesar de sus simpatías por los Imperios y de facilitar el paso de abastos alemanes al Imperio otomano mientras estorbaba el auxilio de Serbia por parte de Rusia, se negó durante meses a firmar una alianza militar con los Imperios Centrales. Otra medida favorable a estos fue el apoyo y refugio que Radoslavov concedió a las guerrillas macedonias que operaban en territorio serbio. El objetivo de la política de Radoslavov era la misma que la de sus predecesores, aunque con diferentes alianzas: la expansión territorial búlgara hasta lograr la extensión considerada ideal por los nacionalistas búlgaros. Para ello debía anular las consecuencias de la derrota militar en la Segunda Guerra Balcánica y el posterior Tratado de Bucarest. Radoslavov y el zar finalmente optaron por aliarse con la coalición que parecía tener más visos de ganar la contienda y, a la vez, de ofrecer el mayor cumplimiento de las aspiraciones territoriales búlgaras, pero eligieron el bando perdedor.

La participación búlgara en la guerra comenzó con la alianza con los Imperios en septiembre de 1915 y el posterior ataque a Serbia en octubre,1 con el objetivo de lograr los territorios deseados. El ataque combinado de alemanes, austrohúngaros y búlgaros logró pronto eliminar la resistencia serbia y las unidades anglo-francesas que trataron de acudir en su auxilio fueron rechazadas hacia Salónica, donde quedaron estancadas hasta septiembre de 1918. Tras la entrada en guerra de Rumanía a finales del verano de 1916 a favor de la Triple Entente y su rápida derrota, Radoslavov logró la devolución de la Dobruja meridional, pero no del resto de la provincia, lo que llevó oficialmente a su renuncia finalmente en 1918. También durante el Gobierno de Radoslavov las tropas búlgaras consiguieron ocupar Serres, Drama y Kavala en el Sur, recreando en la práctica las fronteras del Tratado de San Stefano. El triunfo, sin embargo, fue efímero: ante la creciente crisis económica en el país y el aumento del descontento Fernando sustituyó a Radoslavov por Malinov en junio de 1918. En septiembre una ofensiva Aliada logró abrirse paso en el frente macedonio y Bulgaria tuvo que solicitar la paz. A comienzos de octubre Fernando abdicó en su hijo Boris III y marchó a exilio a Coburgo, a donde huyó también Radoslavov. En 1922 fue juzgado in absentia como uno de los causantes de las derrotas militares búlgaras de la década anterior. Falleció en el exilio en Berlín el 31 de octubre de 1929.

 
 

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Léon Jouhaux (politico francés)


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Léon Jouhaux ( París, Francia 1879 – ídem 1954 ) fue un líder sindicalista francés que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz el 1951.

Juventud

Nació el 1 de julio de 1879 en la ciudad de París, siendo hijo de un trabajador fabril de Aubervilliers. Inició sus estudios secundarios, pero los tuvo de dejar debido a la falta de dinero de su padre debido a las huelgas. A los dieciséis años entró a trabajar en la fábrica donde trabajaba su padre, inmediatamente inició procesos de huelga contra el uso del fósforo blanco que dejó ciego a su padre, motivo por el que fue despedido.

Vida sindical

En 1906 fue escogido como jefe y representante en la Confederación General del Trabajo (CGT), donde su capacidad de trabajo le permitió ir escalando posiciones internas. Antes de 1909 ya había conseguido convertirse en tesorero y aquel año fue designado Secretario General, un cargo que desarrolló hasta 1947. En su cargo Jouhaux promovió diversas mejoras para el trabajador, consiguiendo así la jornada laboral de 8 horas, el derecho a sindicación, la firma de Convenios Colectivos así como el derecho a tener vacaciones pagadas. Gracias al gobierno del Frente Popular Francés (Comunistas, socialistas y radicales) durante la Tercera República Francesa Jouhaux consiguió firmar con el gobierno estas mejoras laborales en los Acuerdos de Matignon de 1936.

Firme opositor de cualquier conflicto armado, en el inicio de la Segunda Guerra Mundial dio apoyo a su país y luchó contra los nazis convencido que la victoria de estos supondría el final de la democracia en Europa. Durante la guerra fue arrestado y deportado al campo de concentración de Buchenwald. Al final de la guerra continuó con su cargo de Secretario General de la CGT hasta su dimisión en 1947 para fundar una nueva rama, la Confederación General del Trabajo – Fuerza Obrera (CGT – FO).

En 1951 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz por su lucha a favor de los sindicatos y los trabajadores. Posteriormente siguió trabajando a favor de los trabajadores y el sindicalismo, y su trabajo abrió caminos para la fundación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y fue designado líder de la Federación Sindical Mundial.

