Rebelión árabe. Inicio de las Batallas por La Meca, Medina y Ta´if
El 08 de Junio de 1916, el Jerife Husayn Ibn Alí, encargado de resguardar los lugares Santos del Islam, proclamo la rebelión contra las autoridades otomanas, en base a la reciente alianza concordada con las naciones de la Entente Cordiale, que habían prometido el reconocimiento de un estado árabe que abarcaría desde Adén en el sur de la Península Arábiga hasta la región de Aleppo en el norte, desde las costas del Mar Mediterráneo en el oeste hasta la frontera con Persia en el este.
Por su parte, la mayor parte de las fuerzas otomanas se encontraban reunidas, bajo el mando del Gobernador de la Provincia Ghalib Pashá, en los alrededores de la ciudad de Taif en la región montañosa, por lo que la guarnición de la ciudad santa de La Mecca contaba solo con 1.000 hombres y su cuerpo de oficiales.
En la mañana del 10 de Junio de 1916, el Jerife lanzó un disparo al aire desde la ventana de su Palacio de residencia en la propia ciudad, por lo que sus 5.000 partidarios comienzan a disparar contra tres fortalezas en el centro y contra el Cuartel Jirwall en el camino al Puerto de Jeddah. El ataque fue tan repentino, que el Comandante otomano no se había percatado de la revuelta, además los atacantes en su mayoría llevaban el mismo uniforme que sus propios hombres, esto se debía a que el joven Teniente Muhammed Sharif al-Faruqi en contacto con agentes británicos y franceses se había levantado en armas.
El Comandante otomano logro entablar en medio del alboroto una comunicación telefónica con el Palacio del Jerife, donde esté le comunicó de la situación y lo invitó a deponer las armas, a lo que el oficial se negó de manera terminante, por lo que los combates continuaron.
Al mismo tiempo, los tres hijos del Jerife, los emires Faisal, Abdullah y Ali lanzaron sus partidarios contra la guarnición de la también ciudad santa de Medina, sin embargo está se encontraba bien atrincherada, abastecida y excelentemente dirigida por el “Ferik” (equivalente a Teniente General en los ejércitos occidentales), Ömer FaHrettin Pasha, que al frente de 3.000 soldados, pudo hacer frente a 30.000 rebeldes, dado que estos carecían no solo de artillería sino también de fusiles y pistolas.
Mientras esto ocurría en las dos principales ciudades, 7.000 rebeldes liderados por el jeque Fajir bin Sheliweh al-Atawi viejo partidario del Jerife, pusieron sitio a la guarnición de la ciudad de Ta´if compuesta por 1.200 soldados, además unos 2.800 civiles.
Pese a la sorpresa y al entusiasmo los árabes carecían del armamento necesario para hacer frente a las tropas otomanas, que pese a ser muy inferiores en número, contaban con armas modernas, como cañones provistos por sus aliados alemanes, por lo que ineludiblemente las potencias de la Entente, principalmente el Imperio británico se verán obligadas a abastecerlos.