El 28 de abril de 1954 Léon Jouhaux murió en París.

 
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Publicado por en 13 noviembre, 2014 en Diplomáticos/Políticos, Personajes

 

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Jean Jaurès (politico francés)


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Jean Jaurès, cuyo nombre completo era Auguste Marie Joseph Jean Léon Jaurès (Castres, Francia, 3 de septiembre de 1859 – París, 31 de julio de 1914), fue un político socialista francés. Fundó L’Humanité en 1904. Fue asesinado el 31 de julio de 1914, tres días después de comenzar la Primera Guerra Mundial.

Biografía

Jean Jaurès nació en Castres en 1859, en el seno de una familia de la pequeña burguesía asentada en el departamento de Tarn. Era hijo de Jules (1829, Castres) y Adélaide Barbaza y Salvaire (1822-1906), y primo de André Louis Georges Marie Salvaire, mentor de la Basílica Nacional de Nuestra Señora de Luján, en Argentina. Jaurès obtuvo el número uno en el acceso a la Escuela Normal Superior de la calle de Ulm en 1878 y el número tres en la oposición a la cátedra de filosofía en 1881. Ejerció como profesor en primer lugar en Albi y más adelante en Toulouse, en 1882, en cuya Facultad de Letras ejerció su cátedra de maestro de conferencias.

Político

Tras la consolidación de la República, que seguía al decenio de fluctuaciones y en la que la Cámara de Diputados había estado dominada por los monárquicos divididos tras el derrumbamiento del Segundo Imperio en 1870, Jaurès tenía sólo veinte años. Entró en política y fue elegido diputado republicano por el departamento de Tarn en 1885. Se alineó con los «herederos» de Jules Ferry y entre los «oportunistas», republicanos socialmente moderados.

Para él, por aquella época, los «radicales» que encabezaba Clemenceau eran demasiado exigentes, y los socialistas violentos y peligrosos para el orden republicano que se estaba reconstruyendo. No es que no se interesase por la clase obrera. Puso su mítica elocuencia a disposición de las primeras leyes sociales del régimen (libertad sindical, protección de los delegados, creación de planes de jubilación para los obreros…). Heredero del espíritu de 1789, era sin embargo un firme partidario del reformismo institucional y republicano, de la alianza entre obreros y pequeña burguesía por el triunfo de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad.

En 1889 los republicanos ganaron en las legislativas, pero él, el republicano que propugnaba el control del estado sobre las empresas, fue derrotado en su circunscripción de Tarn por el marqués de Solages, presidente de las minas. Siendo profesor en Toulouse llevó a cabo una tesis doctoral sobre los orígenes del pensamiento socialista alemán, que acentuaron su vocación social, y se presentó en las listas municipales por Tolosa.

La huelga de Carmaux

Jaurès vivía distanciado de la vida política nacional cuando estalló en 1892 la gran huelga de las minas de Carmaux. El alcalde electo, Jean Baptiste Calvignac, minero sindicalista y socialista, fue despedido por el marqués de Solages con la excusa de que había faltado a su trabajo para cubrir sus necesidades de representante municipal. Los obreros se pusieron en huelga para defender a aquel alcalde del que se sentían orgullosos. La República envió al ejército, 1500 soldados, en nombre del «derecho al trabajo». Parece que la República se puso de parte de la patronal monárquica contra los huelguistas. Francia estaba sumida en el escándalo de Panamá. Jaurès ya no era capaz de sentirse identificado con una República que parece ser que mostraba su auténtica cara en la que diputados y ministros capitalistas primaban a las finanzas y a la industria sobre el respeto a las personas; Carmaux y la mina serán el trampolín político que buscaba. Llevó a cabo el aprendizaje de la lucha de clases y del socialismo. En una huelga a la que entró como intelectual burgués republicano social salió como socialista convencido.

Diputado socialista

Bajo la presión de la huelga y de Jaurès, el gobierno arbitró el pleito entre Solages y Calvignac en favor de este último. Solages dimitió de su escaño de diputado. De modo lógico, los obreros de la cuenca minera designaron diputado a Jaurès; ya no será un obrero, sino un burgués el líder de los mineros. La oposición del voto rural no impidió su elección. Jaurès se consagró a la defensa continua y resuelta de los obreros en lucha. En Albi estuvo entre los que participaron en la famosa «vidriería obrera». En el Languedoc vitícola visitó a los vendimiadores libres de Maraussan, que crearon la primera bodega cooperativa.

Al principio del caso Dreyfus, Jaurès no tomó partido con claridad. Sin embargo, como consecuencia de la presión popular, y también gracias al fervor de las jóvenes promociones de las Escuelas Normales, Jaurès y los socialistas tomaron partido claramente por Alfred Dreyfus.

Se opuso por esa época a los marxistas ortodoxos, cuyo líder era Jules Guesde y para quien Dreyfus era un oficial burgués, por lo que su defensa no se estimaba prioritaria. Para Jaurès, el cúmulo de desgracias e injusticias de las que Dreyfus fue víctima borró las diferencias de clase. La cuestión no era si Dreyfus era un privilegiado o un explotador; era un hombre que sufría injustamente y los socialistas debían oponerse a cualquier injusticia. Jaurès fundó el periódico l’Humanité en 1904.

En 1905 participó en la fundación de la SFIO, que unificó, bajo presión de la Internacional, las distintas tendencias socialistas de Francia. A pesar de que reconocía la lucha de clases, para Jaurès, sólo hay una humanidad, y el hombre de izquierdas debía implicarse por la República en una revolución democrática y no violenta. Se opuso al colonialismo y se enfrentó a la intervención francesa en Marruecos.

En 1911 escribió abogando por la enseñanza en las escuelas del occitano, el bretón y el euskera.

Internacionalista pacifista

Combatía el peligro de la guerra europea con pasión, especialmente tras el estallido de las Guerras Balcánicas en 1912-1913. Se opuso a la ley que alargó a tres años el servicio militar obligatorio. Ante el ultimátum austríaco contra Serbia, tras el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, Jaurès se distanció de la ola chauvinista que crecía y en su discurso en Lyon, el 23 de julio de 1914, culpó de la «situación terrible» a «la política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria». Llamó a los obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en la guerra a unirse para alejar «la horrible pesadilla».

Su toma de postura en pro del pacifismo, poco antes del desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, lo hicieron impopular entre los sectores nacionalistas, y un exaltado fanático lo asesinó en el Café du Croissant de la calle Montmartre de París, una semana después de su discurso y tres días después de que se iniciaran las hostilidades. Su asesinato no fue producto de la casualidad, sino el último eslabón de una campaña de odio, mentiras y calumnias que mantenían contra él sus enemigos. Este asesinato, por otro lado, consiguió sus objetivos, puesto que facilitó la incorporación de la izquierda a la «Unión Sagrada», especie de gran coalición nacional de guerra.

Al finalizar la I Guerra Mundial, y como reacción a la masacre que ocasionó, muchos municipios franceses colocaron a calles y plazas su nombre, recordando su papel de firme opositor a dicho conflicto. También el Metro de París y el Metro de Lyon pusieron su nombre a una de sus estaciones.

Su asesino, Raoul Villain, tras 56 meses de detención preventiva, fue liberado el 29 de marzo de 1919.

Obras

  • Las pruebas (1898, sobre el caso Dreyfus)
  • Estudios socialistas
  • Hacia la república social
  • Los dos métodos (1900)
  • Historia socialista de la Revolución Francesa (1901)
  • Nestro objetivo (1904)
  • La Revolución rusa (1905)
  • La alianza de los pueblos
  • Conflicto ampliado (1912)
  • El nuevo ejército (1914)
  • Discurso de Vaise (1914)
 
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Publicado por en 13 noviembre, 2014 en Diplomáticos/Políticos, Personajes

 

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Robert Borden


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Sir Robert Laird Borden; abogado y político canadiense. Nació el (26 de junio de 1854, en Nueva Escocia. Falleció el 10 de junio de 1937, en Ottawa).

Ejerció la carrera de derecho en Halifax, Nueva Escocia desde 1874 y después fundó una de los más grandes despachos jurídicos en las provincias marítimas de Canadá.

En 1896 fue electo para la Cámara de los Comunes canadiense; después se convirtió en el líder del Partido Conservador en 1901.

Como Primer Ministro implementó el servicio militar obligatorio durante la Primera Guerra Mundial y representó a Canadá en el gabinete de Guerra Imperial. Borden insitió en terminar con la afiliación canadiense a la Sociedad de Naciones, la cual ayudó a transformar a Canadá de una colonia a una nación independiente.

Sir Robert Laird Borden
Robert Borden

Canadian Coat of Arms Shield.svg
8° Primer Ministro de Canadá
1911-1920
Predecesor Wilfrid Laurier
Sucesor Arthur Meighen

Datos personales
Nacimiento 26 de junio de 1854
Bandera de Canadá Grand-Pré, Nueva Escocia, Canadá
Fallecimiento 10 de julio de 1937 (83 años)
Bandera de Canadá Ottawa, Ontario, Canadá
Partido Conservador
Cónyuge Laura Bond
Profesión Abogado
Religión Bautista
 
 

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